miércoles, 29 de mayo de 2019

EL ÈXITO DE ROVIRA ES EL FRACASO DE MISIONES 
     En los noventa Carlos Rovira se entronizó en el poder de la provincia hasta que, con el nuevo siglo, se convirtió en el amo. Casi la totalidad de los límites de Misiones están conformados por ríos: el Iguazú al norte, el Paraná al oeste, el Uruguay y el Pepirí Guazú al este y el Chimiray al sur. Por ellos no nada un pez sin que Rovira lo sepa. 

     El presidente del parlamento provincial armó un sistema político a su medida. Dónde la sumisión es política de estado y la ley su voluntad. Cuando en 2006 la población le dijo “no” a su intento de eternizarse, cambió de lugar y se eternizó igual. Puso marionetas en la gobernación y mantuvo la ley de lemas para que en los municipios  la gilada reemplace a los “malos” renovadores con los “buenos” renovadores. Para que el ganador sea siempre él. 

     La libertad no consiste en tener un buen amo, sino en no tenerlo”, nos enseñó el sabio Cicerón en la Roma del siglo anterior a Cristo. Misiones es un ejemplo contundente de lo contrario. La mayoría de la población cree en los buenos amos. 

     Carlos Fernández es el nuevo buen amo de Oberá. El renovador bueno que reemplazó a Ewaldo Rindfleisch, el renovador malo. Norberto Aguirre es el buen amo de Eldorado. Juan Carlos Ríos lo es en Campo Viera. Bruno Beck en Andresito. Ernesto Friederich en Caá Yarí. Luis Ripoll en Garupá. Abundan los ejemplos. Uno más patético que el otro. 

     En los feudos ser oficialista es lo más fácil que hay. En Misiones cualquiera es renovador. Ser un chupamedias del gobierno garantiza ciertas puertas abiertas, notorios acomodos, “ganar” concursos, y recibir las migajas de las tortas (Rovira compra cada vez más barato). En cambio no alinearse implica ser condenado a la periferia, tener las puertas cerradas y toparse, a cada paso, con nidos de ratas. Y eso sí que no es para cualquiera. Se necesita carácter. Se precisa temple. Cojones u ovarios bien puestos. No es para cualquiera. 

     En los feudos el voto cautivo de los oficialismos tiene un piso alto. Para un opositor (uno en serio) andar por ahí, sin manejar la “caja” como sí la manejan los intendentes con los que debe competir, y pretender ganar un comicio es una quimera. Y eso no se cambia así nomás. Los candidatos le piden el voto a los ciudadanos. Pero no son ciudadanos. Son clientes. 

     En la Misiones de Rovira hay chupamedias de todo tipo. Incluso, con eso de la ley de lemas, los sublemas renovadores se prestan los chupamedias. 

     Para vivir en Misiones y no ser un alcahuete se precisa tenerlas bien puestas. Por eso, de este lado del mostrador, el de la dignidad, somos cada vez menos. 

     Porque eso de ser digno no es para cualquiera. 

REPETIMOS LA PREGUNTA, ¿DÓNDE ESTÁ LA GUITA?




      A una semana de las elecciones en Oberá Carlos Fernández, Daniel Behler y Carlos Antonio Lindstrom siguen sin explicarle a la población adónde está el dinero que le faltó al municipio cuando Rindfleisch se fue. Los tres se postulan para la alcaldía (Fernández va por la reelección) pero no se hacen cargo de nada. Una actitud impresentable.

     En diciembre de 2015 Ewaldo Rindfleisch, renovador y kirchnerista, dejó la intendencia de Oberá tras doce años de mandato. Su sucesor Carlos Fernández informó que la comuna tenía un déficit de 62 millones de pesos (actualizado por inflación, que desde entonces fue del 128%, hoy sería de más de 140 millones). ¿De qué? Eso nunca lo dijo. Los concejales oficialistas ni siquiera objetaron los números que recibieron del ejercicio contable anterior. Daniel Behler, mano derecha de Rindfleisch en todos sus gobiernos, no habla del asunto y tampoco le preguntan. Y “Tony” Lindstrom, el periodista que en vez de hacer su laburo crítico se dedicó a ser el principal propagandista de don “Tito”, tampoco toca el tema. El terceto distrae hablando de cuentos viejos que ameritan naftalina.

