EL
RETORNO DEL “HOMBRE MEDIOCRE”
En el omega de su primer
mandato como gobernador, a fines de 2019, Carlos Rovira había avisado que “Los
misioneros se quedaron con ganas de más Passalacqua”. Nadie como el señor
feudal para conocer a sus vasallos. Por decisión de la mayoría de los electores
en mayo, Hugo Passalacqua asumió en diciembre su segundo mandato y entonces
Misiones se dispone a seguir haciendo lo que viene haciendo desde hace más de
dos décadas: perder el tiempo
Passalacqua
volvió a ser beneficiado por la dedocracia rovirista porque es el pelele ideal
para enfrentar la incertidumbre que viene, en la que convendrá “ir viendo” lo
que pasa sin alinearse ni enfrentarse abiertamente con nadie. Y a Passalacqua le
cabe aquella definición de sí mismo del director de cine Federico Fellini
cuando afirmó: “Soy un artesano que no tiene nada que decir, pero sabe cómo
decirlo”. Passalacqua nunca dice nada. Pero sabe como decirlo. Y en estos tiempos
de la Argentina de Javier Milei eso es lo que Carlos Rovira necesita más que
nunca.
Por supuesto que Rovira está bien anoticiado
de que teniendo Misiones la población más joven del país y que, como la del
resto del país, la van de libertarios, detrás “del Hugo” hay que ir poblando al
gobierno de gente que todavía no peine canas. Aunque sean unos inútiles (eso
nunca importó). Pero que no peinen canas, que estén activos en las redes
sociales, que sean varones que usen pantalones chupines o minas que intenten
parecer “chicas cosmo” (pero que nadie parezca un “cheto” o una “cheta”), todos
con impostada “buena onda” y cuyo mejor e inseparable amigo sea el teléfono
celular.
¿Y la
gestión? No. De eso, con Passalacqua al frente, no se puede esperar nada. Solo
el tradicional marketing renovador en una provincia en la que medios y
periodistas alcahuetes del poder sobran y lo contrario falta.
En “El hombre
mediocre” José Ingenieros nos cuenta un modo de ser entre cuyos rasgos está el
servilismo. Ahora Rovira intenta una fusión entre ese servilismo propio del
feudo y las ansias de libertad que expresan los seguidores del presidente
Milei. Busca un oxímoron que viene encontrando: que los “libertarios-feudales” sean la nueva mayoría.
Se vienen otros
cuatro años de mucho marketing y cada vez de peor calidad, de falta de agua y
de luz por falta de inversiones locales que ahora más que nunca se le podrán
achacar al gobierno nacional, de una prensa que podrá hablar de todas las
injusticias perpetradas desde Buenos Aires mientras siguen viviendo de ocultar
las perpetradas desde Posadas, de una oposición que amagará serlo hasta volver
a capitular, y de un atraso crónico que no pasará de provocar “reacciones” en
Facebook porque la mayoría de los misioneros se aclimataron al feudo. ¡Una
pena!
En “El Hombre Mediocre”
José Ingenieros describe un modo de ser que encaja fenómeno en Passalacqua y
sus votantes. Encarnan la chatura perfecta.
El primer
gobierno de Passalacqua se trató de gente que no supo gobernar, ocupando cargos
que no supieron merecer, gracias al voto de gente que no supo exigir.
Pero en mayo
pasado 424.633 misioneros eligieron seguir siendo un feudo y entonces Misiones
seguirá en la misma…
Perdiendo el
tiempo.
Walter Anestiades
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