viernes, 22 de julio de 2011

SE JUEGA COMO SE VIVE

"Señor, vos encargate de lo imposible, que de lo posible me encargo yo"
(Santo Tomás de aquino, dirigiéndose a Dios)



Creo que fue el flaco Menotti el que alguna vez dijo que al fútbol "se juega como se vive". La forma en que viene fracasando desde hace rato la selección nacional podría darle la razón.
En líneas generales a la sociedad argentina le gusta creer que está mejor de lo que realmente está. Una concepción falsa de lo que significa ser optimistaha ganado adeptos. concepción estimulada por un Poder que necesita que mantengamos jubiloso el ánimo en un país en el que la calidad de vida de la mayoría de sus habitantes juega la Promoción todos los años para no descender aún más. Ser optimista no es estar siempre contento y esperanzado por mero comformismo o porque creemos que vamos a estar mejor. Ser optimista no tiene nada que ver con pelearse con la realidad. Con ser negadores. Ser optimista implica asumir la realidad. Ser concientes de lo que sucede, del estado de las cosas. Y a partir de esa toma de conciencia empezar a trabajar, a esforzarce por modificar y mejorar nuestra realidad. Creer que se está mejor de lo que se está, creer suspendiendo el juicio crítico, nos exime de esforzarnos para que éso, lo de estar mejor, suceda. Es más fácil ilusionarse.Pero también es más duro cuando sobreviene la desilusión. Porque las cosas no cambian por el simple hecho de querer que cambien. Hay que hacer algo. Pero no. Nos gusta la cómoda que deriva de nuestra pereza mental.

Así jugó la selección argentina en ésta Coa América y desde hace una veintena de años en cada mundial .Así nos ilusionamos. Así nos desilusionamos.

Hace rato, desde que Diego colgó los botines en 1990, aunque él se enteró de que lo había hecho siete años después, que la selección nacional de fútbol va de fracaso en fracaso. Con Bilardo.Con Basile.Con Passarella.Con Bielsa.Con Pékerman. De nuevo con Basile. Y también con Maradona como DT y ahora con Batista . A veces no hubo una idea de juego. Otras veces fallaron groseramente los intérpretes, los jugadores. También pasó que no hubo ni lo uno ni lo otro. No hay un plan. Siempre se espera la jugada épica del mesias salvador. Terminado el mundial de México 1986 nos pasamos años esperando que Maradona siga apilando ingleses y defina ante el arquero Shilton. Que lo vuelva a hacer. Sin pensar que lo pudo hacer porque Bilardo armó un equipo sólido. Con un Pumpido seguro y una defensa con Ruggeri, Cucciufo, el "Tata" Brown y Olarticoechea que se erigió en muralla. Con Giusti y el Checho al que hoy repudiamos como técnico recuperando pelotas permanentemente. Con el despliegue permanente del "Negro" Enrique que le permitía descansar y descargar a Diego cuando lo ameritaba. Con Valdano y Burruchaga metiendo goles, no "casi" metiendo goles. Porque hubo un equipo, Maradona pudo hacer lo que hizo. Claro, lisiado por dentro y al compás de una vida personal que no se le acomodaba, Diego nunca volvió a apilar ingleses. Nos pusimos, entonces, a esperar otro mesías redentor. Como el antiguo pueblo de Yahvé. Hasta que un día apareció un tal Messi. ¿El "mesías" esperado?
No. Un fenomenal jugador de fútbol que brilla en un Barcelona que es, ante todo, un equipo. Y porque es un equipo con una idea de juego, Messi, ahí, es un fenómeno. Otra vez nuestra pereza mental nos impide ver que Barcelona no es Messi más diez. Son once.
En otras áreas más sustanciales de nuestra vida esperamos al salvador. En política al caudillo. En economía, a la redoblona de la quiniela o a la martingala en el casino. En salud al "sanador". En educación, a "zafar". En seguridad, a pegar más fuerte que el "chorro". En Justicia al abogado "bicho". Pero resulta ser que la existencia es más compleja de lo que parece y el caudillo vive mejor que los que lo siguen, la redoblona no se da , del casino se suele salir seco, la enfermedad avanza, no siempre se zafa y el chorro viene armado. Y Messi, con la celeste y blanca, sigue sin gambetearse a cuatro o cinco y clavarla junto a un palo, como chace on la azulgrana.

Jamás hubo razón alguna desde lo futbolístico para ilusionarse con campeonato alguno. No hubo plan B. Ni siquiera hubo plan A. Como no hay ningún plan de Educación ni de Seguridad ni de Salud ni de fomento de la producción y el trabajo. Tampoco hay Justicia. Pero a los perezosos mentales les gusta creer que sí.Que estamos mejor. Que vamos bien.Que hay una idea, un proyecto.Que hay algo ahí, donde no hay nada.

"Se juega como se vive" sostuvo el flaco. Bueno, hace rato que en materia de Salud, Seguridad, Educación, Trabajo, Justicia y Calidad de vida, también venimos peor de lo que nos gusta creer.
Esperando que Maradona o Messi nos vengan a salvar.
Y nunca llegan...




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