viernes, 20 de agosto de 2010

NO LO ESTATIZAN, LO "KIRCHNERIZAN"

«L'État, c'est moi» ("El estado soy yo"), es una frase que resume el estilo radicalizado de absolutismo politico que se le atribuye al rey Luis XIV de Francia, amo y señor de la Francia de los siglos 17 y 18, con setenta y dos años de reinado. Icono de la concentración de todo el Poder en una sola persona, Luis entendió a los bienes del Estado y a la "cosa pública" como a la "cosa de él".

Aunque incompatible con la aplicación práctica de la Democracia, América latina tiene una lamentable tradición de tiranías. No siempre fueron propiciadas por el "imperialismo yanqui" y no siempre carecieron de votos. Todo gobierno necesita "presentar" lo que hace ante la sociedad como mejor de lo que es, de modo tal que siempre se utiliza una retórica lo suficientemente propagada para que los perezosos mentales se coman el amague.

En épocas de kirchnerato, la retórica que divulga la maquinaria propagandística oficial-que incluye a actores sociales que antes se quejaban de las injusticias que ahora ya no les importan-apela a postular una suerte de reparación: si en los noventa la ola ultraliberal privatizó todo, ahora el gobierno "nacional y popular" lo estatiza, lo nacionaliza, lo "recupera" para "el pueblo".
Tremendo verso.
Se les saca el negocio a los que usufructuaron de él para dárselo a los empresarios afines a los "K" (Cristóbal López y el negocio del Juego es sólo un caso dentro de tantos). O directamente se los queda el Estado. Y el Estado son los Kirchner. Los mismos Kirchner que han admitido su megacrecimiento patrimonial ante la Justicia que controlan. Recordar: no hay kirchnerismo sin impunidad. Y en los demonizados noventa, Néstor y Cristina eran tan menemistas y cavallistas como cualquiera. Por supuesto, la información manipulada o anémica, más la memoria selectiva o de corto plazo, son estupendos aliados.

Así con las AFJP (ni un solo peso fue a parar a manos de los jubilados argentinos). Así con el "Fútbol para todos". Así con "Fibertel" y el servicio de internet.Así con todo.

"El estado soy yo", dicen que dijo Luis XIV.

Digamos las cosas como son: no estatizan. "Kirchnerizan".

lunes, 16 de agosto de 2010

SOCIEDAD PETER PAN

Peter Pan es el nombre del personaje creado por el escritor escocés James Matthew Barrie a principios del siglo veinte.El cuento narra las fantásticas aventuras que vive Peter, un chico de trece años de edad que, redondamente, se niega a crecer.
Peter vive con otros chicos, incluídos dos hermanos y su compañera Wendy-una bella chica de doce años-en el "País del Nunca Jamás". Sitio alucinante en el que habitan hadas-como el hada Campanita-, sirenas y piratas oscos y malvados-como el capitán Garfio, rival de Peter Pan-.
Sintéticamente, el protagonista del cuento no quiere crecer, a favor de eludir las responsabilidades que trae la madurez.
Oberá parece ser una suerte de sociedad Peter Pan.
Es una sociedad absolutamente desmovilizada-comportamiento anticiudadano por excelencia-, sin compromiso con la cosa pública (la "cosa de todos" que en Oberá parece ser la "cosa de los otros"), sumamente conformista y capaz de tolerar cualquier acto de prepotencia del Poder sin que a casi nadie se le mueva un pelo.
Los consecutivos aumentos al boleto único de transporte urbano de pasajeros-servicio brindado por una empresa monopólica-, las tarifas carísimas de agua y luz más el deplorable servicio que suele dar la Celo (Cooperativa Eléctrica Limitada de Oberá), un Hospital que por sus carencias se parece mucho a la clínica del Doctor Cureta, la rendición de cuentas cero de su actual intendente y el entretenimiento constante con el cotillón, son elocuentes síntomas de una sociedad que prefiere permanecer en la inocencia antes de crecer, madurar y asumirse como tal, con sus buenas y sus malas.
Los ¿"por qué? " son tratados en buena parte de los artículos de éste blog. Habrá otros motivos que nos superan.
Pero poco y nada habrá de mejorar en Oberá si persiste el miedo a crecer, a favor de, primero, descubrir el velo-la "aletheia" de los antiguos griegos-sobre lo que cotidianamente sucede en sus calles. Enterarse puede obligar a "hacer algo". "Hacer algo" puede ser el peor de los infiernos para quién huye despavorido ante el menor compromiso.
La sociedad obereña, buena parte de ella, tiene miedo a crecer, a madurar, a tener que actuar de manera adulta.
Prefiere la inocencia de la niñez.
Como Peter Pan...