domingo, 20 de agosto de 2017

           PERONISTAS QUE VOTAN A CLOSS
       ¿PERONISTAS QUE VOTAN A CLOSS? 



     En la tercera y última parte de la trilogía de “El Padrino” (film de 1990), Michael Corleone (interpretado por Al Pacino) intenta hacer de su sobrino, poseedor de una impulsividad brutal (a cargo de Andy García), un mafioso más cerebral y eficaz. “Nunca odies a tus enemigos. Afecta tu juicio”, le aconseja. 

     Es un consejo que muchos peronistas misioneros (y del resto del país) deberían tomar en cuenta. Odian a Macri y a cualquier cosa que huela a PRO. Y tanto afecta su buen juicio que llegan a perpetrar disparates verdaderamente bochornosos. Por ejemplo, siendo peronistas, votar por Maurice Closs. 

     Por supuesto, no hacemos referencia a aquellos que, diciéndose peronistas, se hicieron renovadores por conveniencia económica y/o política (¿hay otra manera de hacerse renovador?). Apuntamos a aquellos que, diciéndose peronistas, lo son. 

     Hace casi tres lustros Néstor Kirchner pergeñó la “transversalidad”, un ensayo hegemónico vendido como un modo de hacer renacer a un sistema político en jaque tras la megacrisis del 2001. En los hechos causó problemas aún irresueltos a peronistas y a radicales. Y el peronismo de Misiones fue el más afectado de todos los peronismos del país. El Partido Justicialista, la maquinaria electoral más potente de la Argentina de las últimas siete décadas, que en Misiones gobernó consecutivamente entre 1987 y 2003 (Julio Humada, Ramón Puerta con dos mandatos y Carlos Rovira ), fue sacado de la cancha para mirar a la política desde la tribuna. Viendo como la renovación juega sola y hace fulbito para la tribuna. Hoy, el PJ misionero es casi una ONG que no tiene ni siquiera intendencias. Apenas un puñado de dirigentes chochos y moviendo la cola de contentos porque el amo Rovira les tiró algunos puestitos y candidaturas. ¿Quién lo hubiera sospechado? El justicialismo misionero devenido en triste segundón de la renovación… 

     Así como el peronismo nacional aún no cayó en la cuenta de que su problema no es el gobierno de Macri sino el lastre de Cristina Kirchner, en Misiones no quieren darse cuenta de que el color que los afecta no es el amarillo PRO sino el azul y rojo renovador. 

     La provincia está llena de “peronistas” que, cegados en su odio al macrismo, son capaces hasta de poner en la urna la boleta con la carita de Closs. ¿Reorganizar el partido? ¿Sacárselo del buche a Rovira y convertirse en una alternativa de poder real a la renovación? ¿Ser opositores y remarcar el modo de vida miserable de miles de misioneros que recorren los días del siglo XXI como si aún transitaran el XIX? No. No hay cojones para siquiera pensar en semejante rebeldía. 

     Nadie dice que se hagan macristas. Pero cualquier argumento esgrimido para defender el rechazo a las huestes del actual gobierno nacional, serviría también para alejarse del expresidente de la UCR de Misiones. 

     Misiones precisa, urgente, una opción superadora de la renovación. Una que la saque del sistema feudal engendrado en 2003 y la lleve hacia una justicia social que cientos de chiquitos misioneros mal nutridos, que ni siquiera saben lo que es darse una ducha caliente,  tomar un vaso de leche o alumbrarse con luz eléctrica, pedirían a gritos si supieran cómo. 

     “Nunca odiés a tus enemigos: Afecta tu juicio”, le aconsejó Michael Corleone a su sobrino. Lástima. De todos los consejos de “El Padrino”, fue el único al que los dirigentes justicialistas misioneros no le hicieron caso. 

miércoles, 9 de agosto de 2017

                   JORGE ASÍS, EL INTELECTUAL DE LOS SOLAPEROS   

   
     Jorge Asís-el “turco” que vivió en carne propia la prepotencia de la superioridad (diría Roberto Arlt) de “Clarín-reúne un par de condiciones que lo hacen atractivo para aquellos que lo más complejo que leyeron en su vida fue la revista “Billiken”: tiene una gola sacudida por el faso que genera efecto de profundidad aunque diga una macana. Y habla mejor de lo que escribe. Ideal para los tipos que conocen a los escritores, precisamente, más por lo que dicen ellos o dicen de ellos que por haberlos leído.

     Defendía y defendió a Menem y bancó el indulto a los genocidas. Polemizó con muchos 4 de copas pero también con algún 7 de bastos. Se adelantó-mediáticamente-al fenómeno del saqueo del estado que perpetró el kirchnerismo, aunque no había que ser un gran intuitivo ni tener información clasificada para eso. Bastaba con conocer un poco de lo que “Bonnie and Clyde” habían hecho en Santa Cruz. Sí fue valiente hablar de eso cuando casi nadie lo hablaba y Néstor era, a la vista de la clase media ávida de orden, Robert Redford. Pero tampoco tenía nada que perder. ¿Qué le iba a pasar? ¿Qué “Clarín” lo censurara sobre la censura que ya le había estampado?

     Oírlo hablar con Alejandro Fantino en “Animales sueltos” siempre es una buena opción cuando “HBO” o “HBO Plus” no dan ningún filme interesante. Asís hace de cada cosa de la realidad una novela. Bienvenida sea la ficción. .El problema es que algunos se lo toman en serio.

     En tiempos de pereza mental y donde la gente no quiere leer sino que quiere “haber leído”-como acertó Alejandro Dolina-, Asís regala media horita de cultura para solaperos. Esos cuya profundidad no pasa de la tapa y la solapa de los libros.

     Jorge Asís es un tipo entretenido. Un “intelectual” ideal para estos tiempos en los que las personas buscan entretenerse todo el día y a la noche, cuando se van a dormir, seguir entretenidos..

     Escuchar a Asís antes de irse a dormir un miércoles a la noche, es una bienvenida nueva costumbre de unos cuántos argentinos. Ellos y el “turco” viajan juntos a esa puerta que es la tapa de los libros. Y él los invita a pasar. Sabiendo que nadie de su público va a entrar…