lunes, 9 de enero de 2023

 

    CRÓNICA DE UN FANATISMO ANUNCIADO


    El dramaturgo español Jacinto Benavente sostenía que “Hay quiénes envenenan al pueblo. Y después dicen, “mirá, el pueblo está envenenado”.

     Lo que ocurrió este domingo en Brasil fue la crónica de un fanatismo anunciado. Antes, durante y después de las elecciones a presidente de 2022, tanto en primera vuelta como en balotaje, el entonces presidente Jair Bolsonaro se dedicó a embarrar la legitimidad, primero de un eventual triunfo de su adversario Lula Da Silva, y después de un concretado triunfo de su adversario Lula Da Silva.

     Lo de Bolsonaro es la expresión más irresponsable y peligrosa, como lo fue Donald Trump en su momento, de una atmósfera en la que todo el tiempo se estimulan los fanatismos. De izquierda a derecha y de derecha a izquierda en la política, o en la industria del entretenimiento con las redes sociales como grandes aliadas, las personas viven en un microcosmos de ratificación de lo que creen y les gusta  y de bastardeo o eliminación de todo aquello en lo que no creen y que no les gusta.

     Todo el tiempo la política, el periodismo y la industria del entretenimiento, que así direccionó a las nuevas tecnologías, le dicen y le dan a la gente una sola cosa: lo que quieren.

     ¿Accesos a pensamientos y gustos opuestos para entenderlos antes de denigrarlos? Never. Educar en vez de entretener? Menos. Eso quita público. Eso quita audiencia. Eso no da votos. Eso no suma likes. Eso no genera vistas. Eso no “garpa”…

     Esto vino para quedarse y atraviesa a cualquier clase social y a cualquier continente.

     El negocio consiste en crear fanáticos y la canallada es, después, criticar el fanatismo.

     Todos los días se embrutece a los pueblos.

     Para que después los cínicos se pasen el día preguntando por qué será que reaccionan así.

    Brutalmente.

 

Walter Anestiades

 

 

    

     

 


sábado, 7 de enero de 2023

 

        ROVIRA ENCENDIÓ LA CHIMENEA

 

     Hugo Passalacqua vuelve a ser la marioneta señalada para otros cuatro años de nada. En Oberá la táctica es despegar al alcalde simbólico Pablo Hassan de los problemas que debería atender. “Pocos ven lo que somos. Pero todos ven lo que aparentamos”, escribió Maquiavelo. Y en eso andará Rovira hasta el 7 de mayo. Echando leña en Posadas para que salga humo en todo Misiones. A ver quién le compra lo que siempre vende.  

     No hay mucho que agregar después de veinte años en el poder. Lo único que la renovación puede mostrar es marketing. Coopta gente para que mienta y después coopta más gente para que mienta más.

     Está todo tan a la vista que en este 2023 Rovira apostó un pleno a la ceguera.

     El escritor austríaco Karl Kraus escribió que “aparentar” tiene más letras que “ser”.

    Veremos si también tiene más votos…

 

Walter Anestiades

 

 

lunes, 2 de enero de 2023

 

¿POR QUÉ LOS MISIONEROS PIDEN PARA EL PAÍS LO QUE NO EXIGEN PARA MISIONES?   

      ¡Feliz Año Nuevo!  Hum…El pensador español Antonio Escohotado postulaba que “el conformismo es la forma moderna del pesimismo”. ¿En Misiones la palabra “cambio” es un imán o un repelente? Porque en 2021 miles votaron un cambio para el país pero ratificaron el feudo local (excepto Oberá). ¿Por qué se conforman con un gobierno que cobra impuestos de Suiza pero da servicios de Haití?

     Después de dos décadas de feudo Carlos Rovira y los principales dirigentes de la renovación tienen su futuro económico asegurado. Y el de sus hijos. Y el de sus nietos. Y el de un par de generaciones más.

     La mayoría de los habitantes de Misiones, los de clase media, no tienen asegurado más que hasta el próximo 1º de marzo. Después de las vacaciones y cuando empiecen las clases. El resto ni siquiera tiene asegurada esta noche.

     ¿Qué llevará a qué tan pocos vivan tan bien gracias a la legitimación de tantos que viven tan mal? Porque los custodios de Rovira hacen que esté a salvo de los chorros. Vos no. El y los suyos viajan en primera clase de avión. Vos no. El puede despreocuparse del índice de inflación. Vos no. El no tiene que estar atento al clima para ver cómo afecta la cosecha de yerba, te o tabaco. Vos sí. Si él se enferma tiene disponible, al instante, un equipo médico de primer nivel. Vos no. Si él debe pleitear los jueces y los fiscales lo obedecen. A vos no. Él nunca va depender de una miserable jubilación como las que pagan el estado provincial o el nacional. Vos sí. Él siempre tiene agua potable y energía eléctrica. Vos no. ¿Por qué Rovira y tantos dirigentes renovadores tienen, gracias a tu voto, lo que vos no tenés? 

    ¿Por qué los misioneros se conforman con recibir miguitas del gran banquete? Porque hace veinte años que Rovira, Closs, Passalacqua, Herrera Ahuad, Rindfleisch, Carlos Fernández, Pablo Hassan, Brignole, Franco, Losada, Stelatto, Aguirre, Fabio Martínez y los alcaldes de cualquiera de los municipios, lo único que les dan es eso. Miguitas del gran banquete. ¿Tan ricas son que no importa que sean solo miguitas?

     En 2021 el electorado misionero, en los comicios nacionales, votó en contra de la mentira, de los patoteros de estado, de la corruptela, de la falta de república, de la inflación y de la malaria general. ¿Y por casa?

     En “El hombre mediocre” José Ingenieros remarca que el mediocre no tiene ideales, no sueña. Por eso se conforma con lo que hay.

     Hugo Passalacqua representa mejor que nadie esa forma de ser.

     Esa forma de ser que convierte a todo año nuevo, en otro año viejo.

 

Walter Anestiades

Ilustración de Nicolás Eugenio Aguilar