¡VIVA LA
LIBERTAD…, Y ROVIRA CARAJO!
El maridaje político entre el
gobierno nacional y el estado rovirista no es una aventura del pensamiento. Es
concreto y surge de un proceso que vive la sociedad misionera y que Carlos
Rovira advirtió enseguida: el traspaso generacional del servilismo. Los hijos
quieren que el país cambie y por eso apoyan a Milei. Pero, en sintonía con sus
padres, quieren que Misiones siga igual y por eso bancan a Rovira. Así nacieron
los libertarios-feudales. Carlos Arce y Sonia Rojas Decut son solo otra
expresión patética y muy vergonzante de eso.
Este par de senadores (uno de
ellos exvicegobernador de la provincia) hicieron lo único que saben hacer:
obedecer. Milei no le iba a regalar a la candidata Silvia Lospennato el
copyright de un proyecto tan prestigioso como el de “ficha limpia” a tan solo
diez días de ir con su vocero Manuel Adorni por la Buenos Aires de los Macri.
Y, como Macri, cree que necesita a Cristina Kirchner para polarizar y resultar
beneficiado con una avalancha de votos de electores muy convencidos de lo que
ya no quieren. A Macri la jugada le salió pésima. ¿A Milei como le saldrá?
¿En qué se beneficia Rovira con
esto? Llenó puestos y candidaturas con jóvenes para que parezcan algo nuevo. No
es buen momento para desmarcarse de un
Milei que se ganó a la juventud. Cuando sea necesario lo hará.
El filósofo Francis Bacon
decía que “La esperanza es un buen desayuno, pero una mala cena”.
Por el momento los
argentinos que quieren una política mejor seguirán comiendo esperanza.
En el desayuno. Y en la cena.
Walter Anestiades
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