sábado, 20 de julio de 2024

 

      ¿QUÉ VAS A HACER CON LA CELO?

 

      El escritor Mario Benedetti decía que su país iba a progresar cuando el uruguayo sintiera asco de su propia pasividad. Este jueves 25 de julio habrá comicios en la Cooperativa Eléctrica Limitada de Oberá. Que está como está por la pasividad del grueso de sus socios, que hace años dejan hacer y no se comprometen ni siquiera yendo a votar. Y así la saquearon impunemente. ¿Sentirán asco, de una buena vez, de su propia pasividad?

     Tras una serie de modestos pero preocupantes traspiés electorales en Oberá, Carlos Rovira tomó nota de que eran las primeras grietas que se producían en su feudo. Entonces puso la que había que poner, la intervino de hecho, metió en el cargo de alcalde a Pablo Hassan (h) para que le haga de CEO, cambió el negocio local del transporte urbano por otro provincial, mandó a armar un Consejo de Administración de facto en la cooperativa, y tiene a “Lucy” Glum (hoy por hoy la mujer más poderosa de Oberá) a cargo del armado de las listas de delegados para hacer gatopardismo.

     Rovira y los renovadores se mueven. ¿Y el resto?

     ¿Qué piensan hacer los miles de socios que están en condiciones de ir a votar el jueves 25 con esa entidad que los provee de agua potable, luz, gas en garrafas, tv por cable y hasta los entierra? Esa entidad manejada herméticamente, de la que se sabe que tiene un pasivo de un rojo carmesí, pero no exactamente de cuánto. Esa entidad que desde hace años no puede responder a ningún incremento más o menos sustantivo de la demanda de agua y luz. 

     Los socios deberían estar más atentos que nunca para evitar un nuevo “bluff Pereyra Pigerl”, como sucedió con la Lista Blanca que desbancó a los títeres de Ewaldo Rindfleisch pero terminó renovándolos en el sentido político-misionerista de la palabra.

     El mediático psicoanalista Gabriel Rolón propone dejar la “queja”, que no promueve ningún cambio, y reemplazarla con la “protesta”, que sí propicia un cambio.

     ¿Se atreverán los socios de la CELO a dejar la inútil queja en las redes sociales para unirse, armar un proyecto y presentarse duchados y cambiados a votar para protestar por lo mal que van las cosas en “su” cooperativa?

     Después de tantos años en los que el porcentaje de votantes es apenas uno de cada diez, ¿sentirán asco de su propia pasividad? O, de un modo irreversiblemente patético, pondrán cualquier excusa berreta para no ir a votar.

     El jueves 25 de julio se verá la respuesta a la pregunta más importante que debe hacerse hoy cada habitante de la zona centro. 

     ¿Qué vas a hacer con la CELO?

 

 

Walter Anestiades

 

 

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