LA OPOSICION NO SEDUCE PROSTITUTAS
No por primera vez pero sí como nunca
antes, formar parte del oficialismo que gobierna Misiones y el país depara un
beneficio económico. Planes que son nacionales pero que se reparten por aquí a
1.100 kilómetros de allá y de allá guiñan el ojo para acá, empleos nacionales, provinciales
o municipales a los que no se accede por concurso, un “acomodo” para uno o para
algún familiar en esas agencias de colocaciones que suelen ser algunas
entidades gubernamentales, una futura “titularización” en el cargo, un medio de
comunicación que vive de la pauta oficial, una empresa privada que trabaja para
el Estado “sobrefacturando” el servicio porque total paga “el Estado” o
simplemente las dádivas del día de los comicios. Todo puesto en busca del
precio de gente que vende, alquila o permuta su voto. El Estado (que en los
feudos es gobierno y el gobierno es partido)
cuenta con el hándicap de que muchos de ellos, además, son baratos. Por
supuesto, negar que esto suceda o minimizarlo es parte sustancial de su eficaz
y añejo funcionamiento.
Ahora bien, ¿qué chances tiene un
candidato opositor qué plantea ideas y proyectos en una sociedad cuyo grueso no
está tan interesada en combatir al Poder que la oprime como en las ventajas que
le puede dar ser parte de él?
Desde las clases más bajas hasta las más
altas, desde ínfimos niveles de instrucción hasta posgrados universitarios,
todos están atravesados por la dicotomía entre una moral pública que exige
reglas claras y transparencia y una moral privada que carece de escrúpulos para
rechazar ofertas. Las injusticias hijas de la desidia oficial causan
indignación todos los días, menos el día que se vota.
No es difícil caerle a la oposición con los habituales clichés
de “no tienen candidatos serios”, “todos roban”, “le faltan proyectos”, “no
hacen nada” y demás conceptos nacidos de la pereza mental, no de un análisis
personal responsable y profundo que implique conocer bien a los dirigentes que
se cuestiona.
Así
las cosas la ventaja del oficialismo es clara: maneja la “caja”. La oposición
no.
Quizás en Misiones-y en el país- la mayoría de sus habitantes empiece a tener
una buena calidad de vida cuando la sociedad mida al oficialismo con la misma
vara con la que mide a la oposición. ¿Qué en la oposición hay impresentables?
Seguro. Pero impresentable con acceso a
la “caja” es otra cosa, ¿no?
Inútiles que se enriquecieron en la
función pública pasean sus sonrisas cínicas de norte a sur y de este a oeste sabiendo
que mientras tengan qué repartir, no hará falta que aprendan a gestionar.
Algunos opositores dicen que no todos son así y que hay mucha gente honesta-vaya
novedad-y que ahora las cosas son distintas (mientras repiten ese discurso quiénes
gobiernan desde demasiado tiempo ya, gozan de un poder omnímodo y hacen-literalmente-
lo que se les dá la gana).
Robert Walpole, aquél que inauguró el
cargo de Primer Ministro” en la Inglaterra del siglo XVIII, cuando la monarquía
siguió reinando pero ya no gobernando, dijo que “todo hombre tiene su precio”.
¿Te anotás en el reparto de migajas? Mirá que
el Kirchnerismo y la Renovación saben el precio de cada uno, si es que tenés un
precio.
Y tienen con qué pagarlo.