HUGO PASSALACQUA, LA BIOGRAFIA DE
UN MEDIOCRE
UN MEDIOCRE
Hugo Mario
Passalacqua vino al mundo en Oberá,
Misiones, hace seis décadas. En el momento del calendario en que el signo de
Escorpio empieza a despedirse antes de que llegue Sagitario. En un año que en
el horóscopo chino fue dominio del Gallo. Un obereño que podría, perfectamente,
ser un citadino ubicable en cualquier urbe. Quizás en algún café de Buenos
Aires. En el barrio de Flores.
Es
hijo de un ícono cultural local como Teresa Morchio, una persona que tuvo una
formación intelectual sólida y fue ampliamente reconocida. Eso le abrió la
mitad de las puertas que tocó. Cuando se casó con Viviana, la prima de Carlos
Rovira, se le abrió la otra mitad.
Estudió Ciencias de la Comunicación en la
Universidad de Buenos Aires, donde debe haber aprendido bien la importancia de
los mass-media en la construcción de capital simbólico. En Oberá militó en la
juventud radical y se unió a la
agrupación “Clave de Fa” cuando la Facultad de Arte aún no era de Diseño.
Corría la génesis de este siglo XXI cuando el desacuerdo con los
candidatos elegidos por “Clave de Fa”
para ocupar el decanato de la facultad fue la excusa conveniente para que Passalacqua
y su grupo se alejaran y armaran “Unarte”, el extendido brazo universitario de
la flamante renovación. ¿Qué era y es la renovación? Una sociedad
política que nació de dos
mejicaneadas: la de Carlos Rovira al partido Justicialista y la de Maurice
Closs a la Unión Cívica Radical. Rovira
había pasado, de la mano de Ramón Puerta, de cebar mates a ser gobernador. Closs era el joven titular
del comité provincial radical. En 2003 decidieron que era más negocio para
ambos rearmar algo viejo pero vendido como nuevo ya desde el nombre. Y fue
negocio. En el sentido que se pretenda del término.
Con ellos en el Poder Misiones se uniría a
la patética lista de feudos argentinos.
Passalacqua fue ministro de Educación de
Rovira, lugar al que llegó tras abandonar el vicedecanato en Artes. En el cargo,
como buen caminante, no dejó huella. No hubo nada novedoso ni revolucionario
para adjudicarle. Tampoco tuvo descuidos obscenos. Una tarea incolora que le
permitió sumar puntos adentro del partido. Es que en el Frente Renovador de la
Concordia Social se hace carrera sabiendo hacer silencio y sin definir nada
porque para definir ya está el eternizado Presidente de la Cámara. Por debajo de Rovira la competencia es a ver
quién se calla mejor.
Y Passalacqua siempre se calló bien. A él le
cabe fenómeno aquella definición de sí mismo del director de cine Federico
Fellini cuando afirmó: “Soy un artesano que no tiene nada que decir, pero sabe
cómo decirlo”.
La retórica “del Hugo” se ha mantenido
igual desde sus tiempos de Isidoro obereño hasta que llegó a la gobernación.
Nunca dice nada. Pero sabe como decirlo.
Pocos recuerdan que Passalacqua se postuló a alcalde de su ciudad en 2007. Apenas juntó unos quinientos votos frente a los más de diez mil que sacó Ewaldo Rindfleisch. También pocos recuerdan-y algunos prefieren no recordarlo-que Rindfleisch obtuvo su primera reelección no por la renovación sino por el Frente para la Victoria. Y que hasta cantó la misma marcha peronista que inmortalizó Don Hugo Del Carril. Tras la tunda electoral recibida, Rovira comprendió el mensaje: en Oberá Rindfleisch no precisaba de la renovación para ganar elecciones. Era al revés.
Se asegura por ahí que goza de una alta
imagen positiva. Debe ser cierto y no hay nada de que extrañarse. En las
sociedades feudales una clara mayoría gusta de seguir la corriente. Por miedo o
por complicidad pero más por complicidad.
