ESOS RAROS PEINADOS NUEVOS
“Y si vas a la
derecha Y cambiás hacia la izquierda, ¡adelante!”, canta Charly García en
“Raros peinados nuevos”, un tema del 84. En las PASO del 13 de agosto millones
de argentinos hicieron al revés. Pero no es que se fueron hacia la derecha. Los
empujaron…
Sergio Massa
es el candidato del gobierno y el ministro de Economía. De un gobierno que es
una calamidad pública. Y de una economía que no para de jorobar la existencia.
La lógica bronca contra eso se expresó en las urnas con quién hasta hoy nunca
gobernó. Juntos por el Cambio ya lo hizo y mal. Y la izquierda nunca representará al grueso de los argentinos que
quieren ser propietarios y no proletarios. Punto.
Hacia octubre
se vislumbra un escenario de puja por el poder de tres tercios, como anticipó
hace poco Cristina Kirchner (la responsable número uno de la malaria general).
-Javier Milei hizo una elección tan estupenda que su
llegada a la presidencia solo dependerá de él y de sus seguidores. Deberá
demostrar, no ante las usinas de propaganda progresista, sino ante los
argentinos que aman la república, que no es ni Trump ni Bolsonaro ni ninguno de
los impresentables del populismo de derecha que andan por ahí y que sus fanáticos, pichones del “macartismo
argento”, son capaces de aprender y evolucionar porque deben aprender y
evolucionar mucho. La política es más interesante que pasarse el día en las
redes detectando “zurdos de mierda”.
-Patricia Bullrich tuvo una victoria pírrica en la
interna con Larreta. Juntos por el Cambio hizo una elección tan mala, perdió
tantos votos, que terminó apenas un punto arriba de los candidatos de un
gobierno que es considerado el peor desde el retorno de la democracia. Juntos
por el Cambio sigue lidiando con dos inconvenientes: uno, no supo ser gobierno.
Y, dos, no sabe ser oposición. Tiene gente muy valiosa en sus filas. Deberían
dejarlas ser.
-El peronismo hizo la peor elección de su vida. No llegó
ni al treinta por ciento de los votos. Por supuesto, la historia moderna nos
enseña que no se puede subestimar al peronismo y especialmente el día que se
vota. Incluso ahora podría retener nada menos que la provincia de Buenos Aires,
donde votan cuatro de cada diez argentinos, si es que Milei y Grindetti no se
avivan que juntos a Kicillof lo pueden acostar. Tampoco resulta envidiable
tener que defender y votar a Massa “para que no gane la derecha”. De todos
modos el peronismo lidia con un gravísimo problema que debería asumir de una
buena vez: que hace mucho tiempo dejó de ser peronismo.
Milei,
Patricia y Massa. Ninguno de los tres la tiene ganada. Ninguno de los tres la
tiene perdida.
El escritor Chesterton postulaba que “Lo malo
de cuando la gente no cree en nada es que, después, termina creyendo en
cualquier cosa”.
Ojalá Dios no
permita que, de tan empujados a no creer en nada, terminemos creyendo en
cualquier cosa…
Walter Anestiades
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