domingo, 31 de marzo de 2019

                                          35,7

     Es el índice de pobreza que el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos-INDEC-registró en Posadas, Misiones,  en el segundo semestre de 2018. Un porcentual que es superior al ya vergonzoso índice nacional del 32%. Así como el presidente Macri debería dar mejores explicaciones sobre semejante calamidad, además de soluciones concretas en vez de ese optimismo verbal que en vez de acercar repele, en Misiones Carlos Rovira debería hacer lo mismo. Pero el funcionario público que maneja la provincia desde hace casi dos décadas corre con una ventaja política. Explicaciones no da. Y tampoco se las pide nadie. 

     Ya van demasiados años de micrófonos que se le acercan para preguntarle estupideces o se limitan a amplificar lo que dice. 

     Quince años de renovación y veinte de Rovira eximen de tener que explicar que el hecho de que entre tres y cuatro misioneros sean pobres, no es responsabilidad exclusiva del gobierno nacional. Quién postule lo contrario, o bien percibe un beneficio económico de la renovación para dispensarlos de sus obligaciones, o es un personaje subnormal. 

     ¿Este es el modelo misionerista? Además de que Rovira no lo haga, ¿tampoco van a decir nada ni su socio Maurice Closs, ni el títere que se va, Hugo Passalacqua, ni el títere que viene, Oscar Herrera Ahuad?  ¿Quince años de tamaña decadencia y ningún responsable? El INDEC mide la pobreza en 31 ciudades del país. Generalmente en las capitales de provincia y sus alrededores. ¿A cuánto se elevaría ese 35,7% si se midiera la miseria que se ve desde hace años no solo en el gran Posadas sino también en las colonias de la Misiones profunda y en las periferias de ciudades como Oberá, Eldorado o Puerto Iguazú? 

     Algunos pretenden justificarse marcando que la renovación mantiene un alto apoyo popular. Qué cínicos que son. Saben perfectamente que en los lugares con mejor calidad de vida del planeta se llega al gobierno con apoyos electoralmente modestos, y viceversa. Veamos algunos ejemplos: 

     -Irlanda: su ingreso per cápita es de casi 80 mil dólares al año. Si tomamos un dólar a 44 pesos (lo que vale en la Argentina) eso da un ingreso mensual de 290 mil pesos. En sus últimos comicios el partido Fine Gael (conservador y demócrata cristiano) ganó con el 25,5%.

      -Noruega: su ingreso per càpita es de 74 mil dólares al año. También, con un dólar a 44 pesos, el ingreso mensual de cada noruego es de 271 mil pesos. En los comicios parlamentarios de 2017 el Partido Laborista sacó un 27,4% de los votos y el Partido Conservador, que obtuvo un 25,1%, debió aliarse con otros partidos minoritarios para poder formar gobierno y proclamar a Erna Solberg como primera ministra.

      -Suecia: su ingreso per càpita es de 53 mil dólares anuales. Con el dólar a un valor de 44 pesos, en la Argentina serían unos 194 mil pesos por mes. En septiembre pasado hubo comicios y se impuso el Bloque Roji-Verde, una coalición de centro-izquierda, con el 28,2% de los votos. Tras arduas negociaciones con otras representaciones parlamentarias, el sindicalista Stefan Löfven retuvo el cargo de primer ministro.

      -Canadá: el ingreso promedio de cada canadiense es de 45 mil dólares anuales. Con nuestro a dólar en 44 pesos, significa un salario mensual de 165 mil pesos. En las elecciones federales de 2015 Justin Trudeau , del Partido Liberal, se impuso con el 39,4% de los votos. 

     -Alemania: con un ingreso per càpita anual de 45 mil dólares, que en la Argentina equivaldría a 165 mil pesos mensuales, la canciller Angela Merkel se mantiene en el cargo desde 2005. En los comicios de 2017 (elección de parlamentarios que luego eligen al primer ministro), la Unión Social Cristiana de Baviera  y el Partido Democrático Libre obtuvo el 32,9% de los votos y debió negociar con los socialdemócratas. La misma Alemania que, nos dijeron, tenía más pobres que nosotros, ¿te acordás? 

