lunes, 29 de julio de 2019

         FORZOSAMENTE MACRISTAS 
     Aquella frase de Jorge Luis Borges en el poema “Buenos Aires”- escrito en Para las seis cuerdas, un texto de 1965-, “No nos une el amor sino el espanto”, se convirtió en memorable porque define con una precisa ética y una exquisita estética lo que muchas personas han sentido, sienten o sentirán en algún momento de sus vidas.Cuando se ven forzados a juntarse con quiénes no tienen otro vínculo que una desdicha. Como a la hora de votar autoridades, cuando cientos de miles de argentinos se ven obligados no a elegir sino a descartar.

La administración del presidente Macri logró empeorar el ya desastroso panorama económico-social que dejaron los doce años de kirchnerismo. Una inflación anual que supera el cincuenta por ciento, índices de pobreza que exceden el treinta por ciento y un endeudamiento externo millonario para seguir por el peligrosísimo camino de gastar más de lo que se recauda, asoman como argumentos más que atendibles para pensar en opciones electorales. Y acá es dónde el peronismo, en un país donde el electorado es mayoritariamente peronista, cometió un error imperdonable.

Era la oportunidad para que el peronismo agrupe a sus mejores dirigentes, que los tiene, y arme una oferta política presentable en cuánto a candidatos y propuestas. No.
El grueso de sus dirigentes y de sus agrupaciones decidió volver a someterse, que es la palabra exacta, a los intereses de Cristina Kirchner. No importó que el kirchnerismo les mande a “meterse la marchita en el culo” (Aníbal Fernández dixit), ni que la justicia social que convirtió a Perón en Perón haya sido meramente declamatoria para dejar a tres de cada diez argentinos en la miseria, ocultarlos desapareciendo al INDEC, y llevando a una caterva de exfuncionarios, empezando por la propia viuda de Kirchner, a la riqueza.

     Con el argumento cínico de que “Cristina es la que mejor mide”, o “acá lo importante es ganarle a Macri”, volvieron a preocuparse por la pregunta incorrecta. El interrogante “¿Quién va a ganar?” debe ser reemplazado por “¿Para qué quieren ganar?”.

El día en que la sociedad se ponga más exigente y reflexiva que fanática y estúpida la Argentina va a mejorar mucho.
Pero ese día aparece lejano, de modo tal que el impresentable de Alberto Fernández aceptó ser el candidato a presidente de la “psicópata” (Alberto Fernández dixit) y, gusten o no, hoy son la única opción con el potencial caudal de votos para ganar la presidencia. Y acá hay que detenerse: a los argentinos dignos esta gente y su banda no nos gustan nada.

     “La historia demuestra que la gente no aprende nada de la historia”, sentenció el filósofo Hegel. Y habrá que aprender de la historia argentina reciente.
  
     El kirchnerismo en el gobierno, además de dejar dirigentes más ricos y una sociedad más pobre, se comportó como verdaderos patoteros de estado. Los ejemplos son tantos que si no recordás ninguno es porque viviste en un termo. Por supuesto que fanáticos hay en todos lados pero los fiscales que investigan a Macri siguen vivos.

     Lavagna y Urtubey son dos dirigentes respetables. Pero sin el apoyo de las estructuras que adhieren a Cristina y su marioneta Alberto, en octubre podrán hacer poco y nada. El resto de los candidatos a presidente se debaten entre la derecha siniestra y la izquierda patética.

    No es un panorama esperanzador. Claro que no lo es. Años de una decadencia que excede a Cristina Kirchner y a Mauricio Macri forjaron una sociedad muy enferma e incapaz de generar dirigentes que aglutinen en sí mismos y en sus espacios, republicanismo, honestidad e inteligencia, todo eso junto, para abordar los graves problemas de un país que no está preparado para nada. En el que los gobiernos pasan y los problemas quedan. 

   Por supuesto, los candidatos y sus tartufos pregonan soluciones a la carta. Tanto los que solo saben de hacer ajustes como los que hablan como si la plata del estado la pusiera Dios. Ese es su negocio. No el nuestro.