     ¿Qué clase de sociedad se puede construir sobre la base de la impunidad? ¿Funcionarios y candidatos que se hacen los distraídos sobre el oscuro modo en que se usó el dinero del pueblo son los que van a hacer una Oberá mejor?

     Solo existen dos clases de personas desinteresadas sobre el destino de los fondos públicos. O quién recibe algún beneficio económico por ser oficialista. O un idiota que todavía no entendió que la plata del estado no la pone Dios y que también es suya.

     En los más de quince años que la renovación lleva administrando Oberá la ciudad no progresó nada. Falta energía eléctrica, agua y cloacas. Falta mejoramiento de calles  y veredas (sobre todo en los barrios). Una morgue judicial para que los cadáveres no pasen el fin de semana en una comisaría hasta que el lunes los lleven a Posadas (en una ciudad cuyo intendente es un médico). Faltan recursos humanos en el hospital Samic (faltan médicos). Falta todo. En abril de 2009, hace ya una década, el Deliberante  declaró la “emergencia hídrica” en una sesión de la que participaron como concejales Carlos Fernández y Daniel Behler, quiénes, igual que Lindstrom, hablan como si hubieran nacido ayer.

       Si en Oberá no se hizo ni lo más básico, ¿por qué quedaron esos millones de déficit? ¿En qué se gastaron? No estaban ni Macri de presidente ni Dujovne de ministro de Hacienda. Eran los años de Néstor y de Cristina Kirchner y del país que crecía “a tasas chinas”. ¿Entonces?

      El dinero era de la gente. Y fue la propia gente, los contribuyentes, los que tuvieron que poner más dinero encima para tapar el agujero fiscal. ¿Por qué no se hizo alguna suerte de auditoría? ¿Por qué no se impulsó una investigación política, en paralelo a la judicial, como se ha hecho en otros municipios?

     La impunidad llama a la impunidad. Con este antecedente, en cualquier momento algún funcionario podría verse “tentado”. Total, parece que en Oberá se puede hacer cualquier cosa y no pasa nada.

     “¡Contra la injusticia y la impunidad! Ni perdón ni olvido”, exclamó Bertolt Brecht.

      No Bertolt. No. En “la ciudad de los nueve mandamientos”, dónde al séptimo lo borraron, parece que esa justicia que reclamás a la mayoría no le importa.

       Pero no debe interesarnos si la renovación dañó tanto la psicología de los electores que la mayoría quedó  pavota. Hay que seguir preguntando.

       ¿Dónde está la guita?

sábado, 18 de mayo de 2019

                         ¿QUO VADIS? 

     Pedro escapaba de Roma, la Roma de Nerón, cuando en el camino se le apareció Cristo cargando su cruz y entonces Pedro le preguntó: “¿Quo vadis Domine ?”, que en latín significa “¿Adónde vas señor?”. La respuesta fue suficiente para que Pedro vuelva a Roma a cumplir con su ministerio, lo que derivó primero en su martirio, y luego en su santificación. Y con él empezó la historia del papado. 

     ¿Quo vadis? puede preguntarse cualquiera de nosotros y cada uno sabrá todo, algo o nada de la respuesta. Lo mismo pasa con las sociedades. 

     ¿Quo vadis Oberá? La renovación lleva quince años haciendo que los ciudadanos obereños pierdan el tiempo. Tras doce años y tres gobiernos de Ewaldo Rindfleisch y uno de Carlos Fernández, en Oberá está todo por hacerse. 