     Alguien podría preguntar, ¿nos podemos comparar con estos lugares? Respuesta. Deberíamos de una buena vez. 

     Porque la calidad institucional que se registra en esas latitudes es fundamental para mejorar y mantener la calidad de vida. Los déspotas, los tiranos y los señores feudales que creamos por acá solo se mejoran la vida entre ellos y su entorno. No reparten la torta. Se la comen toda y reparten las miguitas. En Misiones el salario mensual de un trabajador en blanco no llega ni a 20 mil pesos. Los sueldos que se pagan en Misiones son los peores del NEA y de los más bajos del país. Pero a los renovadores  les alcanza para ganar los comicios con el 60 o 70% de los votos y ser el único espacio político argentino que maneja el ciento por ciento de los municipios.  Es una relación clientelar en la que, a mayor pobreza, mayor dependencia del estado para sobrevivir. Sobrevivir dijimos. Vivir, viven los Rovira, los Closs, los Passalacqua, los Herrera Ahuad, y sus principales tartufos. 

     La falta de educación cívica está absolutamente ligada a la creciente pobreza. Tanto como la corrupción estructural. Donde hay pocos que tienen mucho y muchos que tienen poco. Se ve en Misiones como se ve desde hace años en el conurbano bonaerense, en Corrientes, Jujuy, Neuquén, Tucumán, Catamarca, La Rioja, Santa Cruz, Santiago del Estero, San Juan, Chaco o Formosa. Por eso ningún crecimiento es sustentable ni duradero. Porque no va de la mano de la republicanización de las costumbres sino de dirigentes mesiánicos que no salvan a nadie. Es sencillo comprobar cómo progresa la vida económica de los funcionarios  cuando hay crecimiento y cuando no hay crecimiento también (a propósito, ¿dónde se publicaron las evoluciones patrimoniales de los gobernadores y los intendentes misioneros desde 2003 hasta hoy?). La ignorancia prevista arrojó los resultados que sus propagadores esperaban. “La libertad no consiste en tener un buen amo, sino en no tener ninguno”, postulaba el sabio Cicerón. No, no. Acá creen en los “buenos amos”. 

     Llamativamente, la gran mayoría de los mass-media misioneros se concentraron exclusivamente en el 32% de pobreza nacional y tocaron muy por arriba, o ni tocaron, ese 35,7% de pobreza que nos cuenta que  el proyecto misionerista está dejando más pobres que el “neoliberalismo” nacional. ¿Así que “indigna” el 32% a lo lejos y casi que resbala el 35% que está tan cerca?  Qué loco, ¿no? 

     La gente pasa por la puerta de tu casa y te pide trabajo a cambio de comida. Ya que por estas horas se desarrolla en Córdoba un nuevo “Congreso Internacional de la Lengua Española”,  tendré que pedirle a algún lingüista que me dé otra palabra, porque “vergùenza” no me alcanza para definir lo que me provocan los políticos que dejan al pueblo pasando hambre en el país de los alimentos. 

     Que lo sepan todos sus insoportables y asquerosos alcahuetes y la caterva de dirigentes que se borocotizan a cada rato. 

     El éxito de la renovación es el fracaso de Misiones. 

domingo, 24 de marzo de 2019

       Y...¿DÓNDE ESTÁ LA GUITA? 
     

     



     El alcalde de Oberá, lanzado a la reelección, proclama tener un municipio con las cuentas ordenadas. En rigor de verdad, lo que Carlos Fernández llama “cuentas ordenadas” no es otra cosa que haberle hecho pagar al pueblo contribuyente la deuda que dejó su antecesor Ewaldo Rindfleisch, a quién nunca investigó porque ambos son renovadores y responden al mismo jefe político, Carlos Rovira, que es quién banca a Rindfleisch.