     El filósofo y escritor Jean-Paul Sartre sostenía que siempre se debe elegir y que siempre hay un mal mayor y un mal menor. Está claro que, puestos contra la pared, en agosto, octubre o noviembre “Juntos por el Cambio” representará un mal menor que Cristina Kirchner. Aníbal Fernández, Amado Boudou (en todo el planeta hay funcionarios que se quedan con dinero, pero este se choreó hasta la maquinita de hacer dinero), Luis DElía, Guillermo Moreno y su particular prédica moral (“si alguno quiere vivir de lo ajeno que lo haga, pero con códigos”) , Hugo Moyano, Hebe de Bonafini, César Milani desapareciendo gente en la dictadura, Lázaro Báez, Cristóbal López, Dady Brieva y su “Conadep del periodismo”, Mempo Giardinelli y su propuesta de “eliminar el poder judicial”, Julio De Vido, José López y sus bolsos, el propio Alberto Fernández dándole con un caño durante una década al gobierno de su ahora candidata a vice, y el periodismo berreta y alcahuete que se autodenomina “militante”. Mamita!

     Como escribió Juan José Castelli, aquél hombre de Mayo: “Si lo ves al futuro, decile que no venga”.

lunes, 22 de julio de 2019

           ¿PARA QUÉ ESTÁ PASSALACQUA? 
     Ya sabemos que cuando aún faltan cuatro meses para que culmine el período de Hugo Passalacqua en la gobernación, siete de cada diez misioneros ya han elegido a Oscar Herrera Ahuad para que, desde diciembre, sea la nueva marioneta de Rovira por otros cuatro años. Pero sucede que en los comicios no se determina quién tiene razón sino a quién la sociedad le otorga la legitimidad de seguir administrando la cosa pública (Rindfleisch fue el alcalde que más veces fue electo en Oberá. ¿Tenía razón?). De modo tal que vale la pena seguir reflexionando acerca de cuáles son las funciones que debería cumplir el gobernador. Porque a juzgar por lo que dicen la mayoría de los medios de comunicación, e incluso muchos de sus votantes, tiene poco y nada de responsabilidad sobre lo que pasa por aquí. Según estos medios pauta-dependientes todo es responsabilidad del gobierno nacional (?).

     Cuándo se trata de los problemas de los productores yerbateros, el estado misionero ni siquiera sirve para lograr que se pague el precio acordado en el INYM, o el dictaminado por el laudo nacional. ¿El estado provincial no tiene poder de policía para controlar? ¿Intenta disciplinar a esos “industriales” que, nos dicen desde hace años, son los que se llevan casi todas las porciones de la torta? ¿El gobernador de la provincia yerbatera por excelencia no tiene nada que decir ni hacer ante los avatares de los pequeños y medianos productores? Lo mismo sucede con los tealeros y los tabacaleros. ¿Tendría que intervenir don Luis Landriscina, de quién sabemos que es muy matero?

     En estos días se produjo una nueva disputa entre EMSA, distribuidora provincial de la energía eléctrica que le compra la luz a CAMMESA, y la CELO, una cooperativa que hace lo mismo en diez municipios de la zona centro y le compra la luz a EMSA. Desde la CELO dicen que le pagan a EMSA pero que no les explican qué es lo que están pagando. Desde EMSA dicen que la CELO es la única de las nueve cooperativas eléctricas de Misiones que no está pagando lo que les debe. Es obvio que alguien no dice la verdad. Y es obvio que el gobernador debería meter la nariz ante el peligro de que “EMSA le corte la luz a la CELO”, según expresó en declaraciones públicas no Juan Montoto sino Adolfo Safrán, el ministro de Hacienda provincial. ¿O eso también es responsabilidad del presidente Macri?