     En Oberá no hay proyecto de nada. Dicen que lo hay, que es otra cosa. El jueves pasado, por ejemplo, unos cuántos candidatos que aspiran a dirigir la ciudad fueron a perder el tiempo a la Facultad de Ingeniería a exponer sobre la “Oberá turística”, un viejo cuento que solo pueden creer quiénes nunca hayan visitado una ciudad turística y que demuestra la poca idea que se tiene del panorama general. 

     En estos años en Oberá se ha oído hablar de una Facultad de Medicina, de un Parque Industrial, del Parque Termal, del nuevo y majestuoso hospital Samic, del nuevo edificio municipal, etc, etc, etc. La realidad es que en Oberá falta energía eléctrica para que la luz no se corte a cada rato y por cualquier cosa. En Oberá también falta agua potable, y teniendo en cuenta que está ubicada sobre una reserva de agua dulce como el acuífero Guaraní, se puede deducir lo mal que han hecho las cosas como para lograr que falte el recurso que sobra. Faltan cloacas. Combatir la creciente inseguridad. Falta generar trabajo genuino (ese que no tiene nada que ver con acomodos políticos en el estado o en la CELO). Falta una adecuada atención de la salud de la población. Falta definir que se va a hacer con el transporte público y con la monopólica empresa que presta el servicio. Falta justicia. Falta investigar la monumental deuda pública que dejó Rindfleisch y que Carlos Fernández les hizo pagar a los contribuyentes sin hacer una auditoría y cubriéndolo políticamente. Falta combatir la impunidad del crimen de “Marilyn”, de la desaparición de Golemba y de tantos otros casos. Faltan calles y veredas. Falta darle bola a los barrios. 

     El bien ganado prestigio de Carlos Fernández como médico y su don de gente no alcanza para ser un proyecto de ciudad. Es una idea berreta creer en salvadores. Fernández no lo es. Nadie lo es. 

     Ahora se necesita gente con “estaño”, como decía don Jauretche. Gente con la suficiente “calle” como para darse cuenta de lo que pasa, de las prioridades, con la honestidad y la capacidad para solucionar asuntos que pueden ser solucionados. Dirigentes lúcidos frente a tanta gilada. 

     Porque si Pedro apareciera por Oberá y preguntara ¿quo vadis? se encontraría con una sociedad que padece un problema peor que el no encontrar la respuesta. 

     Ni siquiera se hace la pregunta. 

domingo, 12 de mayo de 2019

Adelanto exclusivo: “Honestamente”, el libro de Ewaldo Rindfleisch 

     Tuvimos acceso a la edición impresa de “Honestamente”, el libro donde el arquitecto Ewaldo Rindfleisch repasa sus doce años de gestión, por así decirlo, en la alcaldía de Oberá. En la primera de ellas, 2003, fue electo por el Frente Renovador. En la segunda, 2007, se fue reelecto por el Frente para la Victoria. Y en la tercera, 2011, fue recontra reelecto por  “Dignidad Federal”, un sello de goma aliado a la renovación. La arquitectura siempre agradeció que la política evitara que Rindfleisch se dedicara a ella. Primero radical, luego renovador, también kirchnerista, don “Tito”, el apodo que lo distingue de otros que no se pueden reproducir, compendió vivencias  que pueden dar respuestas a esas preguntas que el periodismo vernáculo que supo comprar, con cariño y amistad, nunca le hizo ni le va a hacer. He aquí algunas, de puño y letra: 

-“Así como los peronistas misioneros saben que Carlitos Rovira representa mejor que nadie la justicia social que les inculcó Perón (por eso se pasaron casi todos a la renovación, porque saben que Rovira es el Perón misionero), algunos radicales entendimos rápidamente que Mauri Closs era la reencarnación de Alem y que en él se verificaba ese krausismo, ese desapego por los bienes materiales, esa defensa de la institucionalidad,  que son la piedra basal de nuestra doctrina. Por eso me hice renovador. Pero igual me mantuve al lado de mis amigos radicales de Oberá. En retribución, ellos jamás me molestaron en mis doce años de alcalde y nunca hablaron mal de mí. Sé que moriremos todos como correligionarios”. 

