USAR A U.S.A.
Decir una
“verdad a medias” es una búsqueda perversa de la persuasión. En Lógica se aprende que la falacia de una
verdad a medias es un eficaz instrumento discursivo para vender el paquete de
kilo completo: adentro van 100 gramos de lo cierto y 900 gramos de mentiras.
Años de imperialismo estadounidense con
efectos tangibles de su ejercicio han dado letra suficiente para utilizar una
retórica pseudo-patriótica que siempre pagó bien a la hora de reclutar
voluntades y mucho más ahora, en una época de pereza mental tan extendida. El
imperialismo yanqui, que ha existido y existe, ha provocado desastres en buena
parte del planeta. La política exterior de U.S.A (United States of America), estratégicamente impulsada por el Departamento
de Estado, no admite diferencias entre administraciones Republicanas o
Demócratas. Cosa que el progresismo “trucho” de América Latina no puede
dimensionar y aún cree que las bombas arrojadas por orden del señor Clinton volaron por los aires a menos seres humanos que las que hizo tirar el señor Bush.
En ésta “media verdad”-la de postergaciones sociales cuya responsabilidad
recae en buena parte en el “Tío Sam”-se han parado varios latinoamericanos
corruptos, déspotas y asesinos para
ganarse la simpatía y la idolatría de millones de desorientados que así les
toleran su corrupción, su despotismo y sus crímenes. Como la política no admite
el vacío la masa no camina sin un líder. Un fenómeno de chauvinismo que bien
definió Samuel Johnson (escritor inglés del siglo XVIII) al decir que en
ocasiones “el patriotismo es el último refugio de los canallas”.
No vamos a radicalizar el texto
acordándonos de cómo en su momento la burguesía permitió los ascensos de Hitler
o Mussolini con tal de no dejar entrar al “demonio rojo” comunista en sus
países. Nos quedamos por acá cerca. Digamos Venezuela. Digamos Ecuador. Digamos
Argentina.
“Patria o buitres” es un slogan que
intenta emular el verosímil manifiesto de “Braden o Perón”. La diferencia entre
ambos radica en que hoy el yanqui Braden no es nada ante el argentino Boudou y
Cristina es la antítesis de Perón. Por cierto, tengamos una aventura del
pensamiento e imaginemos al líder justicialista recorriendo la Argentina de hoy
con chicos desnutridos que en el país de las vacas no saben lo que es tomar una
copa de leche y algún gil a sueldo intentando explicarle: “Mire nuestras
políticas de estado, General. Esto es peronismo”.
Venezuela vive de venderle petróleo al
“imperio” como gustaba decir “Padre nuestro Chávez”. Cuando Rafael Correa deje
su cargo Ecuador no solo será un país bananero en lo económico sino además en
lo cultural. Aquí en nuestra Argentina, porque es “nuestra” y no sólo tuya
kirchnerista, los que no pueden explicar cómo se hicieron megamillonarios desde
la función pública se atreven a darnos consejitos y máximas sobre el amor a la
patria.
Según algún estudio cuya cientificidad
desconozco los argentinos somos uno de los pueblos que más profesa un
sentimiento antinorteamericano. Sentimiento que ,sin embargo, no impide comprar
y comprar dólares empezando por los que
nos gobiernan y los “4 de copas” que los defienden.
Las “medias verdades”, retóricas,
falacias, sanatas y mentiras forman parte del discurso político pero parece que
por estas latitudes persuaden más de la cuenta (véase elecciones 2011).
No es cierto que no hay mal que no dure
cien años. Todo vuelve y aún en época de CD, DVD y MP3 los impresentables con
votos le pasaron la franela al disco de vinilo para que los perezosos mentales
se entretengan con la vieja milonga que,
puesta bien alto, tapa el ruido de tantas macanas hechas.
Una vieja milonga: “Usar a U.S.A.”
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