EL DIABLO A LAS 4
A las 4 de la
tarde del domingo 23 de octubre de 2011 un colega chateó desde Buenos Aires
informándome: “Ya es irreversible. Cristina ganó arrasando en todas las
provincias, probablemente pierda en San Luis con los Rodríguez Saa nomás. Ya lo
sabíamos. Abrazo”.
Me estaba confirmando lo que se intuía, lo
que preveían todas las encuestas y lo que cualquiera que tuviera calidad de
información tenía que aceptarlo pero desde la impotencia que genera ver las
macanas que se manda el otro, de esas que
uno puede adivinar pero no evitar. Cristina Kirchner había sido reelecta como
Presidente de la Nación acompañada en la fórmula por un tal Amado Boudou. Estos
gobiernos, tan inútiles para gestionar, son habilísimos para hacer política y
eficaces en el uso de la propaganda. De modo tal que logran generar microclimas
previos a los comicios y enganchar a los indiferentes. Indiferentes que sumados
a los que directa e indirectamente enganchó para vivir del Estado se hicieron entonces
un número demasiado grueso: 54% en el país, 67% en Misiones y 70% en Oberá.
En los días previos uno sentía que no
había nada que se pudiera hacer y nada que se pudiera decir para evitar que la
mayoría de la sociedad ratificara un rumbo del que ahora se queja
patológicamente todos los días.
La Cristina y el Boudou de 2011 eran
exactamente los mismos y hacían exactamente lo mismo que la Cristina y el
Boudou de 2014. ¿Entonces?
La mayor parte-no todos-de los dirigentes
opositores no tiene el coraje suficiente para interpelar a la sociedad y
recordarle que el voto exige
r-e-s-p-o-n-s-a-b-i-l-i-d-a-d. La responsabilidad de informarse bien,
tener memoria y exigir honestidad en la administración de la cosa pública. Esos
dirigentes deberían poder contarle a los insatisfechos de hoy la anécdota de Picasso y el “Guernica”:
---En abril
de 1937 un pueblo vasco llamado “Guernica” fue bombardeado por los nazis
alemanes que apoyaban a Francisco Franco en su sublevación contra el gobierno
de la República española. Los inocentes cayeron muertos por decenas en esa
primavera vasca. Fue la primera vez en la historia que una ciudad era atacada
militarmente por aire. El genial Pablo Picasso retrató el bombardeo con rasgos
cubistas y expresionistas y en el cuadro los personajes gritan, gesticulan y mueren
bajo las bombas.
Cierto día,
ya en la Segunda Guerra Mundial, los nazis entraron a la fuerza en la casa de
Picasso en París y se toparon con esa representación fidedigna de la masacre.
Un oficial le preguntó: “¿Usted hizo esto?”. Y Picasso le respondió: “No, el
Guernica no lo hice yo. Lo hicieron ustedes”.
Si fuiste parte de aquél 54% nacional, 67%
provincial y 70% obereño que le dio todo el Poder a Cristina y Boudou como
también a Closs y a Rindfleisch pensá en cada injusticia que te toca o le toca
al otro y que tanto te duele recién ahora. Pensá en los muertos por una
inseguridad que tus votados nunca atendieron, en la droga, en una Justicia
manejada a control remoto, en esa propaganda disfrazada de periodismo que se
hace levantando un teléfono desde Casa de Gobierno , en las persecuciones por
“no ser del palo”, en la falta de trabajo, en tus miserables pesos que
contrastan con la vida de sultanes que se dan ellos, en este sistema educativo
decadente, en que ni siquiera tenés agua, luz o cloacas (andá a la casa de
Cristina o de Closs a ver si sacan agua de un pozo perforado y defecan en letrinas) , si…
Ya es suficiente. El resto de los
padecimientos agregalos vos. Los periodistas no hicimos el “Guernica”. Solo
pintamos el cuadro. Al “Guernica” lo hacen esos que apoyaste una y otra vez
hasta el hartazgo. Satura mucho oir a
aquellos que se quejan de lo mismo que viven generando. Suenan patéticos.
Este presente es aquél futuro que
sospeché cuando las risas diabólicas se hicieron carcajada aquél domingo 23 de
octubre de 2011.
Me acuerdo como si fuera hoy. Eran las 4
de la tarde.
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