jueves, 7 de julio de 2011

EL INDOMABLE

"Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca."
(Jorge Luis Borges)

En éstos días fríos de julio Oberá se abriga bien. La Feria Provincial del Libro. El festival internacional "Oberá en cortos". El cine de siempre. Dos cines nuevos. La exposición de orquídeas. El festival de ballets. La casa de la Historia y la Cultura del Bicentenario. La Murga del Monte. Abrigan.
Veo gente en esos lugares. Quisera ver más.
¿Qué lleva a personas que no son ignorantes a votar como ignorantes? Quizás un par de cosas que ya son características de buena parte de nuestra sociedad y que son parientes entre sí: la madre pereza mental y su hija mayor, la incultura.
Algunos sostienen que en un lugar en el que las carencias son obvias (agua potable, hospital público, energía eléctrica, salarios pauperizados, inseguridad creciente, chicos desnutridos, sida, droga) para el grueso de la población no es prioridad comprar libros, ir a un cine o a un festival.
Tremenda estupidez.
Los libros son tan necesarios para las sociedades como los hospitales y las escuelas. Un libro educa desde el goce estético que implica leer, da palabras, abre la mente, permite entender, posibilita adquirir otros puntos de vista, estimula la sensibilidad espiritual, obliga al cerebro a hacer gimnasia, combate el miedo, provoca aventuras del pensamiento, reemplaza la visión estrecha y provinciana por otra más plural, global y generosa, y sobremanera ayuda a generar aún mejor que la propia escuela lo que nos distingue del resto de los animales de la creación: el pensamiento crítico.
Un libro no cura el cuerpo pero sí la mente. Lo sana de esa patológica pereza que impide leer la realidad tal como es y asumir que los cambios dependen más de nosotros mismos que lo que nos hacen creer. Que se puede ser exigente y vivir mejor. Que rebelarse desde el conocimiento suele ser la mejor actitud posible ante un mundo que no se nos acomoda.
El progreso no significa sólo calles asfaltadas, rutas pavimentadas, edificios escolares, pirámides majestuosas, hoteles cinco estrellas o un shopping. Progresar es también adquirir la destreza de saber diferenciar lo feo de lo bello, lo bueno de lo malo, lo inteligente de lo imbécil, lo exigente de lo conformista y el vivir del sobrevivir.
Toda Oberá debería pasar por la Feria del Libro.
En los lugares donde la gente lee, casi nadie vota a impresentables que prosperan alevosamente mientras la sociedad carece de lo básico. Saben que los cuentos son buenos para entretenerse pero para nada más. Lo saben bien.
Un hombre instruído es indomable.
Y porque no es ignorante, no vota como los ignorantes...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias por ser el principal promotor de la cultura en oberá. abrazo. Ramón