sábado, 19 de julio de 2025

 

OBERÁ COMO UN “NO-LUGAR”

 


    Marc Augé es un antropólogo francés que se fue de este plano hace un par de años. Acuñó el concepto "no-lugar", un espacio en el que no hay sentido social. Puede haber mucha gente pero no se puede leer la relación social. En Oberá hay muchos que viven así. Habitantes (no ciudadanos) que la transitan sin apropiarse de la tierra, “su” tierra, y que mantienen entre sí relaciones de consumo. Así andan. Desencontrados. ¿El Poder? Muy contento…

     No es bueno eludir la complejidad. Hay que encararla y provocarla. Para intentar entender.

     Hemos hablado y escrito mucho sobre ciertas observaciones nuestras, todas discutibles por supuesto, sobre los distintos comportamientos sociales que hay en los feudos argentinos Que son unos cuántos. Santo Tomás de Aquino decía que “El obrar sigue al ser”, ergo, uno en lo que hace revela como es. Debe haber una relación entre la forma de vivir y la forma de votar. “El votar sigue al ser”, se podría postular.

     El oficialismo renovador, la creación de  Carlos Rovira, siempre gana las elecciones. Incluso cuando pierde. En junio ganaron los comicios legislativos con menos del treinta por ciento de los votos (exactamente el 27,5%) y la Defensoría del Pueblo de Oberá la ganó, vía ley de lemas, una candidata que sacó menos votos que los votos en blanco. El resto se fragmentó o por intereses opuestos, o porque aspiran más a ser cortesanos de Rovira que opositores, o por vanidades personales. Y otros, muchos otros, ni siquiera fueron a votar. Son los que reducen su participación ciudadana a poner likes o a escribir comentarios que nadie lee.

     En Oberá no hay líderes. Pero tampoco a quién liderar.

     Cualquiera que pretenda cambiar las cosas en Oberá se va a encontrar con que la idea de cambio no es un imán sino un repelente. El conformismo es hasta una palabra muy elegante para definir a ciertos sectores que viven de las miguitas del gran banquete. En Oberá hay mucha gente con condiciones personales e intelectuales muy destacables. Pero nunca se juntaron, ahora tampoco se juntan y todo indica que nunca se van a juntar. Así, toda esperanza de cambio en una ciudad que precisa un cambio urgente, no pasa de ser una aventura del pensamiento.

     Entre tantos motivos que llevan a eso, también aparece el transitar Oberá como un no-lugar. Cuando Augé ponía ejemplo de los no-lugares, concluía que ahí se no-vive.

     Los aeropuertos, las autopistas, los supermercados, son ejemplos de no-lugares porque el sujeto que los recorre no vive ahí y entonces no se los apropia. Muchos obereños que viven en Oberá hacen exactamente eso.

     En el mientras tanto la CELO les corta la luz, el agua e internet, y además los patotea. El alcalde Hassan no para de tomar iniciativas recaudatorias que no necesariamente benefician al estado comunal (de lo recaudado por el Sistema de Estacionamiento Medido, por ejemplo, el 65% va a la empresa que es la misma que lo implementó en Posadas, y solo el 35% para el estado comunal).

     Políticamente, Oberá quedó reducida a un barrio de Posadas. Y no hay reacción. La sociedad no reacciona. En un lugar, dice Augé, todo tiene sentido. Un sentido social.

     En un lugar todo tiene sentido.

     Oberá es un no-lugar.

 

 

Walter Anestiades

    

    

1 comentario:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo !!!!!! Lo más triste y real , son "las migajas"