sábado, 3 de abril de 2021

 

                  LA CHICA DE HUMO



    Se va otro día.  El número 1.097 desde que Patricia Nittmann asumió como Defensora del Pueblo de Oberá. Decía don Leopoldo Marechal que “cuándo se recibe un nombre se recibe un destino”. Sin embargo el destino de Patricia nunca estuvo marcado por el nombre del cargo que inauguró sino por el nombre de quién la puso allí: Carlos Fernández. Porque ella hizo lo que el intendente obereño le pidió que haga. Nada.

     La renovadora asumió el novel cargo el martes 3 de abril de 2018 y su mandato vence dentro de un año, en marzo de 2022. Cabe recordar que entre la vetusta ley de lemas (esa que tantos dicen querer cambiar pero votan a quiénes la mantienen vigente), y los servicios prestados por otros sublemas roviristas, Patricia Nittman consiguió vencer al profesor Roberto Silverstone, una persona que reúne las condiciones que los electores dicen desear en un candidato hasta desmentirse a sí mismos, cuando eligen una boleta y la meten en la urna.

     Como sea, el domingo 22 de octubre de 2017 Nittmann resultó tercera en cantidad de votos individuales (sacó 3.556), por detrás de dos candidatos de “Cambiemos”: Silverstone (6.158 votos) y el abogado Gabriel Tula (5.658). Pero los siete sublemas de la renovación, sumados, obtuvieron 14.688 sufragios. Apenas 136 más que los 14.552 que los tres sublemas de Cambiemos. Andrés Moreira, Celia Soria (una que en las redes sociales la va de peronista pero cuando llegan los comicios locales recuerda la vez que Perón dijo “mi único heredero es Carlos Rovira” y trabaja para la renovación), Andrés Rehe, Estela Bárbaro, Miguel Ángel Morales (en serio) y Claudia Meza fueron los otros candidatos del partido de Rindfleisch. Y hubo 3.056 votos en Blanco (?) y 671 Anulados.

     Esa fue la génesis de la llegada de Patricia Nittmann a un cargo que, en sus manos, quedó de adorno. Promovida por el mismo intendente al que debería controlar (típico jueguito que los señores feudales hacen con las instituciones republicanas), ganó por escaso margen y fue elegida por, apenas, el 8,9% del electorado obereño (votaron 40.126 ciudadanos). Y con una llamativa cantidad de votos en blanco y anulados que eran más que suficientes como para cambiar el resultado final, pero que la propia tropa de Cambiemos avaló en el escrutinio definitivo.

     El martes 3 de abril de 2018 la renovadora Nittmann asumió el cargo y, desde entonces, todo fue humo.

     Bernabé Aguirre, expresidente de la Federación de Colectividades, fue electo como adjunto. Pero renunció al poco tiempo porque, según él mismo explicó, no le dieron bola (?).

     Oberá tiene más de trescientos abogados que litigan en la ciudad. ¿A quién nombró Nittmann como asesor jurídico de la defensoría? A Hugo Lesiuk, uno de los imputados por la justicia en la mega-causa por evasión que la propia AFIP denunció en el verano de 2013 ante el Juzgado Federal de Posadas. Una imputación no es una condena porque todos son inocentes hasta que se demuestre lo contrario. Correcto. Pero la mujer del César-y el asesor jurídico de la defensoría-además de serlo, tienen que parecerlo.

      El ciudadano Ramón Escobar contó en radio Oxígeno que le llevó a la renovadora los mismos documentos que presentó en la justicia para que se investiguen esas cuestiones nada transparentes sucedidas en los doce años de gestión del también renovador Ewaldo Rindfleisch y que dejaron secuelas hasta hoy. ¿Qué hizo Nittmann? A ver…Si el jefe político de Fernández es Rovira, si a Rindfleisch lo banca Rovira, y a Nittmann la impulsó Fernández, y todos son renovadores…¿Captás?

      En estos tres años la defensora se ha limitado a intervenir en cuestiones que no rocen los intereses políticos del eje Municipalidad-Celo. Lo que derivó en otra lamentable pérdida de tiempo para una sociedad que está desprotegida y precisa a quién recurrir. Nittmann, por ser renovadora, está limitada de origen.

     Todo su accionar se reduce a propaganda mediática sumada a la ausencia de voces opositoras que debieron decir cosas como las que lees acá. Pero eso no pasó. No dijeron nada. Y como los dueños de los medios de comunicación por un poco de pauta oficial se transforman en zombies, la promoción de una Defensora del Pueblo “hacedora” podría tornarse verosímil para quienes consumen propaganda como si fueran noticias y no escuchan ni leen textos que digan otra cosa. Incluso existe un espacio radial en donde el periodista Luciano Ferreyra la entrevista, pero como la vida está cada vez más dura, su labor periodística se limita a enchufar la máquina de humo.

     “Cuando se recibe un nombre se recibe un destino”, postulaba Marechal. Los obereños padecen serias dificultades de arrastre en los que el poder político es parte del problema. Y hay que ser naif para creer que un oficialista va a hacer algo en serio con eso. ¿Si lo hará quién se postule como opositor? Deberá demostrarlo. Eso se verifica en los hechos.   

    Patricia Nittmann es una persona afable y honesta.

    Pero “Defensora del Pueblo de Oberá”, no es.

    Y nunca lo será.

 

 

-Texto de Walter Anestiades

-Ilustración de Nicolás Eugenio Aguilar 

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