sábado, 18 de enero de 2025

 

           ME LO PUEDO IMAGINAR 

 

     El fiscal Alberto Nisman murió un día antes de ir al Congreso de la Nación a denunciar a la entonces presidente Cristina Kirchner por encubrimiento. Fue una muerte muy oportuna para ella. El filósofo Immanuel Kant decía que “Tuve que eliminar conocimiento para hacerle espacio a la creencia”. Por cierto, para creer que Nisman se suicidó hay que eliminar todo lo que sabemos de su muerte. Incluso, hay que eliminar todo lo que sabemos en general.

     Hace exactamente una década el fiscal de estado Natalio Alberto Nisman apareció muerto con un disparo en la cabeza en el baño de su departamento del piso 13 de la Torre Le Parc, ubicada en el barrio porteño de Puerto Madero. Tenía 51 años y se había divorciado de la jueza federal bonaerense Sandra Arroyo Salgado, con la que tenía dos hijas por entonces menores de edad, de 8 y 15 años. 

      En 2004 Nisman fue designado por el presidente Néstor Kirchner al frente de una unidad especial creada para investigar la voladura de la mutual judía AMIA, ocurrida una década antes. En el verano de 2015 Nisman denunció que la viuda de Kirchner y entonces presidente, Cristina Fernández, estaba encubriendo a los acusados iraníes en la causa AMIA. Esa denuncia, tras la desaparición de Nisman, fue desestimada por la justicia pero fue reabierta a favor del impulso que le dieron la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas) y el ya fallecido juez federal porteño Claudio Bonadío. Durante el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, los acusados fueron sobreseídos. Pero en el último diciembre, en el gobierno de Javier Milei, la Corte Suprema confirmó que Cristina Kirchner debe ir a juicio por esta causa.

     ¿Y la causa abierta tras la muerte del fiscal? En un primer momento, para el fuero ordinario, no hubo intervención de terceros. Pero un año después, en 2016, la jueza actuante se declaró incompetente y la causa pasó al fuero federal. Una nueva pericia, a cargo de Gendarmería Nacional, determinó que Nisman fue drogado, golpeado y ejecutado por al menos dos personas. Por eso, hoy por hoy, la causa se investiga como un homicidio.

    “Donde hay poca justicia es peligroso tener razón”, sentenció Francisco de Quevedo, poeta español del siglo XVII. Vaya uno a saber que avances habrá, si los hay, tanto en la causa que investigaba Nisman como en la que investiga su muerte.

     Pero, a ver, pensemos un poco: un fiscal que denunció a la Presidente de la Nación aparece muerto en uno de los barrios más custodiados del país. Las imágenes de las 127 cámaras de seguridad de la zona no detectaron nada. Los diez custodios (¡diez!) que tenía asignados, que tardaron doce horas en inquietarse porque su custodiado no respondía a sus llamados, tampoco detectaron nada. Después de su muerte física, algunos oficialistas salieron a pretender matar su reputación (?): el jefe de gabinete Aníbal Fernández dijo que era un “sinvergüenza”, y el senador misionero Salvador Cabral Arrechea dijo, sin prueba alguna, que “Diego Lagomarsino (el perito informático de Nisman) lo mató por celos y dinero”.

     Hace mucho tiempo, en medio de una polémica por los bienes de la presidente Cristina Kirchner, le pidieron su opinión al humorista Antonio Gasalla y respondió: "No necesito preguntarle a la Presidenta de dónde salió su riqueza, me lo puedo imaginar".

     ¿Cómo murió Nisman?

     Creo que me lo puedo imaginar…

 

-Walter Anestiades

-Imagen: Natacha Pisarenko/AP/picture alliance

domingo, 12 de enero de 2025

 

            DE LA TRAGEDIA A LA COMEDIA

 


     En su libro “El 18 de brumario de Luis Bonaparte”, Karl Marx escribe que “Hegel dice que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y la otra como comedia”. La renovación gobierna Oberá desde hace más de dos décadas, siendo la ineludible responsable de un atraso que recorre los erráticos días de “Tito” Rindfleisch hasta la actual farsa de Pablo Hassan.

     En “El 18 brumario…” Marx aborda dos golpes de estado: el primero arrancó el 9 de noviembre de 1799, o el 18 de Brumario del año VIII, según el calendario republicano (Brumario: quiere decir el mes de la bruma del otoño francés, que es octubre o noviembre). Fue cuando Napoleón Bonaparte puso fin a la revolución tras una década caótica y de Terror jacobino (guillotina mediante) y terminó con el Directorio, hasta entronizarse él mismo al autoproclamarse emperador. El segundo golpe arrancó con la revolución que le puso fin a la monarquía constitucional de Luis Felipe en 1848, hasta que en 1851 otro Bonaparte, Luis, sobrino del Napoleón que todos conocemos, asestó el golpe y terminó, él también, autoproclamándose emperador. La historia, como pensaba el filósofo alemán Georg Wilhelm Hegel, se había repetido. Pero, sacude Marx, la revolución de 1848 no supo hacer nada mejor que parodiar a la de 1789. Y califica al emperador Napoleón III como una caricatura del emperador Napoleón I.

     Cuando Rindfleisch ganó holgadamente los comicios de 2003 Misiones no era un feudo y Oberá no era una ciudad en decadencia sino otra más ganada por la coyuntura nacional de la crisis de 2001. Pero Rindfleisch supo armar un aparato de propaganda que demonizó al alcalde “Rolo” Dalmau para que la sociedad entendiera que solo un mesías podía salvarlos de ese demonio venido de Campo Ramón. El mesías era él. A partir de ahí no paró de concentrar poder para terminar, doce años después, como el intendente más veces electo en la historia obereña-tres-y con un progreso personal mayúsculo que contrastó con el retroceso penoso de la ciudad. A Rindfleisch, que fue minando toda resistencia, lo votaron los padres.

