martes, 13 de septiembre de 2011

MANO A MANO

"Los favores recibidos creo habértelos pagado" dice como ninguno Julio Sosa en "Mano a Mano" , magnífico tango compuesto por Celedonio Flores en 1923.
"Los favores recibidos creo habértelos pagado" podrá decirle también el kirchnerismo a Carlos Saúl Menem, que acaba de ser absuelto por el Tribunal Oral en lo Penal Económico 3 por supuesto contrabando de armas a Ecuador y Croacia cuando era presidente de la nación.
La mentira nunca ha tenido tanta libertad. Es por éso que cada día se lee, se oye y se ve a los arquitectos de la década del noventa haciendo política con un discurso anti-noventa. De hecho el discurso antimenemista berreta circula y circula en boca de caraduras que disfrazan su menemismo de ayer con su kirchnerismo de hoy, como si se tratara de dos "modelos" opuestos. Juntarla con pala privatizando no tiene nada de diferente a juntarla con palo estatizando.
Carlos Menem, hoy senador, es un aliado del gobierno nacional en la cámara alta a pesar de que fue electo como opositor. Un ejemplo concreto de ésto fue la ratificación de Mercedes Marcó del Pont al frente del estratégico Banco Central, lograda gracias a la "abstención" consensuada del riojano a la hora de votar. Y además Menem se las arregló para negociar con el gobernador kirchnerista de su provincia, Luis Beder Herrera, el apoyo del mandatario riojano para ser reelecto como tercer senador por la minoría usando el sello de goma llamado "Lealtad y Dignidad". Cristina Kirchner y Carlos Menem volverán a compartir boleta el 23 de octubre como en los noventa, cuando Néstor Kirchner y su esposa lo llevaron a él como presidente en 1989 y en 1995, o cuando fueron convencionales constituyentes por Santa Cruz un año antes, fecha en que se modificó la constitución nacional para darle a Menem la posibilidad de ser reelegido. Esto lo sabe cualquiera. Cualquiera que se informe cómo y con quién corresponde.
Mientras, abajo, la gilada absorve la retórica oficialista, arriba, los muchachos se arreglan. Es que, de última, son todos muchachos...
Para que una sanata tan obvia pase como cierta se necesita mucho de lo que en la antigua Grecia llamaban "idiotas".
"Idiota" viene del griego "idio", que significa "propio", que pasa a conformar la palabra "idiotez", un término con el que los griegos clásicos llamaban a los ciudadanos que , como tales, poseían derechos pero no los ejercían a favor de que no estaban interesados en la politica de sus "polis" (las ciudades-estado griegas). Aislados, ignoraban los asuntos públicos y se concentraban solamente en las pequeñeces de su casa y sus asuntos privados.
Y ya estamos al tanto de que la Argentina está plagada de idiotas.

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