     -“También adherí al kirchnerismo. Cuando Néstor propuso la transversalidad me sedujo inmediatamente. ¿Cómo no sumarme a un proyecto político que reunió a una pareja de santacruceños que no se llevaron un alfiler del gobierno, que jamás vivieron de la política, que siempre fueron abiertos y democráticos y que reunieron a una pléyade de prohombres (no, nada de pro), que reunieron, decía, a hombres y mujeres íntegros como Amado Boudou, Julio De Vido, Luis DElía, Cristóbal López, Aníbal Fernández, Oscar Thomas, Ricardo Jaime, Hebe de Bonafini, Felisa Miceli, Alberto Samid  o José López. Ay Josecito, cuánto nos ayudaste con la obra pública. Nos mandabas los fondos y nunca nos preguntabas que hacíamos con la plata. De puro cariño a los hermanos del interior, nomás”. 

     -“Con Carlitos Rovira nos enojamos por un tiempo. Resulta que una vez estábamos en mi cumpleaños  y, al cortar y repartir la torta, se enojó porque no le di un buen pedazo. Le dije que era por su salud, para que no tuviera prediabetes como yo, que siempre me como la torta y reparto poquito. Con el tiempo comprendió y nos volvimos a amigar. Tanto que me dijo, “Tito, no vamos a permitir que te hagan levantar temprano para ir a declarar a algún juzgado. Vos ya tenés tus achaques y necesitás dormir bien”. 

     -“A Rolo Dalmau ya le pedí disculpas. Le mandé a hacer unas cositas para que la gente pensara que era un demonio, ji ji. Todo muy inocente pero necesario para que los obereños entendieran nuestro proyecto. Ustedes saben como es mi Oberá. Necesitan un pastor que les saque el demonio. Y yo era ese pastor. Ji ji”.    

     -“Con la CELO tuvimos algunos inconvenientes. La gente quería luz, agua y cloacas  y yo intenté explicarles que primero estaban el canal de televisión (para que el socio conozca en profundidad el grueso volumen de nuestra gestión), el celular “Nuestro” (que no salió por culpa de Avancini y Pellegrini, que pensaron que podían llevar adelante algo así sin mí), y el parque termal. ¿Vieron lo lindo que quedó el Parque Termal? Jamás tuvo un problema con la bomba, que anda de diez, y me dicen que lo disfrutan entre dos mil y dos mil quinientas personas por día. Gracias a eso logramos que hoy Oberá haya desplazado a las mismísimas Cataratas del Iguazú como principal polo turístico de nuestra tierra colorada. La CELO quedó con algún déficit, pero nada inmanejable. ¿La luz? El señor nos dio el brillo del día. ¿El agua? El señor hace que llueva seguido en nuestra querida Oberá”. 

     -“Cuando asumió el doctor Fernández me enojé un poco porque anduvo diciendo por todos lados que dejamos sesenta y dos millones de pesos de deuda. ¿Cómo deuda? ¿Y las obras que hicimos, que fueron un montón? Por ejemplo…, eh…, o sea…, bueno, ahora estoy estresado y no me acuerdo de ninguna, pero fueron un montón. Por suerte después Carlitos (Rovira) lo llamó a Carlitos (Fernández) y le ordenó que se calle la boca. Así se hizo y entonces los contribuyentes obereños, que son otros Carlitos, fueron y pagaron todo porque entendieron que era para el bien público. Y sin quejarse, como dijo Hugo (Passalacqua) el otro día en un acto”. 

     -“Hay un señor, un tal Escobar, que dice que recibimos plata para hacer obras y que las obras no están. Por favor, que injusticia! Esta mañana estuvimos con Nory, mi mujer, trotando por el “Sendero del Inmigrante”, a pesar de que está tapado por las piedras y el yuyal porque en esta gestión no lo limpian. No es culpa nuestra si ahora no lo cuidan ¿Y la Plaza de Boca? Un amigo que estuvo en Nueva York me dijo: “Tito, está mejor que el Central Park”. Ji ji, todo por los queridos obereños de los barrios, que fueron prioridad en mi gobierno”. 

