jueves, 17 de mayo de 2012

FABRICA DE BRUTOS.

     Cuenta la leyenda que un día "El Ignorante" se casó con "La Soberbia". Y tuvieron un hijo: "El Bruto".



     Todos somos ignorantes. De hecho, lo que uno no sabe le gana a lo que se sabe por goleada. Y así será siempre.
     Pero se puede aprender. La voluntad por mejorar, por evolucionar, por nutrirse intelectualmente, es una característica humana que da esperanzas. Al contrario de la desazon que provoca la actitud del ignorante que se resiste a dejar de serlo. Que se jacta de no saber. Fanático, no sabe como expresar una idea porque lo que cuestiona no son argumentos sino personas. Limitado, las palabras nunca acuden en su ayuda porque tiene bien pocas. Soberbio, se niega a admitir la relación estrecha que hay entre lenguaje y pensamiento y ésa soberbia es su marca registrada. .Marca registrada de un  bruto.

     No hay problema con la ignorancia. Se puede aprender. Todos aprendemos. Pero, ¿cómo enseñarle a quién se resiste a evolucionar?  El empobrecimiento del lenguaje, sumado a la incapacidad de desarrollar sentido crítico, en un contexto de época que entretiene en vez de formar, arroja una pujante industria de brutos. Brutos que el Poder necesita. A ver si somos claros: los impresentables tienen Poder porque primero miles de impresentables los votaron y les dieron ése Poder.

     La Argentina está llena de brutos que no saben ni quieren saber. No saben lo que és una República. Creen que Democracia es sólo ir a votar. De la imprescindible División de Poderes no tienen ni jota de idea. Les parece bien que cualquier pichón de Napoleón se eternice en el sillón de Presidente, Gobernador o Intendente. Forman y festejan tiranos a los que les dan todo a cambio de muy poco. Roban en sus narices y ni lo huelen. Se comen todos los amagues. Viven esperando mesías y salvadores que nunca llegarán. Son indiferentes. Se enteran de la realidad cuando les toca. Creen que la seguridad es cosa de policías. Se la pasan chillando por las consecuencias sin detenerse a pensar en las causas. No se dan la necesaria pausa para reflexionar sobre su propia vida. Creen que el progreso tiene las formas de un teléfono celular con pantalla. Habitan en un eterno presente que deja afuera culaquier dimensión de futuro. No soportan mirarse al espejo y bancarse lo que  les devuelve. Entran a internet con pasamontañas..  No se comprometen ni a una discusión. Votan al que le dicen que va a ganar para decir al otro día, con una cara de gil que da calambre "ganó mi candidato". Creen y quieren hacer creer que pitar marihuana es lo mismo que comerse una gelatina. Son tan cobardes que en vez de animarse con los poderosos gozan pateando a los caídos. No saben Historia y no pasan de la tabla del tres. Opinan sobre cualquier cosa porque siempre tienen más opinión que información. Justifican la violencia.  Se entretienen todo el tiempo y no se los puede sacar de su  pereza mental. Alérgicos a los libros y carentes de personalidad, tienen el destino de la pluma: ir dónde los lleva el viento.

     Los medios de comunicación tienen buena responsabilidad en la formación de idiotas. Tal como la etimología de la palabra nos dice desde la antigua Grecia: el idiota era el que no se metía en política porque la cosa pública no le importaba en absoluto, consumidores de mass-media que no le enseñan nada. La excelencia en la educación es casi una nostalgia: la tendencia es creciente a favor de que si se sabe se aprueba y si no se sabe también. Ejércitos de habitantes vagan por su ciudad o su pueblo sin  conocer sus derechos. Que nadie les enseña.  Viven de la dádiva porque les hicieron creer que el único esfuerzo válido es el de apretar el botón del control remoto para hacer zapping. No les pidan más. Controlados y dóciles, sin léxico ni ideal libertario, son sencillos de dominar. La combinación de ignorancia, soberbia y cobardía los hace inaguantables.

     Otoño de 2012.
      La Argentina tiene muchos problemas por resolver.
     Pero tiene uno de fondo que hará muy difícil hacerle frente a los otros.
     Es un  problema industrial.
     No para de fabricar brutos.

    

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