“Usted no puede resolver sus problemas con la
mentalidad que los ha creado”, definió alguna vez Albert Einstein. Es algo que los peronistas misioneros deberían aprender. Y rápido.
El próximo 31 de marzo habrá elecciones
internas en el Partido Justicialista misionero, devenido en una diáspora
que ha dejado más peronistas afuera del partido que adentro. No pasa un día sin
que algún dirigente salga a buscar responsables de éso en la geografía de la provincia.
Encaran mal. Deberían buscarlos fuera de Misiones porque es por ahí donde los
van a encontrar. Al menos, a una de los dos arquitectos de la destrucción del
Justicialismo misionero, otrora todopoderoso y hoy convertido en un triste
observador de la omnipotencia Renovadora. Se llama Cristina Kirchner.
Por tradición verticalista, porque la
“caja” la maneja la señora y sin “caja” no hay paraíso, o porque falta coraje intelectual para decirlo en
público, sobran los dedos de una mano para encontrar dirigentes que se atrevan
a mencionar decididamente las responsabilidades que le caben al matrimonio Kirchner en haber sacado de
la cancha al Justicialismo de la tierra colorada para ponerlo en la tribuna.
El 28 de septiembre de 2003 Carlos Rovira le ganó las elecciones a Ramón Puerta y se consagró
gobernador. Salvo que ese “alemán
jodido”-Don Alzheimer-haya atacado a
unos cuántos, nadie puede olvidar que Rovira se fue del peronismo, se alió con
un radical que a su vez se fue del radicalismo (Maurice Closs), armaron esa UTE (Unión Transitoria de Empresas) que
es el Frente Renovador y contaron con el claro apoyo del entonces Presidente de la Nación: don Néstor Carlos Kirchner. Un Kirchner que
no apoyó al Partido Justicialista-encolumnado tras la candidatura de
Puerta-sino que privilegió su interna con Eduardo
Duhalde. Eran los tiempos en que la luna de miel de la sociedad con el
nuevo mandatario permitía y alentaba escribir cuentos como el de la “transversalidad”. El peronismo, con sus
históricos dirigentes y militantes, eran algo a desterrar para la “nueva
ideología K”. Ni a Alvaro Alsogaray, ni a “Paco”
Manrique, ni a Sánchez Sañudo,
ni al almirante Rojas ni a “gorila” alguno (“gorilas” de verdad ) se
les ocurrió decir nunca aquella frase del hoy senador Aníbal Fernández que resume el pensamiento del kirchnerismo con respecto al peronismo
(dos cosas muy distintas): “métanse
la marchita en el culo”.
Si bien Puerta fue derrotado, el justicialismo se
quedó con la mayoría en la legislatura misionera. Eran los añorados tiempos en
que la
Cámara-presidida por Luis
Viana-no le permitía a Rovira gobernador hacer lo que quería. Cuándo,
precisamente, una de las funciones del parlamento provincial es limitar el
poder del Ejecutivo, que es otro Poder. Pero la ignorancia cívica es muy grande y la propagación del “relato” de
“una legislatura que pone palos en la rueda” ganó consenso social y desde los
comicios de 2005 la Cámara de Representantes se transformó en lo
que es hoy: el sultanato de Rovira.
Lo que siguió fue una caída libre . El
Partido Justicialista fue intervenido para hacer y deshacer a gusto de
Kirchner. ¿Duele recordarlo? Lo sentimos mucho, pero así fue. El Frente Renovador se convirtió en el aliado estratégico de los Kirchner-que
apoyaron el intento re-re de Rovira en 2006-y el Justicialismo local quedó para
el museo hasta el punto de sacar tan pocos votos que hoy parece una ONG (Organización
No Gubernamental). Estamos hablando del mismo Partido que gobernó Misiones
durante la friolera de dieciséis años entre 1987 y 2003.
En el caso particular de Oberá hay un hecho en el que vale la
pena detenerse y reflexionar. El Frente para la Victoria,
o sea el peronismo nos dicen algunos, llevó como candidato a intendente- ganó-al
ex radical antiperonista Ewaldo “Tito” Rindfleisch. Sí. Rindfleisch fue el candidato del “peronismo”
obereño en 2007. Cosa denunciada en su momento por cuatro tipos. Perdón, éramos
más. Eramos cinco.
Bueno, te espero. Andá a
tomar ranitidina y volvé para leer
lo que falta de éste artículo que llega a su omega.
Ahora
resulta que nos quieren contar que en Misiones el kirchnerismo hará renacer al
peronismo.
Uno se
pregunta que diría Evita si recorriera la actual Misiones y observara a tantos
chicos desnutridos y a tanto desocupado cobrando planes sociales y a tanta
gente que no sabe lo que es tener agua potable o cloacas en su casa . Y tener
que contarle: “compañera Eva, desde Nación apoyan ésto porque ésto es el
proyecto popular”.
Es probable que el delirio y la euforia que puede
provocar que a uno lo acomoden con cargos y dinero le haya hecho olvidar a
muchos que hubo, hay y habrá un
matrimonio que son los indiscutido
líderes y referentes de esa fuerza transformadora de la realidad del trabajador
que supo ser el peronismo. El matrimonio integrado por Juan Domingo Perón y Eva
Duarte. Ningún otro.
El
kirchnerismo va a recuperar al
Justicialismo misionero para enfrentar y doblegar a la Renovación y poner a
Misiones en sintonía con la
Nación, ganada por el proyecto nacional y popular que incluyó
a los olvidados que vivían una existencia miserable.
Muchachos,
vayan a engrupir a otro lado…