viernes, 12 de diciembre de 2025

 

DICE EL MICRÓFONO QUE SE SIENTE SOLO

 

     Vaya uno a saber si en una sociedad de obsecuentes a la carta son más o son menos los que valoran el periodismo digno. La cosa es que Pepe Tarditti, un periodista muy digno, se fue a escuchar “Uno” por Julio Sosa, su tango preferido, a otro lado. Ahora el micrófono no para de decirme que se siente más solo y que eso no le gusta. Y a mí tampoco. 

     ¡Qué difícil que es encontrar periodistas en la Misiones de Rovira! Pone-micrófonos, voceros, publicistas del poder y gacetilleros sobran. Pero periodistas faltan. ¿Viste que en Misiones te cuentan que las buenas son gracias a los de acá y las malas son por culpa de los de allá? Tarditti nunca tuvo problemas para ponerles nombres propios a los canallas. Ni a los de allá ni a los de acá.

     Hace veinte años me lo presentó Mario Panasiuk. Tardamos treinta segundos en ponernos de acuerdo. Hicimos dupla cuando “Mejor Hablar de Ciertas Cosas” gateaba y se paraba y se caía y se volvía a parar en FM Centro. Pasamos muchas cosas juntos. Tarditti te deja anécdotas como para armar una enciclopedia en fascículos coleccionables.

     Era un GPS andando. Conocía Misiones, los rincones más profundos de la Misiones profunda, mejor que cualquiera.

     José “Pepe” Tarditti, bonaerense de Junín, misionero desde casi siempre, periodista de raza, hincha de Boca, familiero, padre, esposo, amante, amigo, compinche de medio mundo, baqueano, se fue de este mundo una mañana de este diciembre y se fue sin avisar.

     Dice el micrófono que se siente más solo.

     Y yo también.

 

Walter Anestiades

 

 

 

domingo, 7 de diciembre de 2025

 

          ¿QUO VADIS, MISIONES?

 

     En Misiones el siglo XXI es el siglo de Carlos Rovira. Su proyecto de poder progresó tanto como la vida en Misiones se estancó. Y hay que hacer un gran esfuerzo mental para imaginarse un mañana diferente y cercano. Por eso, a la pregunta formulada, ¿adónde vas Misiones?, la respuesta que se tornó invariable desde hace más de dos décadas: a ningún lado.

     El 10 de diciembre de 1999 Carlos Eduardo Rovira asumió la gobernación de Misiones por el Partido Justicialista y de la mano de su mentor, Ramón Puerta. Como ya sabemos, después se las arregló para reducir a tamaño microscópico al justicialismo y a Puerta y armar una estructura feudal en donde el progreso rápido solo es directamente proporcional a la capacidad de convertirse en servil. Termina el 2025 y la oposición y el periodismo no son más que la nostalgia o la esperanza de unos pocos.

     Si en dos años los intereses de Javier Milei chocan con los de Rovira los libertarios irán por la “Rosadita”. Si eso no pasa, y podría no pasar, en el gobierno habrá otro lacayo de Rovira.

     Vivir en Misiones es vivir estancado. En el único lugar en el que avanza es en los encabezados de los portales de noticias cuyos escribas compran la yerba y las chipas con la cada vez más miserable pauta oficial.

     Es todo un desafío encontrar felicidad donde confunden la paz con la quietud.

     “No es que tengamos poco tiempo. Es que perdemos mucho”, dijo el filósofo romano Séneca.

     Es mucho el tiempo que Misiones ya perdió manejada por esta gente.

     Y no.

    No va a ningún lado.

 

Walter Anestiades

   

   

 

 

    

sábado, 29 de noviembre de 2025

 

            UN GOBIERNO DE IMPROVISADOS

 

     

     El 10 de diciembre Pablo Alberto Hassan cumplirá cuatro años como alcalde de Oberá. Alguien tiene que decirlo: debieron prepararse mejor él y los muchachos y chicas que puso a cumplir funciones públicas y que han demostrado que están más para organizar una fiesta en un boliche que para administrar la segunda ciudad más importante de Misiones.

     La renovación gobierna Oberá desde el 10 de diciembre de 2003 y en más de dos décadas no solucionó ni uno solo de los problemas de la ciudad. Hassan sigue con la penosa tradición.