     Desmarcado de la “ola correntina” de poder que el “doc” Carlos Fernández trajo a Oberá en la segunda década de este siglo, ahora Pablo Hassan hijo y varios de los muchachos y de las chicas llegados con aquella ola están, otra vez, progresando políticamente tanto como Oberá se sigue estancando. Hassan también copó la CELO, acumuló poder, armó un aparato de propaganda-ahora digital-que lo blinda de la incomodidad de tener que hablar de la realidad, y goza de una buena imagen y de una “caja” suficiente para ser reelecto. A Hassan, que tiene poca resistencia, lo votaron los hijos.

     Fue una tragedia lo que Rindfleisch hizo con Oberá. Lo que hace Hassan, que es más o menos lo mismo, a veces da risa.

     En los tiempos de Rindfleisch la renovación se fagocitó a los kirchneristas locales, que no pudieron eludir la contradicción de tener que irla de opositores a Rovira en la Plaza 9 de Julio y ser todos oficialistas en la Plaza de Mayo. Ahora, en tiempos de Hassan, la renovación se está comiendo a los libertarios locales, que no sabemos cómo harán para eludir la contradicción de tener que irla de opositores a Rovira en la Plaza 9 de Julio y ser todos oficialistas en la Plaza de Mayo.

    De la mano de la renovación Oberá va de la tragedia a la comedia.

     Lo que hace veinte años a los padres les daba indignación, hoy a los hijos les da risa.

 

Walter Anestiades

 

 

 

 

 

 

 

 

 

sábado, 4 de enero de 2025

 

           LA REPUTACIÓN ONLINE  

 


    Leopoldo Marechal nos enseñó que “Cuando se recibe un nombre, se recibe un destino”. En Oberá la oposición tiene hoy tres concejales de quiénes hemos destacado su indispensable labor republicana. Mara Frontini, Adriana Kosnicki y Aníbal Ramírez fueron electos por un mismo lema, Juntos por el Cambio, y por un mismo partido, el PRO. Pero en estos días no pudieron juntarse ni para hacer un spot de salutación de Navidad. Y reciben golpes sin contragolpear. Pasa el tiempo y la oposición sigue sin entender la importancia de una estrategia comunicacional. Y que el desafío es llegar con su mensaje a los que nunca les dan bola…

    Esa costumbre de remarcar que Kosnicki y Ramírez son del Bloque “PRO-Avancemos” y Frontini es del Bloque “PRO-Construyendo, debería quedar enterrada porque no hay ni “frontinismo”, ni “kosnickismo”, ni “anibalismo”. Ya ni siquiera hay Juntos por el Cambio. Y cuánto quedará del PRO está por verse, libertarios mediante.

     El oficialismo obereño goza de un poder omnímodo y de un renovado aparato de propaganda que funciona las 24 horas del día los 365 días del año. La oposición, que jamás entendió la importancia de tener una estrategia comunicacional, ahora también subestima la influencia de las redes sociales (algo que Milei sí entendió: “la vio”). A esta altura del siglo XXI, nos guste o no, todos tenemos una reputación en la vida real y también tenemos una reputación online.

     Hace unos días el portal “Hassan-Inside” publicó un panfleto que fue directo contra la concejala Kosnicki, quién molesta con sus pedidos de informes y proyectos, y molesta mucho más desde que tuvo el coraje cívico de denunciar penalmente al alcalde. El texto, que parece dictado por algún funcionario comunal, no fue refutado por ninguno de los concejales porque argumentan que eso sería “darle entidad” al artículo. No entienden que ese portal, aún siendo de una obsecuencia oficialista berreta, tiene ochenta mil seguidores y que el grueso de la sociedad, ganada por la pereza mental, no discrimina información de propaganda. El portal de noticias más leído de la provincia es Misionesonline, que de tan rovirista hace que el Boletín Oficial del gobierno parezca crítico. ¿Cuánto tiempo más deberá seguir este poder feudal para que a algún opositor le caiga la ficha de lo fundamental que es darle batalla al goteo inacabable del mensaje oficial?

    Este año Misiones renovará tres bancas de diputados nacionales. Pero también remozará la mitad del parlamento provincial. Y Oberá elegirá a su tercer Defensor del Pueblo. Todo atravesado por el doble juego mileísta de irla de opositores pero teniendo a Rovira de aliado. Al oficialismo lo aglutina la "caja". ¿Y a la oposición qué? 

    En medio de eso para la oposición obereña sería suicida desperdiciar la destacada labor  de los tres concejales del PRO y del terceto que comanda la Defensoría del Pueblo, electos por el radicalismo. La única chance que tienen es hacer todo perfecto. Bien no alcanza. Deberá ser perfecto. Por evitar subestimar al electorado, terminaron sobreestimándolo. Un electorado que se evade, que no los escucha, que no valora lo que hacen y que encima vende el voto. Pero es el electorado que hay.

    Hace poco escuchamos al historiador Natalio Botana diciendo que “Tener el poder es una cosa muy distinta a tener la verdad”.

    Hace mucho que en Oberá la oposición tiene la verdad.

    Pero si no logran que esa verdad la conozcan todos, nunca tendrán el poder.

 

 

Walter Anestiades