     A propósito, ¿dónde está Rindfleisch? Más allá del lugar físico y la actividad que desarrolle, indudablemente está gozando de la impunidad que le garantizan todos sus camaradas renovadores. Todos. Pasó. Dejó lo que dejó. Y nadie le pide cuentas de nada (?).
     Para rematarla, en Oberá existe un tipo de votante bastante gil que cree que haber pagado una fiesta que disfrutaron otros es algo que hay que agradecerle al que se la hizo pagar. ¿Vivís y tributás en Oberá? Pues bien, las cuentas no las “ordenó” Fernández. Las ordenaste vos.

     El próximo 2 de junio la renovación presentará a un terceto para el cargo de intendente de Oberá (seguramente habrá alguno más pero este tridente es el que recibirá lo más jugoso del apoyo provincial): se trata de Carlos Fernández (que buscará repetir mandato), el exconcejal Daniel Behler (derrotado en 2015)  y el empresario de medios Carlos Antonio “Tony” Lindstrom (otro que ya perdió en 2015). Tenemos entonces a tres candidatos a los que Rindfleisch les debe mucho: el sucesor que lo cubrió lidiando con los pecados sin nombrar ni castigar al pecador, quién fuera su mano derecha durante doce años, y el periodista que protegió a los obereños de la realidad.

     ¿Repasamos rápido algunos números? La municipalidad, ya en manos de Fernández, informó de un déficit de 62 millones de pesos. La CELO, administrada por Rindfleisch y por sus lugartenientes durante años, llegó a tener un pasivo de 300 millones de pesos. Las obras del plan nacional “Más Cerca, Mejor País, Más Patria”  (a cargo de Julio De Vido y José López, el de los bolsos, hoy ambos presos) fueron valuadas en unos dos millones de pesos y no se hicieron. Lo que costó el Parque Termal (unos 15 millones de pesos. Pero a ese número le faltan otras cifras por las eternas reparaciones de la bomba que lo alimenta y otros ítems). El hecho de que Oberá cumplirá este año nada menos que una década en “emergencia hídrica”. El siniestrado edificio municipal. Y otros asuntos de los que Misiones Cuatro ha venido dando cuenta como nadie. Al número que dé, que será arriba de los 400 millones de pesos, habría que actualizarlo por inflación. Y daría más del doble. Es mucha guita.

     Uno de los datos sustantivos de la política misionera es que, aún después de tantos años de vigencia, hay electores que parecen seguir sin entender cómo funciona la ley de lemas. De modo tal que, para quejarse de los funcionarios renovadores que hicieron malas gestiones, vuelven a votar a otros renovadores. Como en un régimen despótico de partido único.

     En tiempos de campaña electoral se estila que los candidatos del oficialismo contraten espacios en los medios, a cambio de que los entrevistadores les hagan publi-notas y no los incomoden con preguntas en serio.

      “Con la verdad no temo ni ofendo”, decía Artigas y es que Carlos Fernández, Daniel Behler y “Tony” Lindstrom deben respondernos una sola pregunta. La única que interesa hacerle a quiénes han sido responsables de que la segunda ciudad de Misiones esté más cerca del ayer que del hoy y del mañana. La que debería contestar Ewaldo Rindfleisch, de quién estos muchachos deben hacerse cargo de una buena vez porque don “Tito” no es del Partido Socialista Obrero Español, ni del Partido Demócrata italiano, ni del Partido Laborista inglés. Es del Frente Renovador de la Concordia de Misiones. Como ellos.

     La pregunta es…

    ¿Dónde está la guita?

lunes, 18 de marzo de 2019

                  TIEMPO DE APRENDER

     Hace 3 días el gobierno provincial, con los datos que difundió el nacional, nos informó que en las pruebas “Aprender” los alumnos misioneros que culminaron la primaria tuvieron un cierto progreso en Matemática y en Lengua. Llamativamente, cuando hace un par de años esas pruebas “Aprender” dieron resultados negativos para Misiones, los mass-media se llenaron de gente ligada al oficialismo que declaraban que  “son pruebas estandarizadas que no tienen en cuenta la realidad socio-económica de las distintas regiones del país”. Pero ahora, que marcaron un repunte en el nivel de los pibes, el gobierno renovador y sus alcahuetes exhiben los resultados como una escarapela. Pues bien,  aprovechemos el impulso de la buena nueva entonces, y juguemos con algunos números que te pueden cambiar la vida.