     No solucionó los tradicionales problemas de la falta de luz y de agua. La iluminación pública de Oberá, tipo velatorio, es la envidia de los ladrones de otras partes del país que sueñan con el amparo de una oscuridad semejante. Por la nueva línea de 132 kW Hassan no movió un dedo. Lo único que hay sobre esa línea son promesas sobre el bidet. Y el agua potable, que no debería ser problema en una ciudad edificada sobre una reserva de agua dulce como el acuífero Guaraní, sigue siendo un problema para demasiada gente.

    La administración actual tiene problemas para gestionar la recolección de residuos. La basura, siempre, se recogió de lunes a viernes. De pronto, se la recolecta tres veces por semana y en tres horarios distintos según el barrio. ¡Tienen problemas con la basura!

     Lo del SEMO, el estacionamiento medido, es otro negocio de posadeños metido en Oberá. La empresa es la misma que opera en Posadas. Falta una señalética que advierta sobre el cobro pero se entiende esa falta dado el espíritu recaudatorio de un sistema pensado para aplicar multas jugosas. Y encima la definición de lo que es el “microcentro” de Oberá no para de crecer.

     El estado de muchas veredas hace pensar que a Oberá también la bombardeó Putin, como a Kiev. Y las calles se dividen entre las asfaltadas cuyo asfalto se rompe fácil y las no asfaltadas. Eso en una ciudad donde la gente maneja como en “Los autos locos”, aquél dibujito animado de Hanna-Barbera.

     En la Argentina la lucha contra la delincuencia se viene perdiendo hace rato. La Oberá de Hassan no es ninguna excepción.

     Misiones es un feudo en el que la información que debería ser pública, es hermética. Oberá reproduce ese diseño. La estrategia comunicacional del gobierno de Hassan es hacer silencio ante temas incómodos y limitarse a hablar con los pauteros. Y en el mundo digital ya cooptaron a quiénes debían.

     La CELO, en manos de laderos del alcalde, es administrada por gente que ni siquiera está en condiciones de hacer público el balance del estado contable de la entidad.

      El próximo 9 de enero Pablo Alberto Hassan cumplirá 33 años y es alcalde desde antes de cumplir los treinta. ¿Cómo llegó al cargo? Los feudos están habitados por un gran número de personas que son incapaces de  encontrar una forma de vivir sin servir a un amo. Son los que, al votar, legitiman el sistema que los cuenta como electores cautivos. Pueden cambiar de amo. Pero morirán serviles. Ese voto cautivo entronizó a Ewaldo Rindflesich en tres períodos y a Carlos Fernández en dos. Cuando Carlos Rovira lo mandó al “doc” Fernández al Congreso de la Nación, el entonces concejal Hassan asumió en diciembre de 2021 como interino. En 2023, ley de lemas mediante, fue electo para el período que culminará en 2027. Como la oposición se divide entre unos cuantos “Borocotóes” y otros cuantos ególatras incapaces de construir un proyecto colectivo, Hassan tiene la reelección a su alcance, excepto que le aparezca un rival renovador o  que los intereses del presidente Milei choquen con los de Rovira y decida competir también en los comicios locales. Es patético. Pero es así.

      Políticamente, Oberá es hoy un barrio de Posadas cuyos trazos gruesos se delinean en el Parque Paraguayo. También es patético. Pero también es así.

     El escritor Milan Kundera decía que “El problema de la vida es que el ensayo es el estreno”.

    Hassan y sus muchachos estrenaron la gestión sin ensayar.

    Y se les nota…

 

 

Walter Anestiades

miércoles, 26 de noviembre de 2025

 

MENSAJE PARA LOS INSUMISOS

 

     La justicia misionera condenó a los docentes y gremialistas Mónica Gurina y Leandro Sánchez a unos cuantos meses de prisión en suspenso porque en la “Formosa con buenos modales”, contrariamente a la letra del “Cambalache” de Discepolín, “el que llora no mama”. Más allá de Gurina y Sánchez, para el poder lo importante fue enviar el mensaje para que el resto anote: ojo con retobarte.

