¿QUÉ
VAS A HACER CON LA CELO?
El escritor Mario Benedetti decía que su país iba
a progresar cuando el uruguayo sintiera asco de su propia pasividad. Este
jueves 25 de julio habrá comicios en la Cooperativa Eléctrica Limitada de
Oberá. Que está como está por la pasividad del grueso de sus socios, que hace
años dejan hacer y no se comprometen ni siquiera yendo a votar. Y así la
saquearon impunemente. ¿Sentirán asco, de una buena vez, de su propia
pasividad?
Tras una serie
de modestos pero preocupantes traspiés electorales en Oberá, Carlos Rovira tomó
nota de que eran las primeras grietas que se producían en su feudo. Entonces puso
la que había que poner, la intervino de hecho, metió en el cargo de alcalde a
Pablo Hassan (h) para que le haga de CEO, cambió el negocio local del
transporte urbano por otro provincial, mandó a armar un Consejo de
Administración de facto en la cooperativa, y tiene a “Lucy” Glum (hoy por hoy
la mujer más poderosa de Oberá) a cargo del armado de las listas de delegados
para hacer gatopardismo.
Rovira y los
renovadores se mueven. ¿Y el resto?
¿Qué piensan
hacer los miles de socios que están en condiciones de ir a votar el jueves 25
con esa entidad que los provee de agua potable, luz, gas en garrafas, tv por cable
y hasta los entierra? Esa entidad manejada herméticamente, de la que se sabe
que tiene un pasivo de un rojo carmesí, pero no exactamente de cuánto. Esa
entidad que desde hace años no puede responder a ningún incremento más o menos
sustantivo de la demanda de agua y luz.
Los socios
deberían estar más atentos que nunca para evitar un nuevo “bluff Pereyra
Pigerl”, como sucedió con la Lista Blanca que desbancó a los títeres de Ewaldo
Rindfleisch pero terminó renovándolos en el sentido político-misionerista de la
palabra.
El mediático
psicoanalista Gabriel Rolón propone dejar la “queja”, que no promueve ningún
cambio, y reemplazarla con la “protesta”, que sí propicia un cambio.
¿Se atreverán
los socios de la CELO a dejar la inútil queja en las redes sociales para
unirse, armar un proyecto y presentarse duchados y cambiados a votar para
protestar por lo mal que van las cosas en “su” cooperativa?
Después de
tantos años en los que el porcentaje de votantes es apenas uno de cada diez, ¿sentirán
asco de su propia pasividad? O, de un modo irreversiblemente patético, pondrán
cualquier excusa berreta para no ir a votar.
El jueves 25 de
julio se verá la respuesta a la pregunta más importante que debe hacerse hoy
cada habitante de la zona centro.
¿Qué vas a
hacer con la CELO?
Walter Anestiades
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