      Desde el 10 de diciembre de 2003, cuando Carlos Rovira asumió su 2º mandato como gobernador, pero el 1º por la renovación tras mejicanear al peronismo, pasaron hasta hoy, domingo 17 de marzo de 2019, 15 años, 3 meses y 1 semana. Que equivalen a 183 meses. O a 793 semanas. O a 5.597 días. Años, meses, semanas y días de tu vida.

     Y no tomamos en cuenta los 4 años en los que Rovira fue gobernador por el Partido Justicialista, entre diciembre de 1999 y diciembre de 2003. Si lo hiciéramos, resultaría que el experonista decide el futuro de Misiones desde hace 19 años, 3 meses y 1 semana, período que equivale a 231 meses, a 1.001 semanas, y a 7.058 días.

     Para que vuelvas a tener la responsabilidad de decidir quién sigue o quién empieza a gobernar Misiones y tu municipio (porque siempre lo decidís vos), restan exactamente, desde hoy, 11 semanas. Que son 77 días. Se vota el 2 de junio.

     Si votás con “v” corta  a la nueva marioneta que Rovira usará para seguir en el poder, que se llama Oscar Herrera Ahuad, desde el próximo 10 de diciembre y hasta el 10 de diciembre de 2023, cuando expire el eventual mandato del hoy vicegobernador, Rovira habrá sido el señor feudal de Misiones durante 20 años (24, casi un cuarto de siglo, si se suma el período 1999-2003). Unos 240 meses. Unas 1.040 semanas. Unos 7.305 días. Por lo menos hasta que, una vez más, vos decidas si lo sigue siendo o no. Porque siempre lo decidís vos.

     Si el 2 de junio, en cambio, a la nueva marioneta de Carlitos la botás con “b” larga, restarían 268 días de gestión de Hugo Pasalacqua (la marioneta con mandato vigente), y el 10 de diciembre próximo los días del señor feudal habrían concluido en 5.865, contando solo su período renovador. O 7.326, si le agregamos sus días de justicialista.

     Y el nuevo gobierno misionero tendría por delante 4 años, que son 48 meses, que son 208 semanas, que son 1.461 días, para intentar mejorar tus condiciones de vida de una buena vez. Que, no reviste misterio alguno, se trata de brindar salud, seguridad, educación y justicia. Agua y cloacas. Y energía. Y de crear trabajo genuino y pagar salarios dignos. Ergo, todo lo que Rovira no hizo en 20 años y cuesta mucho creer que lo haga en 24.

     Galileo Galilei sostenía que “No le podemos enseñar nada a nadie. Solo podemos ayudar a que lo descubran por sí mismos”.

     Cristina Kirchner, ayer, y Mauricio Macri, hoy, tienen su parte de responsabilidad en cómo le va la vida a los ciudadanos misioneros. Pero no hace falta tener demasiadas luces para entender que el gobierno de Misiones, que está hace 15 años en el poder, y su caudillo, que está hace 20, son los responsables número uno de lo que hay y de lo que no hay por acá.

     Tuviste ya 20 años de Rovira y 15 de renovación.

     ¿Todavía no lo aprendiste?


domingo, 10 de marzo de 2019

     LA LEY DE MURPHY EN OBERÀ 
     El ingeniero aeroespacial norteamericano Edward  Murphy enunció un principio muy difundido: “Si algo puede salir mal, va a salir mal”. Es lo que conocemos como la “Ley de Murphy”. Algo así ha pasado en Oberá con el asunto del defensor del pueblo.

     Con el paso del tiempo a algunos les va cayendo la ficha (aunque para otros el proceso de entendimiento va demasiado lento). La Misiones de Carlos Rovira es un feudo y esa palabra, “feudo”, no es un concepto elegante para debatir en ámbitos intelectuales o para discutir con los amigos en el café. Es un modo de manejar la cosa pública que joroba la vida cotidiana. 