     En Posadas la jueza Marcela Leiva, en sintonía con lo pedido por la fiscal María Laura Álvarez, condenó a Gurina a diez meses de prisión en suspenso y a Sánchez a ocho meses de prisión en suspenso. Deberán hacer tareas comunitarias y pagar las costas del juicio.

     ¿Por qué? En paralelo a la recordada protesta policial del año pasado, realizada en Posadas y con impacto mediático nacional, los docentes no alineados al oficialismo renovador se sumaron para hacer lo que hace dos décadas vienen haciendo: pedir mejores salarios para un sector que está entre los peores pagos del país. Los autócratas detestan a los no alineados. De ese ayer a este hoy.

    La atemporal frase del español Francisco de Quevedo se torna ineludible: “Donde hay poca justicia es peligroso tener razón”. Pero el grueso del electorado, despreocupado de cuestiones republicanas como los controles al poder, vota de un modo que permite que ese poder haga lo que quiera solo porque puede.

     Rovira podría reclamar el copyright​ de esa expresión que el presidente Milei y sus libertarios usan a menudo: Todo marcha acorde al plan.

     Porque en Misiones ya hace mucho que todo marcha acorde al plan.


Walter Anestiades  

domingo, 23 de noviembre de 2025

 

                 EL ESNOBISMO VIOLETA

 

     Un esnob disfruta de pertenecer a algo que está de moda. Hoy en la política lo esnob es ser un libertario que detesta al estado y busca dejar en la retaguardia lo que nos llevó a “cien años de atraso” en palabras de Javier Milei. Ninguno de estos súbitos libertarios, metidos en su esnobismo, se detiene para preguntarle a la sociedad  si están dispuestos en serio a recorrer la forma de vida que el nuevo credo les propone: que cada uno se las arregle solo.

     Misiones está lleno de personas que viven del estado rovirista (en su versión provincial o comunal), que votan a los renovadores para los cargos locales. Y después, con el estómago más o menos lleno gracias al sueldo estatal, militan que el estado es “un demonio” y votan libertarios para cargos nacionales. Y está lleno de dirigentes que militan en la renovación y se proclaman libertarios. Los libertarios-feudales. 

     Hay ejemplos de cómo la “motosierra” puede ser atractiva como eslogan de campaña pero, en la práctica, puede destruir vidas. La desregulación llevó a los pequeños y medianos productores yerbateros a un piso de calidad de vida. Nadie explica porqué al mercado yerbatero se le aplica el dogma del libre mercado sin injerencia del estado, pero lo aplica un gobierno como el de Milei que, por primera vez en la historia argentina, para regular el precio del dólar hace intervenir no a uno sino a dos estados: el nacional, vía el Tesoro o el Banco Central, y el Departamento del Tesoro de los EE.UU (la fábrica de dólares). Adan Smith toma mate en los yerbales y John Maynard Keynes toma café en la city. Por supuesto que toda crítica al Instituto Nacional de la Yerba Mate es cierta. Muy cierta. Pero ese precio “de referencia” que establecía hacía que los molinos pagaran el precio suficiente para subsistir. Para eso sí servía. ¿A quién beneficia que agonice esta economía regional?

     Otro ejemplo de las desgracias que trae la aplicación brutal de la “motosierra” se vio con las pensiones por discapacidad. El estado debía revisar caso por caso, indagar quiénes fueron los responsables de otorgar certificados de discapacidad a quiénes no les correspondía y averiguar qué médico avaló ese delito. No. Cortaron las pensiones mirando una planilla de Excel, la pifiaron, la justicia les ordenó restituirlas, y los que cobraban sin merecerlo seguirán cobrando sin merecerlo.

    El precio de la yerba lo pone el mercado pero el del dólar lo regulan dos estados. Las auditorías de las pensiones por discapacidad fueron un mamarracho.  Son dos cuestiones muy sensibles que deberían forzar a tanto dirigente esnob a pensar e invitar a pensar si por acá tenemos un  liberalismo en serio o si tenemos uno selectivo y medio “trucho”.

      Pero no. Son dirigentes que decidieron militar un proyecto del que, lo único que saben, es que les garantiza seguir en la política.

