lunes, 8 de junio de 2020

    EDITOR RESPONSABLE: CARLOS ROVIRA 


     

     Son muy pocos los medios de comunicación y los periodistas que hoy, 7 de junio, justifican con su trabajo la celebración del día. El día de esa profesión que cuando se ejerce en serio incomoda a todos los gobiernos y que por eso habilita  un interrogante que cierra la idea. ¿cuántos son los canales de televisión, las emisoras de radio y los diarios de papel o digitales de cualquier lugar de la provincia que con su laburo afectan los intereses del poder feudal que Carlos Eduardo Rovira pergeñó hace veinte años?

     En Posadas pueden escucharse las necesarias voces críticas en algunas radios y en el canal de televisión de Misiones Cuatro. El éter de Oberá ofrece un camino libre a recorrer que tuvo que ser desmalezado porque hasta no hace tanto había listas negras. Son las dos principales ciudades misioneras. ¿Y en el resto? ¿En cuántos canales de televisión comunales o en cuántas radios locales se puede expresar una crítica directa al hombre que gobierna la tierra colorada sin que haya consecuencias para el periodista o para el medio? ¿En cuántos municipios aún hay temas que siguen siendo tabú porque implica meterse con los intereses del intendente y de los suyos? En algunos medios tradicionales se permite la crítica pero de Rovira para abajo porque el titular del legislativo es intocable.

       Hay diarios digitales de Misiones que brindan  un estupendo servicio informativo. En internet y en las redes sociales hay margen para el desahogo de los ciudadanos que luchan por una vida más justa. Pero resulta que también hay malas noticias con eso. El gobierno nacional acaba de aprobar un protocolo de “ciberpatrullaje preventivo” (?) que se esfuerzan en aclarar que no se meterá con la libre opinión de nadie. Pero, viniendo de quién viene…En Misiones hay gente que fue demorada por la policía por compartir “fake news” mientras al exalcalde obereño Ewaldo Rindfleisch todavía ni lo llamaron a declarar en las dos causas que tiene en la justicia desde hace casi un lustro.

     Se sabe que en Misiones el único respaldo que tiene un periodista es el de la silla donde se sienta a escribir o a hablar. También se sabe que la actividad padece mucho de una informalidad que la transforma en amateur y de la absurda creencia de que el periodismo es un hobby. A su vez ¿cuántos son los dueños de medios que no se plantean como único norte el canjear pauta oficial por alabanza fácil o silencio cómplice? Vamos, que es demasiado obvio que en varios de sus asuntos Misiones vive un apagón informativo y que eso va para largo.

    Hay periodistas que se resisten a este status quo. Y hay otros que se sienten relajados repitiendo gacetillas, preguntando pavadas, desdeñando las repreguntas y hablando mal de Macri, que ya no está, para no tener que hacerlo de Rovira, que sigue estando. No tienen inconvenientes en indignarse por cualquier injusticia que pase bien lejos de la provincia o en criticar a Ramón Puerta, que dejó de ser gobernador hace más de veinte años. Mamita! Se hacen los incisivos con el pasado y los otarios con el presente.

     La forma en que se puede ejercer el periodismo en un feudo es algo que muchos colegas padecen. Pero que muchos otros, disfrutan.

     El periodismo digno que sobrevive no solo tiene que aguantarse a la renovación. Ahora tiene que   volver a convivir con el kirchnerismo. De modo tal que patoteros de estado, sobran.

     La oposición, si es que lo existente en Misiones merece que se la llame así, tiene una relación declamatoria con la libertad de prensa. Le dedican el tiempo que les queda tras cuidar y vigilar su metro cuadrado de poder. No alcanza.

    Párrafo aparte para los comerciantes que se autocensuran y no apoyan publicitariamente a los medios que ejercen ese pluralismo que dicen valorar. A veces sufren apretadas. Y a veces se aprietan solos.

     Otro 7 de junio en el que tendré que saludar a los mismos colegas de siempre. En Oberá, por ejemplo, los pibes que van apareciendo no demuestran tener ni actitud ni aptitud para hacer algo mejor que sus mayores. En las divisiones inferiores no hay nadie distinto.

     La profesión está globalmente en crisis y la Argentina no es ninguna excepción. El embrutecimiento de la sociedad, ganada por el fanatismo, tampoco ayuda. La pereza mental, propia de impresentables que opinan sobre artículos que no leen porque si van más allá  del título y la foto parece que se les baja la glucosa, ayuda todavía menos.

     7 de junio. “Feliz día a los periodistas que…”. “El periodismo es esa profesión que…”. “Un periodista es aquél cuyo…”. Bla, bla, bla. “Res non verba” que por acá el poder la tiene demasiado fácil.

      Dicen por ahí que bien clarito lo planteó don Miguel de Unamuno en su tiempo: “Siempre hay que decir la verdad. Y especialmente cuando no conviene”.

    Vaya nuestro saludo a los periodistas que siempre dicen la verdad.

     Y especialmente cuando no conviene.
     

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