ALÉTHEIA
En la noche
del pasado martes un diario provincial reprodujo las siguientes afirmaciones de
Mario Vialey, ministro de Ecología de Misiones: “Hoy el avión que estaba
trabajando en la reserva Biósfera Yabotí tuvo un problema mecánico, que mañana
ya va a estar solucionado, y así vamos a
tener tres aviones hidrantes trabajando. Uno en Yabotí saliendo desde San
Pedro, otra en la zona del Cuña Pirú, donde se descontroló, saliendo desde
Oberá y la tercera quedará en Apóstoles para la zona sur”.
¿Eh?
La provincia de Misiones tiene un Ministerio
de Ecología, del que depende una Dirección de Bosques Nativos, de la que se
desprende un área denominada “Plan de Manejo del Fuego”. Incluso hay una
flamante Secretaría de Cambio Climático. Y posee una estupenda relación con un
gobierno nacional “que apuesta al federalismo”. Impresiona la cantidad de
recursos humanos de las que disponen el estado provincial, más el estado
nacional, para-por ejemplo-combatir incendios forestales y sequías. El
miércoles 25 iban a llegar a Misiones tres aviones hidrantes para ayudar a los
magníficos bomberos y a los ciudadanos voluntarios que se dedicaban, con
altruismo, a sofocar las llamas que recorrieron buena parte de la extensión de
la provincia. Es que, por suerte, estamos en el siglo XXI, tiempos de
tecnología y conectividad al palo.
Pero
no llegaron tres aviones hidrantes. Tampoco
dos. Ni siquiera uno. Porque el que había tuvo problemas mecánicos (justo
cuando se lo precisaba). Lo que llegó
fue lo que siempre llega desde el periodo Cuaternario o Neozoico: la lluvia.
El 10 de diciembre la renovación cumplirá diecisiete años en el poder. Y
Carlos Rovira, veintiuno. Tiempo como para encarar alguna obrita que provea a los misioneros de
agua potable cuando hay sequía o coordinar acciones eficaces para que apagar
incendios no dependa exclusivamente del esfuerzo de los bomberos y sus siempre
escasos recursos, tuvieron, ¿no?
La ciudad de Oberá, por ejemplo, está arriba de una reserva mundial de agua dulce
como el Acuífero Guaraní. Sin embargo, está a muy poco de tener que declarar,
de nuevo como en las épocas de Rindfleisch, la “emergencia hídrica”.
Hay
que ser muy incapaz para lograr que el recurso que sobra, falte.
Párrafo aparte para la caterva de subnormales que se la pasan haciendo fuego en épocas
en que eso es extremadamente peligroso. Incluso hubo algunos que les tiraron
piedras a los Bomberos Voluntarios de Oberá para que dejen de trabajar. ¿Okupas?
¿Envidiosos? ¿Ignorantes? ¿Piromaníacos?
Entre
la desidia de arriba y la maldad y la indolencia de abajo hay que decir que
el pronóstico es reservado.
La
“alétheia” es un concepto proveniente de la Grecia Antigua que recuperó el
alemán Martín Heidegger. Es la acción de correr el velo para que aparezca lo
que estaba oculto. De ahí deriva la palabra “develar”.
Pero no basta con que el fuego o la sequía
corran los velos.
Hay
que querer ver.