     El futuro de Oberá, el de Misiones, el de la Argentina, amerita tomarse las cosas un poquito más en serio. Para que al presidente Milei le vaya bien, pero mejor aún, para que a los argentinos les vaya bien, conviene buscar matices y ejercer apoyos críticos para enfrentar al siempre peligroso fanatismo, estar atentos a las ventas de buzones, no ser funcionales a los personajes detestables que nos dejaron en la ruina (los kirchneristas, claro), tener cojones para decirle a los funcionarios misioneros que los primeros responsables de cómo les va a los misioneros son ellos, y si por un milagro de Dios fuese posible dejar diez minutos de lado el proyecto personal y mirar un ratito al prójimo, habría que hacer docencia y explicarle al votante que en ningún país desarrollado del mundo viven sin estado y sus líderes no son “topos” que buscan destruirlo desde adentro. Se precisa un estado mínimo, controlado y eficiente. No un estado clientelar. 

     El proyecto de Milei es que estés por tu cuenta. ¿Entendés bien lo que eso significa en tu vida cotidiana y en la de los tuyos? ¿Sí?

    Pero invitar a reflexionar no está de moda.

    Un ícono de la moda, la gran diseñadora Cocó Chanel, decía: “No es la apariencia, es la esencia. No es el dinero, es la educación. No es la ropa, es la clase.”

     Estamos llenos de dirigentes que se visten bien. Ahora de color violeta.

     Pero tenía razón Cocó. No es la ropa.

     Es la clase.

 

 

Walter Anestiades

 

sábado, 15 de noviembre de 2025

 

¿SE PUEDE SACAR A LOS SOCIOS DE LA

  CELO  DE SU ESTADO CATATÓNICO?

 

     “Hasta lo inesperado acaba en costumbre cuando se ha aprendido a soportar”, escribe Julio Cortázar en su libro de cuentos “Todos los fuegos el fuego”. Solo uno de cada diez socios de la Cooperativa Eléctrica Limitada de Oberá concurre a votar a sus delegados que después eligen a los consejeros que la administran. Ergo, los otros nueve aprendieron a soportar. Y, como en la catatonia, reaccionan poco y nada a su entorno de cortes de luz y de agua.

     En el top five del “excusómetro” (en las últimas elecciones distritales no votaron 27.366  socios de los 30.238 habilitados) aparece la desmotivación generada por la falta de dirigentes íntegros que enfrenten al oficialismo. Pero en Oberá, más allá de que sobran los pseudo-opositores, un dirigente íntegro que enfrente al oficialismo casi no tiene a quién dirigir.

     En las últimas elecciones de octubre hubo un intento de justificación que se tornó popular en las redes sociales: los socios escribían en los portales de noticias digitales que “no se habían enterado” de que había elecciones. Gente que está todo el día con el teléfono en la mano y opinando de lo que sea en las redes escribió que no se había anoticiado del comicio en los portales de noticias que informaron del comicio y que ellos, de hecho, leen. Entonces ¿qué leen en esos portales de noticias en los que opinan? 

     Se acerca otro período estival y, como ya es tradicional, la CELO no está en condiciones de satisfacer el natural incremento de la demanda de agua potable y energía eléctrica porque el poder la convirtió en su cajero automático y nunca invirtieron en lo que debían invertir.

    Políticamente, hoy Oberá es un barrio de Posadas que Carlos Rovira maneja a través de su CEO Pablo Hassan. Hassan, a su vez, dejó a cargo de la entidad a una de sus laderas, María Pires. Una chica posadeña que se recibió de Ingeniera Civil en Oberá y trabajó en la municipalidad (su último cargo fue en la Dirección de Obras e Infraestructura Urbana).

    Hace tiempo quiénes convirtieron a la CELO en su búnker político pergeñaron un sistema de votación que desalienta la participación y el voto pero, paradojalmente, miles de socios no han movido un dedo para intentar un cambio. Así legitiman ese método año tras año y pierden un tiempo valioso. Los socios tienen la CELO que permiten. Y permiten demasiado.