     Un estado feudal coarta libertades, es hermético, estructuralmente corrupto, estimula la ignorancia cívica, la sed de justicia es poco saciada, difunde propaganda como si fuera información y genera mecanismos de pseudoparticipación. Pergeñar el cargo de “Defensor del Pueblo” en un feudo que siempre impone sus reglas es una jugada destinada al fracaso porque allí al pueblo nunca lo va a defender nadie. 

     Oberá es el ejemplo perfecto de eso. 

     Misiones Cuatro alertó como ningún medio como venía la mano. Primero se sancionó la Carta Orgánica de la ciudad. Que suena lindo tenerla pero en los hechos se puso feo porque los votantes le dieron a una mayoría de convencionales constituyentes renovadores la responsabilidad de sancionarla. Obviamente, mantuvieron la ley de lemas-ese modo de votar que huele a rancio-y escribieron un sinfín de derechos que no se cumplen (como el boleto de colectivo gratuito a los jubilados, por ejemplo) transformando a la Carta Orgánica en algo similar a un adorno chino que tengo en mi casa. 

     Después vino el tiempo de elegir al Defensor del Pueblo. En unos comicios opacos y ley de lemas mediante, fue electa la contadora pública Patricia Nittmann. Quién resultó tercera en cantidad de votos-3.556-quedando muy por debajo del candidato Roberto Silverstone-que obtuvo 6.158-y del candidato Gabriel Tula-con 5.658-. Nittman terminó triunfando apretadamente gracias al aporte electoral de los otros candidatos renovadores: Andrés Moreira, Celia Soria, Miguel Angel Morales, Andrés Rehe, Claudia Meza y Estela Carmen Bárbaro. Pero con un dato, además, insoslayable. Patricia Nittmann no solo fue candidata del partido de gobierno, la renovación. Además fue la candidata del alcalde Carlos Fernández, quién impulsó su sublema y hasta hizo campaña por ella. Esto es, la “defensora del pueblo” que debe controlar al gobierno y al intendente simpatiza con el gobierno y con el intendente. 

     Ya en el cargo Nittmann nombró como su asesor jurídico a Hugo Lesiuk, un abogado que está acusado de integrar una asociación ilícita que perjudicó a la AFIP en unos setenta millones de pesos. Por cierto todo acusado es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Pero en una ciudad como Oberá, en la que hay trescientos abogados litigando, optar por uno que está involucrado en semejante causa para semejante cargo no pareció una decisión muy inteligente. 

     Para rematarla hace unos días Bernabé Aguirre, quién fue votado como defensor del pueblo adjunto de Patricia Nittmann, renunció al puesto, argumentando que la funcionaria jamás lo consultó ni lo tuvo al tanto de nada desde que asumió, de modo que él no estaba en condiciones de reemplazarla. Patricia Nittmann está embarazada y empezó a tomarse algunas licencias. De hecho, hasta el viernes pasado, Lesiuk debió ocupar el cargo de Nittmann. 

     En síntesis: en un feudo votaron para defender al pueblo de los excesos del gobierno a una candidata del gobierno, que nombró como asesor a un acusado de evasión que termina reemplazándola porque ella debe pedir licencia y el que debía reemplazarla se mandó a mudar porque dice que nunca le dieron bola. Que esto funcione bien tiene menos chances que Sampaoli de volver a dirigir la selección nacional. 

     ¿Quién será el Defensor del Pueblo de Oberá cuándo el embarazo de Patricia Nittmann progrese lo suficiente? Se especula con que asumiría el segundo más votado dentro del lema renovador (los concejales ya han ido preparando el terreno legal para eso). Se trata de Andrés Moreira, un joven abogado que solía ser crítico del status quo renovador, pero que, al parecer, un día tuvo una charla con Carlos Rovira y salió persuadido de lo brillante que es el proyecto misionerista en marcha. 

     La sociedad obereña no se involucra como debiera en los asuntos públicos. Y estos mecanismos de pseudoparticipación, cuyos efectos prácticos provocan un genuino rechazo, la desalientan más. 

     “En cuánto el zonzo analiza la zoncera, deja de ser zonzo”, escribió don Arturo Jauretche. 

     La estrategia, entonces, es que nunca la analice…