No saben lo que nos enseñó Cicerón.
Que la libertad no consiste en tener buenos amos sino en no tener
ninguno. Y para esa clase de personas no hay corriente más fuerte ni atractiva
de seguir que la provocada por el mar del Poder. El Poder que ejerza un buen
amo.
En 2015 Passalacqua, que venía de ser
vicegobernador de Closs, fue elegido por el republicano dedo de Rovira para
sacarle el vice al cargo. Era el candidato ideal. Porque su origen es radical pero
está lejos de provocar alergia en los peronistas renovados. Tampoco puede
aspirar a la reelección, dado que viene de ser vice. Y es un estupendo
administrador del status quo. Con plafón para negociar ayer con el kirchnerismo
y hoy con el PRO ¿Reproches por incoherencia ideológica? No desde ese partido.
¿Y el futuro? Rovira ha acostumbrado a su pueblo al cortoplacismo. De modo tal que
para muchos el futuro no dura más que
veinticuatro horas. Passalacqua es una persona ideal para el mientras tanto. Hasta
que Rovira, al que no le da la salud para volver a intentarlo él mismo, decida
si Oscar Herrera Ahuad u algún otro será el bendecido para la candidatura a
gobernador en 2019.
El gobierno de Passalacqua consiste en
gente que no sabe gobernar, ocupando cargos que no saben merecer, gracias al
voto de gente que no sabe exigir.
No es un concepto peyorativo sino una
descripción real. Sintetiza a una provincia atrasada y con una pauperización de
la calidad de vida que lastima profundo. Una realidad inaccesible solo a quién
cobra para no verla o a quién le pagan para no mostrarla.
Passalacqua mantiene con el Presidente
Macri una relación de tipo turística. A veces Macri lo lleva de paseo en el
avión. A cambio el gobernador de Misiones no consiguió absolutamente nada que
beneficie a productores yerbateros, tealeros, tabacaleros o madereros. Macri
prometió en campaña electoral ocuparse de las economías regionales. Una vez en
el gobierno se ve que se le olvidó. Y Passalacqua, hasta el momento, ni se molestó
en recordárselo.
¿Y por su“querida” Oberá? ¿Qué hizo? En dieciséis meses de gestión acomodó al ex
alcalde Ewaldo Rindfleisch-el mismo que dejó a la ciudad en ruinas-como
Director de Arquitectura provincial. Y a la mujer de Rindfleisch. Y al hermano
de Rindfleisch. Y al que era la mano izquierda de Rindfleisch en Oberá. Y al
que era el delfín de Rindfleisch. Y a la esposa del delfín de Rindfleisch. Además
le dio el dinero (el de la gente) a la Federación de Colectividades para que le
pague a ARQUEV. Que es Rindfleisch. Y le dio más dinero (de nuevo el de la
gente) al abogado de ARQUEV. Que es Rindfleisch. Poniendo al estado a pagar los
honorarios de un profesional en un juicio entre privados. Obviamente la cuentan
cómo quieren: que el estado subsidia a “la Fiesta”. Luego es Federación la que
decide en que invertir el dinero. Luego uno se chupa el dedo, pone cara de naif
y se termina la fábula. Con tantos favores otorgados, habría que investigar si
Passalacqua nació realmente en Oberá o en Villa Rindfleisch…
En el 2019 se hará en Misiones un mundial
de Futsal, con cuatro subsedes: Montecarlo, Posadas, Eldorado e Iguazú. ¿Y
Oberá?
Nada para Misiones. Nada para Oberá. Todo
para el club de amigos.
En “El hombre mediocre” José Ingenieros
nos cuenta un modo de ser entre cuyos rasgos está el servilismo. Por momentos
pareciera que hubiera conocido al gobernador misionero.
Lo enseña la historia. Los líderes no
crean sucesores. Y se rodean de mediocres incapaces de eclipsarlos.
Todo Rovira necesita un Passalacqua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario