EL TÍO TRUMP
“Si alguna
vez el fascismo llega a Estados Unidos, lo hará en nombre de la libertad”. Así
habló Thomas Mann, un gran escritor del siglo pasado, nacido en Alemania y
testigo de la entronización nazi-fascista en Europa, algo que lo forzó a
radicarse en los EE.UU. Este martes se vota en los EE.UU y Donald Trump tiene
chances de volver a ser presidente. ¿Cómo es posible que Donald Trump tenga
chances de volver a ser presidente?
Además de todas las consideraciones que
deben hacerse a la hora de analizar el escenario electoral de un país, hay que
recordar algo que parece haber sido olvidado como un asunto baladí. El
miércoles 6 de enero de 2021 una masa de diez mil fanáticos del entonces
presidente Trump, quién dos meses después de haber sido derrotado en las urnas
por Joe Biden no aceptaba la derrota, asaltaron el Capitolio (el edificio del
Congreso en Washington) para tratar de impedir la certificación de la victoria
de Biden. Producto del enfrentamiento con la Guardia Nacional hubo 5 muertos (entre
ellos un policía), una docena de heridos y más de cincuenta detenidos. ¿Vamos
de vuelta? El presidente de los EE.UU, nación considerada como la “mayor
democracia del mundo”, no aceptó perder las elecciones alegando un fraude que
nunca pudo demostrar e inflamó a sus seguidores más radicales que intentaron tomar
el Congreso para que el ganador no sea consagrado ganador. Y eso dejó muertos, heridos
y cuantiosos daños del patrimonio público.
Menos de cuatro años después el
responsable de semejante intento de autogolpe de Estado tiene muchas chances de
volver a ser electo presidente de la “mayor democracia del mundo”.
¿Cómo?
En el pasado mes de junio la Corte Suprema
estadounidense falló dándole a Trump amplia inmunidad frente a un proceso
penal. Hay algunos detenidos por el asalto al Capitolio (que Trump prometió
liberar si es reelecto) y se llega a la nueva elección presidencial sin que el
caso haya llegado a juicio.
Ergo, ni para la justicia, ni para buena
parte del electorado, lo ocurrido aquél 6 de enero derivó en algún tipo de
impedimento para que su máximo responsable vuelva a postularse y pueda ganar.
Como si nada hubiera pasado. “En la mayor democracia del mundo”…
Samuel Wilson fue un carnicero de Nueva
York que luchó contra los ingleses en la guerra por la independencia y tiempo
después abasteció de carne al ejército. Los barriles de carne de Wilson
llevaban la sigla “US”, algo que remitía a “Uncle Sam”, el “Tío Sam” y a su vez
remitía a United States, Estados Unidos. Con los años Wilson empezó a ser
conocido como un prototipo del patriota norteamericano y ya en el siglo XX el
dibujante James Montgomery Flagg lo inmortalizó en un afiche en el que aparece
como un hombre viejo, de barba larga y blanca, vestido con los colores de la
bandera y que apunta con el dedo a quién lo mira. En ese afiche, usado para
reclutar en las dos guerras mundiales, el viejo dice: “Te quiero a ti para el Ejército
de los Estados Unidos”. En 1961 el Congreso lo declaró representante del
símbolo nacional de Estados Unidos. Esa es la historia de “El Tío Sam”.
Puede que millones de norteamericanos con
miedo de dejar de ser el país de raza blanca en donde solo se hablaba inglés,
tengan muchas ganas de creerle a otro viejito que apunta con el dedo a los
inmigrantes y no importe nada más de lo que haya hecho ese viejito.
Puede que esta sea la historia de “El Tío
Trump”
Walter
Anestiades
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