     Difícilmente pase un día sin que algún ser humano muera a causa de algún accidente vial en alguna parte de Misiones. El asunto es multicausal y para que hayan muerto 95 personas entre enero y junio de este año (según declaró Juan Carlos Cuenca, titular del Consejo Provincial de Seguridad Vial), confluyen la irresponsabilidad al volante, el exceso de velocidad, el alcohol, los malos estados de calles y caminos, y otras cuestiones. ¿No hay ninguna medida que el gobernador pueda tomar para enfrentar un asunto en el que, evidentemente, lo que se pueda estar haciendo no alcanza? ¿Habría que consultar con el piloto Lewis Hamilton o aunque sea al “flaco” Traverso a ver si tienen las ideas que en el estado misionero no aparecen?

     En el hospital Samic de Oberá, cuando un paciente tiene algo más fuerte que un resfrío, lo derivan a Posadas. En paralelo, al lado del único hospital que funciona-el del viejo edificio-se levanta otro con mucha facha pero que sigue sin funcionar a pesar de que lo vienen “inaugurando” una vez al año. ¿Quién debería ocuparse de que el nuevo hospital funcione de una buena vez con el personal y la infraestructura que corresponde? ¿El doctor Cormillot?

     Podríamos seguir un rato largo pensando en ejemplos de problemas sufridos por los misioneros que ameritan urgente la gestión de funcionarios misioneros que viven en Misiones y que cobran un sueldo pagado por los contribuyentes misioneros.

     Hemos escrito acerca del “atroz encanto de ser oficialista”. Sobre el hecho de que ser oficialista es lo más fácil que hay porque abre puertas, algunos participan del banquete, la mayoría de las miguitas (y con eso se conforman), y evita pelear con gente poderosa. Un refugio ideal para mediocres y para cobardes. De ahí que las páginas de Facebook de muchísimos dirigentes y habitantes de la provincia estén llenas de críticas a Macri, quién está a mil cien kilómetros de distancia, pero no tienen casi ninguna a Rovira o a Passalacqua, que están bien cerquita. Esta falta de exigencia agrava en cantidad y en calidad los problemas de una provincia a la que le falta de todo. Empezando por un gobernador que se involucre. Y por una prensa que lo fuerce a responder sobre los temas candentes en vez de dispensarlo o preguntarle estupideces.

     Hablar todo el tiempo de Macri, a cargo de una mala gestión nacional, para evitar hablar de Passalacqua, a cargo de una mala gestión provincial, es cosa de pusilánimes.

     ¿Para qué está el gobernador Passalacqua? ¿Para qué va estar desde diciembre el gobernador Herrera Ahuad? ¿Qué relación existe entre la Cámara de Representantes, los problemas de los misioneros, y las soluciones a esos problemas? ¿Para qué están los intendentes? ¿Quién es el responsable de darle seguridad, salud, educación, justicia, trabajo, salarios dignos, en definitiva, una adecuada calidad de vida a los más de un millón cien mil habitantes de la provincia? Las políticas nacionales influyen en todo el territorio, vaya novedad, pero ¿todo es responsabilidad exclusiva del gobierno nacional? ¿Los funcionarios misioneros solo están para otorgar subsidios, inaugurar obras que luego no funcionan, opinar sobre los problemas que les competen como si fueran meros comentaristas, acomodar gente en el estado y prestar colectivos para que los que sufren vayan a joder a Buenos Aires y no molesten acá? ¿Sólo para eso están? ¿En serio?

     Hace poco Carlos Rovira dijo que “los misioneros se quedaron con ganas de más Passalacqua”. ¿Eh?

     “El deber es lo que esperamos que hagan los otros”, definió con ironía Oscar Wilde. Parece ser esa la función principal de Hugo Passalacqua.

     Esperar que otro haga algo.

domingo, 14 de julio de 2019

         BOLETA CORTA, VERGUENZA LARGA     
     “Yo declaro que la justicia no es otra cosa que la conveniencia del más fuerte”, le dice el sofista Trasímaco a Sócrates en un probable diálogo que Platón describe en “La República”. El texto es de unos cuatrocientos años antes de Cristo pero Platón lo podría haber escrito anoche en un bar del centro de Posadas con solo enterarse de cómo funcionan las cosas por aquí desde hace tres lustros.


