domingo, 23 de octubre de 2011

ARROLLADOR TRIUNFO DE LA MENTIRA

"Se puede engañar a todos durante algún tiempo. Se puede engañar a alguien, siempre; pero no se puede engañar a todos para siempre".
Abraham Lincoln (1808-1865) Presidente estadounidense


Todos los gobiernos mienten. Por acá y por allá. En cualquier época. Pero habrá que reconocer que podríamos dedicarle a los Kirchner aquél tema musical del grupo flamenco "Ketama" que decía "mientes como nadie..."

Se ha dicho y escrito hace mucho: la mentira jamás ha tenido tanta libertad como en éste momento de la Argentina. Las dictaduras silenciaban voces pero no podían evitar la resistencia interna a abandonar la verdad. Muchos gobiernos avanzaron bastante en éso de imponer su propaganda como si fuera información . Pero ninguno logró tanta legitimidad simbólica para "construir el relato" a piacere. Ningún gobierno antes de los Kirchner consiguió que periodistas, intelectuales, sindicalistas, artistas, funcionarios públicos, cybermilitantes, punteros y docentes gozaran de tanto espacio para hacerle de coro al Poder y de tanta impunidad para que casi nadie los pueda refutar.

Las victorias electorales son multicausales. Pero es innegable que el kirchnerismo fue imponiendo su discurso ante una sociedad que se comió todos los amagues.

- Basta con entrar a algunos portales de noticias para leer que al pie de cada artículo crítico del gobierno, decenas de cybermilitantes se dedican a defenestrar al autor de la nota. Hacer lo contrario es casi imposible: los medios que viven de la pauta oficial no ofrecen la otra mejilla.
-¿Cuántas veces por día se escucha en boca de la Presidente y de ahí para abajo ese discurso antimenemista berreta según el cuál el país fue destrozado por los neoliberales en los noventa y ahora, con los Kirchner, "recuperamos el Estado" en sus funciones más benefactoras. Sin embargo los Kirchner fueron menemistas y cavallistas-de Cavallo-declarados. Néstor y Cristina fueron convencionales constituyentes en 1994 cuando la reforma de la Constitución nacional le permitió al riojano presentarse a la reelección presidencial. Un kirchnerista es, ante todo, un ex menemista. Y hasta en el mismísimo domingo 23 de octubre, Carlos Saúl Menem fue reelecto senador nacional por La Rioja llevando a Cristina Kirchner en la misma boleta. Todo ésto de "dos modelos" económicos en pugna que para muchos es un obvio camelo, para muchísimos más es parte de un credo político que se reza varias veces al día.
-La ley de medios de comunicación audiovisuales no es otra cosa, en los hechos, que un instrumento fenomenal para llenar el espacio radial y televisivo de propaganda diseminada por verdaderos chupamedias a sueldo del Poder. Los medios del Estado en nuestro país siempre fueron del gobierno pero jamás se había cavado en ellos una trinchera tan profunda para desde ahí atacar con eficacia a cualquier "enemigo" .
-Las cifras de medición de la inflación mensual que brinda el INDEC no se las cree ni Cristina. Pero tamaño verso no tiene peso para influir en el voto. Cuando no se cree la mentira, se la acepta como un mal menor ante otros "beneficios".
-No hay nada que se pueda hacer ni nada que se pueda decir para que alguien que cobra un plan social del Estado cambie su voto.
-Las puestas en escena son constantes. Desde Cristina en el atril gambeteando las conferencias de prensa que podrían traer alguna pregunta incómoda. El vestidito negro de la viuda que conmueve. Los programas periodísticos en el que debaten seleccionadamente un oficialista que defiende la mentira con habilidad y un opositor que defiende la verdad con torpeza. Los funcionarios que son reporteados por periodistas que por autocensura, pauta oficial o incapacidad les ofrecen un menú de preguntas a la carta para que se sirvan a gusto. Cada poeta kirchnerista que aparece en los medios parece apretar "play" en su lengua y comienza con el versito del modelo "nacional y popular" aunque no tenga ni idea de que significa éso. Y hay más pero aburre de sólo enumerarlos.

La oposición no debió subestimar este asunto de "la batalla cultural". Enfrascada en sus luchas intestinas y dominada por tipos cuya vanidad cotiza en bolsa, dejaron que la mentira circule y circule hasta pasar por verdad en las mentes de los millones de argentinos que sufren de pereza mental. Pareció que en ésta campaña algunos líderes opositores pretendieron reaccionar ante ésto. Ya era tarde.

El periodismo está en retirada. Casi no se informa. La pantalla se llenó de imitadores de "Los fabulosos Pells". Algunos boletines informativos radiales parecen escritos por Néstor desde el más allá. Y uno espera que algún día los colegas que, increíblemente, apoyaron la ley de medios, ardan en el infierno por éso.

No sabemos si la economía mundial hará que nos hamaquemos y hasta que punto. Hasta hoy la historia del mundo nos enseña que la realidad suele pasarle por arriba a aquellos que la ignoran. Pero vaya uno a saber si la frase de Lincoln no debería ser reformulada:

"Se puede engañar a todos los argentinos durante algún tiempo. Se puede engañar a algún argentino todo el tiempo; y también se puede engañar a todos los argentinos todo el tiempo"
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