LA TRIPLE “I”
En Oberá
vuelve a debatirse la calidad del agua de red que provee la CELO. Amén de los
imprescindibles informes técnicos, que deberían acabar con las dudas pero
pierden credibilidad social dado el historial de imprudencias de los popes de
la entidad, vale recordar lo que nos enseñaban en la escuela: el agua apta para
el consumo humano es Incolora (no tiene color), Inodora (no tiene olor), e
Insípida (no tiene gusto).
No son pocas las personas que en las redes
sociales denuncian que el agua que sale de las canillas de su casa es
amarronada o que a simple vista no parece tener nada de potable. Primera
pregunta: ¿esas personas son socias de la CELO? Segunda pregunta: ¿hicieron la
denuncia dónde corresponde, ergo, a la sindicatura de la cooperativa y/o a la
Defensoría del Pueblo? Porque el EPRAC (Ente Provincial Regulador de Agua y
Cloacas) asegura que es apta para el consumo. Pero teniendo en cuenta que la
última persona en denunciar que el agua no cumple con las normas del Código
Alimentario Nacional no fue un perfil de Facebook sino la bioquímica que se
encarga del asunto en la propia CELO-Mariel Koch-se impone una tercera
pregunta: ¿quién miente? Porque el agua no es “más o menos” apta. O lo es. O no
lo es.
Es de esperar que este tema siga el lamentable
recorrido de casi todos los temas públicos en la Argentina: que se diluya por
el paso del tiempo, sea desplazado de la agenda por otros temas, y nunca
sepamos si la irresponsable fue la bioquímica que habló, o los dirigentes de la
CELO, y si las denuncias virtuales tienen visos de seriedad o no, y si
realmente en Oberá y adyacencias hay gente que consume un tipo de agua que no
debería consumir.
“¿Qué sabe el pez del agua donde nada
toda su vida?”, preguntaba Albert Einstein.
¿Qué sabemos nosotros del agua que usamos toda nuestra vida?
Walter
Anestiades
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