LA CHICA DE HUMO
Se va otro
día. El número 1.097 desde que Patricia Nittmann asumió como Defensora del
Pueblo de Oberá. Decía don Leopoldo Marechal que “cuándo se recibe un nombre se
recibe un destino”. Sin embargo el destino de Patricia nunca estuvo marcado por
el nombre del cargo que inauguró sino por el nombre de quién la puso allí:
Carlos Fernández. Porque ella hizo lo que el intendente obereño le pidió que
haga. Nada.
La renovadora asumió el novel cargo el
martes 3 de abril de 2018 y su mandato vence dentro de un año, en marzo de
2022. Cabe recordar que entre la vetusta ley de lemas (esa que tantos dicen
querer cambiar pero votan a quiénes la mantienen vigente), y los servicios
prestados por otros sublemas roviristas, Patricia Nittman consiguió vencer al
profesor Roberto Silverstone, una persona que reúne las condiciones que los
electores dicen desear en un candidato hasta desmentirse a sí mismos, cuando
eligen una boleta y la meten en la urna.
Como sea, el domingo 22 de octubre de 2017
Nittmann resultó tercera en cantidad de votos individuales (sacó 3.556), por
detrás de dos candidatos de “Cambiemos”: Silverstone (6.158 votos) y el abogado
Gabriel Tula (5.658). Pero los siete sublemas de la renovación, sumados,
obtuvieron 14.688 sufragios. Apenas 136 más que los 14.552 que los tres
sublemas de Cambiemos. Andrés Moreira, Celia Soria (una que en las redes
sociales la va de peronista pero cuando llegan los comicios locales recuerda la
vez que Perón dijo “mi único heredero es Carlos Rovira” y trabaja para la
renovación), Andrés Rehe, Estela Bárbaro, Miguel Ángel Morales (en serio) y
Claudia Meza fueron los otros candidatos del partido de Rindfleisch. Y hubo
3.056 votos en Blanco (?) y 671 Anulados.
Esa fue la génesis de la llegada de
Patricia Nittmann a un cargo que, en sus manos, quedó de adorno. Promovida por
el mismo intendente al que debería controlar (típico jueguito que los señores
feudales hacen con las instituciones republicanas), ganó por escaso margen y
fue elegida por, apenas, el 8,9% del electorado obereño (votaron 40.126
ciudadanos). Y con una llamativa cantidad de votos en blanco y anulados que
eran más que suficientes como para cambiar el resultado final, pero que la
propia tropa de Cambiemos avaló en el escrutinio definitivo.
El martes 3 de abril de 2018 la renovadora
Nittmann asumió el cargo y, desde entonces, todo fue humo.
Bernabé Aguirre, expresidente de la
Federación de Colectividades, fue electo como adjunto. Pero renunció al poco
tiempo porque, según él mismo explicó, no le dieron bola (?).
Oberá tiene más de trescientos abogados
que litigan en la ciudad. ¿A quién nombró Nittmann como asesor jurídico de la
defensoría? A Hugo Lesiuk, uno de los imputados por la justicia en la
mega-causa por evasión que la propia AFIP denunció en el verano de 2013 ante el
Juzgado Federal de Posadas. Una imputación no es una condena porque todos son
inocentes hasta que se demuestre lo contrario. Correcto. Pero la mujer del
César-y el asesor jurídico de la defensoría-además de serlo, tienen que
parecerlo.
El
ciudadano Ramón Escobar contó en radio Oxígeno que le llevó a la renovadora los
mismos documentos que presentó en la justicia para que se investiguen esas
cuestiones nada transparentes sucedidas en los doce años de gestión del también
renovador Ewaldo Rindfleisch y que dejaron secuelas hasta hoy. ¿Qué hizo Nittmann?
A ver…Si el jefe político de Fernández es Rovira, si a Rindfleisch lo banca
Rovira, y a Nittmann la impulsó Fernández, y todos son renovadores…¿Captás?
En estos tres años la defensora se ha limitado
a intervenir en cuestiones que no rocen los intereses políticos del eje Municipalidad-Celo.
Lo que derivó en otra lamentable pérdida de tiempo para una sociedad que está
desprotegida y precisa a quién recurrir. Nittmann, por ser renovadora, está limitada
de origen.
Todo
su accionar se reduce a propaganda mediática sumada a la ausencia de voces
opositoras que debieron decir cosas como las que lees acá. Pero eso no pasó. No
dijeron nada. Y como los dueños de los medios de comunicación por un poco de
pauta oficial se transforman en zombies, la promoción de una Defensora del
Pueblo “hacedora” podría tornarse verosímil para quienes consumen propaganda
como si fueran noticias y no escuchan ni leen textos que digan otra cosa. Incluso
existe un espacio radial en donde el periodista Luciano Ferreyra la entrevista,
pero como la vida está cada vez más dura, su labor periodística se limita a
enchufar la máquina de humo.
“Cuando se recibe un nombre se recibe un
destino”, postulaba Marechal. Los obereños padecen serias dificultades de
arrastre en los que el poder político es parte del problema. Y hay que ser naif
para creer que un oficialista va a hacer algo en serio con eso. ¿Si lo hará
quién se postule como opositor? Deberá demostrarlo. Eso se verifica en los
hechos.
Patricia Nittmann es una persona afable y
honesta.
Pero “Defensora del Pueblo de Oberá”, no
es.
Y nunca lo será.
-Texto de Walter
Anestiades
-Ilustración de Nicolás Eugenio Aguilar