     -“Quiero agradecer de todo corazón al periodismo obereño. ¿Qué hubiera hecho yo sin ellos ante los ataques destituyentes de la corpo de Misiones Cuatro, FM Oxígeno, Infóber y los dibujitos de Aguilar? En especial a Tony Lindstrom, un periodista independiente que siempre se mantuvo objetivo y alejado del gobierno. ¿Qué ahora es candidato renovador por segunda vez? Bueno, debe ser un extrapartidario que adhiere a nuestro proyecto. Agradezco también a Normita Lunge y Alejandrito Zabala por esas preguntas inocentes que me hacían, casi de niños, que me provocaban tanta ternura. A Norita Salinas, que jamás se equivocó al repetir las gacetillas que le mandé a decir. A Sergio Sedoff, de Oberaonline, le predije mantenete, mantenete al lado de Ivonne que vas a llegar lejos. En fin, al círculo de periodistas completo, que comprendieron que la vida real duele y entonces había que entretener a nuestro pueblo con sueños”. 

      -“Me acusan de tener un montón de medidores de energía a mi nombre. No entienden que tengo varios porque la CELO me los regaló en agradecimiento a mi desempeño como expresidente de la cooperativa. Y también dicen que me la paso en Brasil, que tengo casa ahí. Nory, deciles. Cada vez que voy a Brasil, donde tengo si tengo alguna casita fue construida con madera misionera, me la paso hablándoles de lo linda que es Oberá. No sé si algún funcionario público habrá pasado tanto tiempo en las playas de Brasil divulgando las atracciones que tenemos en Misiones como lo hice yo. Una vez fui a Brasil a promocionar el parque termal con un auto oficial. ¿Y qué hizo la oposición antiobereña? Me denunciaron ante la justicia. Sabían que al atacarme a mí, atacaban a Oberá”. 

     -“También dicen que me llevé la plata de la recaudación de la Fiesta Nacional del Inmigrante. ¿Qué pretendían? ¿Qué no cobremos nada por ese galpón de vanguardia que construimos en el parque ? ¿Ustedes vieron la magnitud de esa construcción? ¿Lo que es ese galpón que tiene algo de gótico y algo de barroco? Algunos son desagradecidos. Les di los mejores años de mi vida. En mis doce años de gobierno comunal, salvo luz, agua, cloacas, trabajo, arreglo de calles y veredas, seguridad, educación, salud, justicia, transparencia, libertad de prensa  y salarios dignos, me ocupé de que tuvieran todo lo demás. ¿Y me lo quieren pagan con desprecio? No señor, que me lo paguen con la recaudación.”

      -“Quiero despedirme agradeciendo a mis más fieles colaboradores. A Danielito Behler, que ahora se hace el Behler y habla como si nunca me hubiera visto. Danielito, no dejés que Fernández nos robe lo del Parque Industrial. Ese cuento es nuestro. Obereños, no se dejen engrupir por nadie más que por nosotros. Voten a Fernández, a Behler o a Tony. Todos ellos garantizan mi libertad y prosperidad. Quiero decir, nuestra libertad y nuestra prosperidad”. 

