lunes, 9 de diciembre de 2013

EL OBRAR SIGUE AL SER



    




      Si tuvieras la oportunidad , mujer, de robarte un par de preciosos vestidos sin que nadie nunca vaya a saber que fuiste vos ¿lo harías?  Si tuvieras la oportunidad, varón, de apropiarte de un estupendo y cotizado par de zapatillas sin que, también, nunca se sepa que te las quedaste vos, ¿lo harías?
     ¿Qué es lo que te hace ser un tipo o una tipa honesta?  ¿La presencia de policías y/o un sistema judicial que a vos sí te metería en la cárcel?  ¿O una formación moral que a fuerza de tener conciencia no precisa de “oportunidades” de quedarte con lo que no es tuyo?
    No lo pienses como algo hipotético o como una fórmula retórica. Pensalo como una chance real.
     Ayer nomás, en la mediterránea provincia de Córdoba, muchos burgueses como vos “aprovecharon la oportunidad” y se quedaron con cosas que no eran de ellos. En medio de saqueos-organizados o no-parece que se robaron tantos o más plasmas que litros de leche y pan.
     ¿Un policía armado es lo único que separa a una persona honesta de una ladrona?
     ¿Tenía razón Michel Foucault cuando sostenía que las cárceles no estaban destinadas sólo a los “malos” que delinquen sino más bien a los “buenos” que también delinquirían si no fuera porque tomaron conciencia del castigo que hacerlo les podría traer?
     ¿Desde cuándo robar está bien o, por lo menos, ya no merece el repudio social que recibía antes, cuando todos éramos más chicos?
       Si una sociedad está habitada en un buen número por sujetos que participan de una mirada simpática o autojustificatoria de la acción de robar en lo privado, ¿por qué habrían de escandalizarse  a la hora de elegir autoridades ante otros sujetos que, dedicados a la política,  sencillamente “aprovechan su oportunidad”?
      Dada la expandida pereza mental es más fácil argumentar que los corruptos que nos gobiernan tienen poco o nada que ver con nosotros, esa sociedad, ese pueblo maravilloso que somos. Pobres víctimas de personajes ambiciosos y sin escrúpulos. Esos “políticos”. ¿No?
      “Operari sequitur ese”. “El obrar sigue al ser” nos enseñó hace mucho  Santo Tomás de Aquino, aquél que fusionó el racionalismo aristotélico con la doctrina cristiana, mostrando que eran compatibles.
     Uno se revela, se da a conocer en lo que hace.
      Gente que no es ladrona solo porque no tiene la oportunidad.
     Gente que después vota.
     Gente que actúa acorde a como es.
     Porque el obrar siempre sigue al ser…



     
    

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