     Los socios dignos están embromados porque si a la estructura política del rovirismo solo se la puede combatir con otra estructura, hoy los únicos en condiciones de alterar el status quo son los libertarios. Pero la cúpula de la Libertad Avanza no hace nada porque los intereses del presidente Javier Milei, al menos por ahora, no se contraponen con los del señor feudal misionero. Por el contrario. Entonces los libertarios-feudales terminan siendo, y están contentos con eso, parte del mismo status quo.

     La sociedad obereña no enfrenta sus problemas. De modo tal que todo intento de hacer reaccionar a los socios de la CELO termina en una experiencia emocionalmente frustrante para quienes asumen el desafío. Pero el problema es que la luz y el agua la siguen cortando igual.

     Un problema que demasiada gente, desde hace demasiado tiempo, aprendió a soportar.

     

Walter Anestiades

      

domingo, 9 de noviembre de 2025

 

                   LOS CONFABULADOS       

 

     Desde que la renovación llegó al poder en Oberá, en diciembre de 2003, la actitud general de los otros partidos políticos y del periodismo hacia los alcaldes Rindfleisch, Fernández y Hassan ha sido la de no molestar o pegar donde no duele. De ahí que las excepciones resalten tanto. Dicen que el sabio Confucio sentenció:” Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces, entonces estas peor que antes”. Hay una red de complicidades responsable de dejar hacer a un oficialismo lamentable que dejó a Oberá peor que antes.

    En tiempos de “Tito” Rindfleisch el peronismo (que aún no había sido cooptado ni por el kirchnerismo ni por Rovira) abría la boca para hablar de las macanas (digámosle así) del alcalde renovador. Eran los días de Norma Prevosti y “Cacho” Nilsson concejales. El radicalismo nunca olvidó el pasado correligionario de Rindfleisch y no se le animó.

     Cuando llegó el tiempo del doc Carlos Fernández la política obereña había sucumbido a la hegemonía rovirista y los comicios quedaron reducidos a una interna renovadora. Hacia 2015, de la mano del ascenso a la presidencia de Mauricio Macri, empezó a tallar un nuevo jugador que fue el PRO. Pero ni el PRO en soledad ni la posterior alianza con la UCR  (solo en la boleta), tuvieron la fuerza electoral suficiente (y algunos tampoco las ganas) para arrebatarle la intendencia a los renovadores.

     Hoy son tiempos violetas, tiempos de Javier Milei y sus libertarios que han urdido una alianza parlamentaria nacional que en Misiones se traduce en competir para cargos nacionales pero participar para cargos locales. Excepto que en 2027 los intereses de Milei se crucen con los de Rovira, la reelección del alcalde Pablo Hassan dependerá de su determinación o de algún renovador que le dispute la interna.

     Oberá vive, como otras partes de la Argentina, un fenómeno insoslayable: sus habitantes votan pidiendo que el país cambie pero votan pidiendo que su ciudad y su provincia se queden igual. Hay mucho elector que come del estado rovirista y vota por el statu quo en la municipalidad y en la CELO. Y cuando vota cargos nacionales se acuerda de lo que dice Milei. Eso de que el estado es un demonio.

     El actual terceto de concejales del PRO viene haciendo una tarea estupenda de contralor y de objeción. Pero la sociedad libertaria-feudal los desdeña. Y las luces del PRO, en todo el país, se van apagando.

     La pauta oficial fue mutando de jugosa a modesta pero la prensa local nunca fue pretenciosa. Con la excepción de Tony Lindstrom, faro mediático en tiempos analógicos y hoy devenido en funcionario de segundo orden. En la era digital Daniel Villamea asoma como el “Tony de Hassan”, pero con un perfil más libre y creativo.

     Así, con una mayoría de votantes de tendencia libertaria-feudal, con cúpulas directivas que no le hacen asco a ninguna “rosca” con el oficialismo, con tantos periodistas domesticados, y con una sociedad incapaz de reaccionar,  Oberá sufre la desgracia de ser administrada por ineptos que no dan la talla.

     Hay mucho dirigente, periodista y ciudadano de toda clase, que ya saben lo que tienen que hacer. Pero no lo hacen. Están confabulados para no molestar. Y nada indica que eso vaya a cambiar de acá a un rato largo.

      Por eso no importa cuando leas esto.

      Oberá está peor que antes.

 

 

Walter Anestiades