domingo, 7 de julio de 2024

 

     A LOS BRUTOS NO LES GUSTAN

              LOS MODERADOS

 

     Víctor Hugo decía que “No hay nada más poderoso que una idea a la que le llegó su tiempo”. En la política el desprecio por la moderación no es más que un símil de lo que ocurre en otros aspectos de la vida social. Donde la carrera por captar la atención de personas desacostumbradas a reflexionar deriva en una chatura de los consumos culturales pocas veces vista. Entonces la búsqueda de matices, que resta votos, es tildada de “tibieza” y el que los busca de “pecho frío”. ¿Por quién? Precisamente, por los brutos.

     Es un fenómeno global pero ya que nacimos y vivimos acá, mejor miramos lo que pasa acá. El grueso de la sociedad argentina sigue estando lejos de entender que la calidad institucional que trae el control de los poderes, la alternancia en el poder y unas políticas de estado que perduran, es lo que permite el desarrollo. No. Al votar se sigue concentrando poder, se vota al mismo durante demasiado tiempo y cada uno que arriba al poder la va de refundador. Venimos de unos cuántos años perdidos porque una mayoría creyó que Cristina Kirchner iba a ser la iluminada salvadora del país. No lo fue. Ahora abundan los que creen que Javier Milei será el salvador del país. Ojalá sea un buen presidente. Pero un buen presidente. Ningún salvador.

     Pero es difícil que entiendan eso personas que perdieron o nunca tuvieron el hábito de la lectura y entonces creen que una idea es irrefutable porque no conocen otras. Personas acostumbradas a la macana esa de inventarse un perfil en las redes sociales y opinar sin filtro convencidos de que su opinión importa más que los hechos. Personas a las que les han hecho creer que el sentido de la vida es entretenerse y entonces qué importa la verdad si la mentira, bien maquillada para que parezca verosímil, es más entretenida.

     Da pena ver a quiénes hacen radio poner cámaras que los filmen y simular que eso es radio porque las audiencias se tornaron incapaces de jugar con la imaginación. Que eso es la radio.

     Da pena saber que hay padres que dejaron pasar demasiado tiempo para preocuparse porque sus hijos no pueden entender lo que leen.

     Da pena que se haga política acomodando el discurso a lo que se quiere escuchar. Aunque se quieran escuchar barbaridades.

     Da pena que en las provincias feudales como Misiones la oposición no sea moderada sino cooptada. Que es otra cosa.

     Y da más pena darse cuenta de lo difícil que será, con toda esta decadencia, construir una opción política sensata cuando lo que trae votos es la insensatez.

     En la Antigua Grecia el Templo del dios Apolo tenía inscripto: “Nada en exceso”. La moderación era una virtud.

    Pero eso ya fue. Ya no sirve.

    Porque a los brutos, no les gustan los moderados.

 

 

 

-Walter Anestiades

-Imagen: Templo de Apolo en Delfos (David Monniaux)

    

      

    

    

No hay comentarios: