domingo, 20 de diciembre de 2009

ELOGIO DE LA NAVIDAD


Hermosa película. "Blade Runner". Clásico del ´82 con Harrison Ford. Recuerdo una escena. Recuerdo varias. Pero ahora se me viene a la mente aquella en la que Rick (el personaje de Ford) ve morir al líder de los replicantes (que encarna Rutger Hauer). Lo ve morir bajo la lluvia. Con la impronta músical de Vangelis de fondo. "Debe de haberse hecho las mismas preguntas que nos hacemos todos-piensa Rick-:¿de dónde vengo? ¿adónde voy? ¿cuánto tiempo tengo?".
No está mal andar por ésta vida con algunas cosas más o menos claras. Que es ,quizás, el mejor aporte del cristianismo a la humanidad. Aportar claridad. Luz. Se me dirá que es cuestión de fe. Bueno, yo a Jesús le creo. No sé si será porque el cristianismo aparece en mi vida como un hecho cultural-éso es antes que nada una religión-o por experiencias de vida que reforzaron esa creencia. Pero lo cierto es que todo éso del espíritu infinito que acompaña un tiempo a la materia finita, un paraíso, la existencia de un sólo Dios al que se puede llegar por fe pero también por razón-como bien demostró Santo Tomás-me lo creo. A otros no. Pero yo a Jesús le creo.
Bueno, así las cosas resulta que la Navidad no es otro asunto que el cumpleaños de Jesús. Dios hecho hombre. El tipo al que le creo.
¿Obviedad? Entonces ¿por qué la navidad es esa fecha del año calendario en la que, básicamente, el grueso de la gente se reúne a caretear, morfar y chupar hasta casi reventar y ni se acuerda de la "obviedad" ?
El fin de año sí es otra cosa. Ecuménico, invita a evadirse de la manera en la que a uno se le cante. El fin de año, más allá de balances o el lagrimón que se puede piantar al evocar a quiénes ya no estan pero estuvieron, es de naturaleza exógena. La navidad es endógena. Es para pensar de que se trata. Reflexionar. Meditar. Orar. Preguntarse. ¿Dé dónde vengo? ¿Adónde voy? ¿Cúanto tiempo tengo?
Se repite como cliché éso de "espíritu navideño". Craso error. Pareciera un aleccionamiento a que uno sea una persona un tanto mejor más o menos desde las nueve o diez de la noche del día 24 hasta que se despierte de la mamúa el 25. Para continuar siendo a partir del día 26, tal vez, el mismo hijo de puta que fue todo el año. Eso es "espíritu hipócrita", no espíritu navideño. Y según coinciden los exégetas y los bachilleres en Sagrada Escritura, el cristianismo y el caretaje no tienen mucho que ver.
"Que tus hechos suenen más fuerte que tus palabras", mandó el Cristo.
Hombre. Mujer.Vos que la vas de cristiano.Que en ésta navidad, tus hechos suenen más fuerte que el sonido de las copas al hacer los brindis...

1 comentario:

Anónimo dijo...

El 24 a la medianoche Josefina quería ir a bailar a Glam. Las amigas, le hacían el bocho y los padres de las amigas, obviamente tenían menos idea que sus hijas que el 24/25 no es carnaval. El dueño de Glam, como el de Slice, la Bailanta y alguno más por ahí, no creo que hayan pensado en Cristo, sinó en Plíncaja. Josefina no fue, el enojo tardó en pasar pero pasó. Y entendió el,charla mediante, el significado de la Navidad. Por Gracia, hay tipos como vos ( y que gracias a Dios, sos además mi amigo) que ponen luz y alivian esa culpa absurda, que en oportunidades nos agarran a los padres, por poner los límites que es imprescindible poner. Abrazo. Jorge Pablo Tomas