     -“Gracias a Carlitos Rovira, nuestro líder natural, quién me animó a escribir este libro. En una oportunidad me dijo: “Tito, no podes dejar que manchen tu reputación contando la verdad.” Y ahí empecé a garabatear algunas palabras hasta que salió este libro que ojalá sea un nuevo aporte para que los obereños recuerden lo felices que éramos y lo bien que nos iba hasta diciembre de 2015. Nunca tuvimos un corte de agua, ni de luz, ni un caso de inseguridad. Pero el neoliberalismo que nos gobierna ahora en el país es insensible y no está cerca de la gente como nosotros, los misioneristas, que acabamos con la pobreza en nuestra tierra y tenemos pleno empleo. Obereños, voten a Herrera Ahuad. Sigan agradecidos de  nuestro gobernador (me contó Hugo que cada vez que va a Oberá lleva tres pares de medias, porque los dueños de los medios se las chupan tanto que no quiere quedarse mucho tiempo con los pies mojados. A ver si se resfría!). Sigan mirando el noticiero de nuestro canal local con sus investigaciones, leyendo Misionesonline con su análisis crítico de nuestro gobierno  y sigan nutriéndose del pensamiento de intelectuales como Celia Soria”. 

     -“Sé que casi nunca lo parece pero todo lo que he hecho en mi vida política, como este libro, lo hice honestamente. Ya nos veremos en alguna otra inauguración del hospital Samic. Gracias. Y hasta la victoria siempre!!!” 

Caricatura de Nicolás Eugenio Aguilar 

     
     

viernes, 3 de mayo de 2019

                     OBEDECER AL LOBO 



     
     El martes falleció el doctor Alejandro Vogt, un científico que fue el creador del legendario serpentario de Oberá, dónde se elaboraba el suero antiofídico que salvó la vida de cientos de personas. Debió ser reconocido, próspero y feliz. Todo lo contrario. El poder ordenó ignorarlo, abandonarlo y dejar que su obra se extinga. Desde entonces Vogt se fue apagando a la par de sus creaciones. Y la sociedad obereña, en vez de reaccionar, miró como se apagaba.

     Hay similitudes entre lo sucedido al doctor Vogt y lo que vivieron el ingeniero Alfaro (el donante de las tierras donde se hace la Fiesta Nacional del Inmigrante) o Juana “Ticha” Bárbaro. Todos padecieron el abandono de la sociedad porque acompañarlos podía traer aparejado el enojo de algún lobo poderoso. A Vogt lo ayudaron unos vecinos que lo asistieron hasta último momento. Al ingeniero Alfaro le quedó su familia. A Ticha, su familia y algunos (pocos) amigos.

     ¿Y la sociedad a la que tanto le dieron?

     Vogt llevaba adelante un centro de investigación científica-y de paso un destino educativo y turístico-que fue orgullo de la ciudad (dicen que a Oberá la pretenden turística pero permitieron destruir esa atracción), en dónde  salvó a muchos de morir de ofidismo. Alfaro fue un altruista que colaboró para que “la máxima fiesta de Misiones” lo llegue a ser (recorré el Parque de las Naciones.  Vas a notar que no hay ni una mísera placa que recuerde que esas tierras las donó él).Ticha pedía justicia para su hermana asesinada y enterrada viva (murió sin tener siquiera una fecha concreta del juicio al único acusado que permanece imputado). Pero en “la ciudad de las iglesias” no fueron muchos los cristianos que se preocuparon por estos prójimos.

      Cierta vez a Vogt se le ocurrió quejarse por radio de que Rindfleisch dejó cesante al único ayudante que tenía en el serpentario. Bastó para que el entonces todopoderoso alcalde renovador y kirchnerista se “enojara” y que ordenara abandonarlo. Y lo abandonaron. Llamativo: en Oberá las ovejas no obedecen al pastor. Obedecen al lobo.

      Según nos contó el propio Vogt, algunos de los profesionales que formó se fueron a trabajar a Gobernador Roca. Y los animales fueron a parar a Iguazú. Èl, Vogt, será ràpidamente olvidado. Rindfleisch, en cambio, fue votado tres veces, hoy disfruta de impunidad política y la renovación, su partido, aún sigue en el poder.         

     La escritora y diplomática mexicana Rosario Castellanos señalaba que “No es que el poeta busque la soledad. Es que la encuentra”.

     Alejandro Vogt no era un poeta. No buscó la soledad ni se la encontró de casualidad. A la soledad que padeció se la prepararon las ovejas.

    Como había ordenado el lobo.