HERRERA AHUAD: LA MARIONETA 2019
Se sabe y se
dice que Oscar Herrera Ahuad, actual vicegobernador, es el elegido por el
democrático dedo de Carlos Rovira para ser la tercera de sus marionetas que
ocupe la gobernación de Misiones. Tras Maurice Closs, dos veces, y Hugo
Passalacqua.
Herrera Ahuad nació hace cuarenta y siete
años en Santiago del Estero. Fue ministro de Salud en el segundo mandato de
Closs. Y, antes, subsecretario de Salud, y gerente asistencial del hospital
Madariaga en Posadas.
Del mismo modo que con Passalacqua, no es
mucho lo que se puede decir de Herrera Ahuad. Ni a favor ni en contra. Es de
esa clase de profesional diestro metido a político, incapaz de tener iniciativa
propia, algo que es condición sine qua non para Rovira. Ya hemos escrito que,
por debajo del señor feudal misionero, la competencia es a ver quién se calla
mejor. Y el “doc” Ahuad muy bien no habla, pero callarse, sabe.
El término “marioneta” deriva del francés
marionnette. Y alude a una imagen que puede ser de madera, cartón, o tela, que
representa una figura y es accionada mediante hilos. Fueron muy usadas en el
antiguo Egipto y en la China. Y también en la Grecia del estadista Pericles. Y
en la política mundial, argentina y misionera. De hecho, Rovira empezó como marioneta
de Ramón Puerta.
Después de quince años en el poder, la renovación
no solucionó ni uno solo de los problemas de Misiones. Pero supo montar una estructura
clientelar y un sistema económico-con el estado como principal empleador-que le
garantiza un piso de votos cautivos lo suficientemente alto como para aspirar a
otro mandato más. Como en todo feudo. La alianza explícita entre el presidente
Macri y Rovira, que a cambio de “gobernabilidad” no molesta políticamente ni
molestará electoralmente, más la vergonzosa entrega del peronismo misionero,
son la expresión nada novedosa de la pusilánime dirigencia opositora y que
pinta un panorama alentador para Rovira
y desolador para los que sueñan con una Misiones republicana y más justa.
Con el campeón y el subcampeón definido,
el resto peleará por mantenerse en la mitad de tabla o por no descender.
¿Es triste el panorama político de la
provincia? Claro que sí. Una tierra tan hermosa en manos de semejante grupo…
“Todo hombre tiene su precio, lo que hace
falta es saber cuál es”, sentenció Joseph Fouché, un político francés del siglo
XVIII.
Rovira no pudo comprar a todos. Pero pudo
comprar a los necesarios. Y tuvo suerte.
Como estaban en oferta, le salieron
baratos.
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