LAS CACATÚAS
No es tiempo de matices. El PRO implosiona
porque Mauricio Macri aún no acepta que fue un estupendo presidente de Boca, un
correcto jefe de gobierno porteño, pero un muy mal presidente de la nación. Por
eso los votantes dispuestos a tolerar lo que sea con tal de que no vuelva el
kirchnerismo en ninguna de sus variantes quieren a alguien capaz de hacer
cualquier cosa para evitarlo. Ese alguien, hace diez años, se llamaba Mauricio
Macri. No lo logró. Ahora, guste o no, se llama Javier Milei.
Milei, a través de su lacayo Manuel
Adorni, fue “torazo en rodeo ajeno” como dice el “Martín Fierro”. Duplicó en
votos al PRO en su propia cuna, la Capital Federal, y lo relegó a un denigrante
tercer puesto. Por supuesto, cada resultado de cada comicio es multicausal,
pero hace dos años catorce millones y medio de argentinos ya habían avisado que
“la ancha avenida del medio”, como alguna vez la pensó Sergio Massa, fue
cerrada al tránsito y solo el futuro nos dirá si ese cierre fue temporal o
permanente. Ya hemos hablado de que ningún presidente tuvo, como Milei, tanto
pasado a su favor: los que ya estuvieron dejaron un país arruinado y Macri fue
uno de ellos. Y enfrente de Milei sigue estando Cristina Kirchner con un
kirchnerismo que quedó reducido al conurbano bonaerense, pero el peronismo
seguirá estando cuando el kirchnerismo ya no esté. Por eso hay tanto argentino
que a Milei le tolera lo que sea. ¿Está mal?
Es lo que hay.
“El carácter es el destino”, advirtió
Heráclito de Éfeso. Macri nunca tuvo carácter para enfrentar al kirchnerismo y
tampoco lo tiene para evitar que la alianza que lo llevó a la Casa Rosada
implosione. De “Juntos por el Cambio” se fueron los radicales, Elisa Carrió,
los peronistas de Pichetto y hasta Horacio Rodríguez Larreta, quién solía ser
su mucamo. Se le fue la gente y se le fueron los dirigentes.
Los
kirchneristas nos ofrecieron la colección de gente más detestable que hemos
visto en democracia. Para destronarlos, los mileístas los imitan en sus formas
patoteras y hasta podrían llegar a ser peor.
La economía está mucho mejor de lo que estaba y podría haber estado. Dato sustantivo si los hay. Pero además, con tal de que no vuelvan los “K” (que sería terrible), muchos argentinos dispensan a Milei de lo que venga.
En 1933 Celedonio Flores escribió el tango
“Corrientes y Esmeralda” que dice: “cualquier cacatúa sueña con la pinta de
Carlos Gardel”.
Milei, Caputo, Adorni, Karina y hasta el
“Gordo Dan” tienen permiso social.
Y sueñan con la pinta de Carlos Gardel.
Walter
Anestiades
2 comentarios:
Excelente reflexión, gracias por compartirla.
EXCELENTEEE!!!
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