     A pedido de la renovación (Carlos Rovira), María Verónica Skanata, jueza federal con competencia electoral, dio su “opinión favorable” a que en los próximos comicios nacionales haya boletas cortadas. Por un lado, las de la categoría presidente y vice. Y, por el otro, las de la categoría diputados nacionales.

Rovira había decidido no “jugar” oficialmente para ningún candidato presidencial a favor de ver quién se alza con la victoria para recién después arrimarse. Pero la cada vez más acelerada polarización entre el gobierno y el kirchnerismo podría restarle votos a la estrategia de “boleta corta” de la renovación (postular solo diputados sin adherir a ninguna fórmula presidencial). Y muchos de sus votantes podrían equivocarse al momento de sufragar. El problema para los muchachos renovadores es que la incultura cívica de la que tanto provecho sacaron, esta vez podría jugarles en contra.

     Se verá que recorrido judicial tiene la medida de Skanata a partir de la protesta que cabe esperar de la oposición. Si se confirma o no. Por el momento se trata de un episodio más en donde el poder político misionero hace lo que se le da la gana, incluso, cambiando las reglas del juego en medio del juego y a favor de contar con el apoyo tácito de la mayoría de una sociedad tan en Babia que no le presta atención a los graves peligros de la concentración del poder y de la falta de controles.

     Invierno del 2019. En Misiones la ley es la voluntad de Rovira. Y siete de cada diez misioneros creen que eso está bien…

sábado, 6 de julio de 2019

             ALGUIEN PARA RECORDAR 


     Este lunes 8 de julio se cumplirán seis años de la partida de Joaquín Piña. Y nos sigue costando encontrar a un misionero de estos tiempos que haya hecho más por Misiones que este catalán.

     En el 2006 fue otro David que venció a otro Goliat. ¿Te acordás? Logró amalgamar los intereses de toda la oposición, nada menos, conjugarlos con los de algunos renovadores y utilizar para el bien común la influencia de las iglesias cristianas en la comunidad misionera. El domingo 29 de octubre de aquél año el Frente Unidos por la Dignidad-con Piña de primer candidato- derrotó a Viviana Rovira, la mujer de Hugo Passalacqua, que encabezó la lista de constituyentes oficialistas. Un viejito de lentes y de hablar pausado pudo más que las aspiraciones de Carlos Rovira de cambiar la constitución a su favor, aún apoyado por el presidente Néstor Kirchner (que había logrado la re-re en Santa Cruz y hasta habló en un acto en la Costanera de Posadas para favorecer la de Rovira). Y, de paso, sepultó los intentos reeleccionistas de Felipe Solá en territorio bonaerense y de Eduardo Fellner en territorio jujeño. Bueno, ya sabemos que alguna vez otro viejito de túnica y lentes venció al imperio británico.

     Recuerdo bien que en mi última charla con él, en Posadas, me habló de su desesperanza. Me dijo “me gustaría que el pueblo tuviera más rechazo hacia los dictadores”. Piña estaba adelantando en sus palabras la progresiva degeneración cívica de la sociedad misionera. El paso de la utopía de los padres fundadores de la tierra colorada a la distopía renovadora. La que le permitió a Rovira conseguir lo que buscaba desde otro lugar.

     Antes de todo esto Joaquín Piña ya tenía una vida bien vivida. Antes de 1986, cuando las autoridades eclesiásticas decidieron crear la Diócesis de Puerto Iguazú y lo designaron como el primer Obispo, pasó años en el Paraguay de Stroessner, donde aprendió bien de cerca lo que puede hacer un poder sin controles.

     Se fue un día del invierno de 2013. A los ochenta y tres años de edad. Vaya uno a saber si su corazón no soportó tanta mente o al revés. Como sea, este jesuita sí conseguía con sus modos sencillos y amorosos hacernos pensar que el ateísmo es un cuento del que te dije.
Tuvimos mucha suerte de tenerlo a Piña por acá.

    ¿Suerte? Bueno, quizás sea como nos enseñó el escritor Edouard Pailleron. “No es suerte. Es Dios que mantiene el anonimato”…