domingo, 18 de mayo de 2025

 

               LAS CACATÚAS

 

     No es tiempo de matices. El PRO implosiona porque Mauricio Macri aún no acepta que fue un estupendo presidente de Boca, un correcto jefe de gobierno porteño, pero un muy mal presidente de la nación. Por eso los votantes dispuestos a tolerar lo que sea con tal de que no vuelva el kirchnerismo en ninguna de sus variantes quieren a alguien capaz de hacer cualquier cosa para evitarlo. Ese alguien, hace diez años, se llamaba Mauricio Macri. No lo logró. Ahora, guste o no, se llama Javier Milei.

     Milei, a través de su lacayo Manuel Adorni, fue “torazo en rodeo ajeno” como dice el “Martín Fierro”. Duplicó en votos al PRO en su propia cuna, la Capital Federal, y lo relegó a un denigrante tercer puesto. Por supuesto, cada resultado de cada comicio es multicausal, pero hace dos años catorce millones y medio de argentinos ya habían avisado que “la ancha avenida del medio”, como alguna vez la pensó Sergio Massa, fue cerrada al tránsito y solo el futuro nos dirá si ese cierre fue temporal o permanente. Ya hemos hablado de que ningún presidente tuvo, como Milei, tanto pasado a su favor: los que ya estuvieron dejaron un país arruinado y Macri fue uno de ellos. Y enfrente de Milei sigue estando Cristina Kirchner con un kirchnerismo que quedó reducido al conurbano bonaerense, pero el peronismo seguirá estando cuando el kirchnerismo ya no esté. Por eso hay tanto argentino que a Milei le tolera lo que sea. ¿Está mal?  Es lo que hay.

     “El carácter es el destino”, advirtió Heráclito de Éfeso. Macri nunca tuvo carácter para enfrentar al kirchnerismo y tampoco lo tiene para evitar que la alianza que lo llevó a la Casa Rosada implosione. De “Juntos por el Cambio” se fueron los radicales, Elisa Carrió, los peronistas de Pichetto y hasta Horacio Rodríguez Larreta, quién solía ser su mucamo. Se le fue la gente y se le fueron los dirigentes.

      Los kirchneristas nos ofrecieron la colección de gente más detestable que hemos visto en democracia. Para destronarlos, los mileístas los imitan en sus formas patoteras y hasta podrían llegar a ser peor.

      La economía está mucho mejor de lo que estaba y podría haber estado. Dato sustantivo si los hay. Pero además, con tal de que no vuelvan los “K” (que sería terrible), muchos argentinos dispensan a Milei de lo que venga.

     En 1933 Celedonio Flores escribió el tango “Corrientes y Esmeralda” que dice: “cualquier cacatúa sueña con la pinta de Carlos Gardel”.

    Milei, Caputo, Adorni, Karina y hasta el “Gordo Dan” tienen permiso social.

    Y sueñan con la pinta de Carlos Gardel.

 

 

Walter Anestiades

    

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente reflexión, gracias por compartirla.

Anónimo dijo...

EXCELENTEEE!!!