domingo, 2 de enero de 2011

PROTESTAR CON EL VOTO

Es muy común y también muy positivo que cada comienzo de un nuevo año nos aliente a soñar, a tener esperanzas de que las cosas mejoren, a seguir creyendo, a tener fe, a repensar que actitudes deberíamos tener o cambiar a favor de que todo éso que queremos que suceda se haga realidad gracias a algo de nuestro esfuerzo también y no sólo por magia o por designio divino. Vale para lo personal y para lo social.

Cada uno conoce sus deseos en cuestiones personales. Acá vamos a hablar de nuestro deseo para éste año 2011 en lo social, nuestro sueño en común, como argentinos que adoramos haber nacido en éstas latitudes.

El deseo para éste año es que los argentinos aprendamos a protestar con el voto.

Será un año electoral. Profusamente electoral. Elegiremos presidente y vice, diputados y senadores nacionales, gobernadores, diputados provinciales, intendentes y concejales.

Se ha convertido en una lamentable costumbre el protestar de varias maneras, menos con el voto: con piquetes (copryght argentino), cacerolazos (otro copryght nuestro), cortes de ruta, quemando gomas, saqueos, huelgas, quites de colaboración, marchas, concentraciones, silbatinas, puteadas, quejas a través de los medios de comunicación, escraches, evadir impuestos, violar las reglas, etc., etc., etc.

De varias maneras. Menos con el voto.

Por ignorancia o por pereza mental, un buen número de argentinos no utiliza debidamente esa arma por excelencia que en democracia es el voto. Aprender a botar con "B" larga a los que nos defraudaron al votarlos con "v" corta.

Pero no. Salvo contadísimas excepciones, los argentinos tenemos una muy mala calidad de vida y sin embargo le seguimos dando nuestro apoyo electoral a los causantes de ello. Por acción-por las macanas que se mandaron-o por omisión-inútiles que no saben resolver problemas-. Personajes que han llegado al Poder con un proyecto personal son legitimados con el sufragio popular aún a sabiendas de que en sus gobiernos, a los que mejor les fue, es a ellos mismos.

Permanentemente se sostiene que la economía argentina creció a tasas siderales desde hace siete años. Un ocho o nueve por ciento anual. Significa mucho dinero. Significa que el Estado jamás dispuso de tanto volúmen de dinero para llevar a cabo un proyecto de país. Paradojalmente, los pobres siguen tan pobres como siempre o peor, aún hay chicos que se mueren de hambre (v-e-r-g-o-n-z-o-s-o), los precios siguen subiendo por la escalera mientras los salarios lo hacen por el ascensor, trabajo no se consigue, los impuestos siguen siendo asfixiantes, la inseguridad se desbordó, si uno se enferma un fin de semana la mejor opción es rezar y las nociones básicas del funcionamiemto de una República (División de Poderes, por ejemplo) son cosa de la teoría.

De todo el dinero que hubo, ¿a vos cuánto te tocó?

"No hay opciones", dicen algunos. Sólo un perezoso mental puede sostener una idea de dos pesos con veinte como ésa. Siempre hay opciones. Es cuestión de informarse y de informarse bien.

"¿Roban pero hacen?", dicen otros. Qué decadencia llegar a "razonar" así, ¿no?

"Hicieron cosas", sostienen por ahí. Del gran banquete, recibiste migajas. Los pueblos exigentes progresan en serio y en todos los órdenes. No los conformistas.

Exigentes vs conformistas. En las sociedades cuya calidad de vida es alta (en Salud, Seguridad, Educación, Justicia y nivel salarial) se protesta con el voto. Quién gobierna mal, por el voto no vuelve más. Quién gobierna bien, un período más y al museo, a dar conferencias (alternacia en el poder, cosa elemental en Democracia). Ser ciudadano es algo bien distinto de ser un mero habitante de los lugares. En la Argentina de hoy, el indiferente le gana al ciudadano por goleada. Terrible: en algunos lugares, peor se vive, más votos para el que gobierna. Terrible.

Decía bien Albert Einstein que "la locura es hacer siempre lo mismo y esperar resultados distintos". Parafraseándolo, se podría afirmar que en democracia, la locura es votar siempre a los mismos y esperar que las cosas cambien. Quienes gobiernan saben de antemano que no es necesario gestionar bien para ser reelecto en su cargo. Triste. Patético. Pero es así.

El 2011 es un año electoral. Ojalá haya menos quejas por los medios de comunicación, haya menos cortes de ruta, menos huelgas, menos marchas y concentraciones, menos escraches y cacerolazos. Ojalá haya más aprendizaje para no seguir votando a los mismos de los que nos quejamos.

Ojalá aprendamos a protestar, de una buena vez, con el voto...

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