Ayer, 8 de febrero de 2012, se cumplieron diecinueve semanas de la "inauguración" del primer Tomógrafo "virtual" de la historia de Oberá.Ocurrió el último 28 de septiembre, cuando los señores Manzur y Guccione-los ministros de salud nacional y provincial respectivamente (ambos en la foto)- fueron parte de una coreografía que incluyó al Gobernador Closs y a unos cuántos funcionarios de la zona centro misionera. Se montó una puesta en escena planificadamente aparatosa en una época propicia como nunca para hacerlas: funcionarios que simulan fenómeno, una retórica oficial que circula sin pagar peaje, ponemicrófonos que venden propaganda como si fuera información, trabajadores y público en general ganados por el miedo y una cantidad considerable de badulaques que se comen todos los amagues del gobierno.
Afortunadamente el colega Alejandro Miño está de vacaciones. De lo contrario podrían escucharse en su programa nuevas y desopilantes declaraciones de la señora Directora del Hospital Samic -Dalila Buhl-acerca de los milímetros que deben separar al aparato del piso y otras sandeces a favor de intentar justificar que el tomógrafo persista inoperable. Si no estaba listo para funcionar, no se lo inauguraba (?) y a esperar.
La etimología de la palabra inaugurar nos cuenta que es de origen latino, inauguratio. En la Roma antigua, cuando se abría un nuevo templo se invitaba a los llamados augures, unos tipos que vaticinaban si el momento era propicio para la apertura basándose en la observación del vuelo, del canto o del movimiento de las aves. La palabra augur viene de augure que significa aumentar, ésto es, alguien que aumentaba la realidad. Llamativo, ¿no?
Si, ya sé. Se me dirá que hoy ésto es más "normal" que nunca y que ya no asombra a casi nadie.
Pero es que uno conserva cierta resistencia espiritual a " pensar" como ahora está de moda: toditos igual. Ya sabemos, como dijera el periodista yanqui Walter Lippman, "dónde todos piensan igual es porque ninguno piensa mucho".
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