lunes, 7 de enero de 2013

"ANIMEMONOS Y VAYAN"



       
              


     “Hay circunstancias en que la audacia es la verdadera prudencia”.
              (Camillo Benso, Conde de Cavour. Estadista italiano. 1810-1861)


     “Me gustaría que alguien me explique el crecimiento patrimonial de los Kirchner”, propuso el otro día en una entrevista periodística el actor Ricardo Darín.
      ¿El otro día?

     El escritor Jorge Asís siempre se diferencia de los “críticos de los 44 minutos del segundo tiempo”, para recordar que él cuestiona al kirchnerismo desde siempre. Y tiene razón. Han llegado ya unos tiempos en los que casi no se podrá obviar unas gotas diarias de “Hepatalgina”. Porque hay que tener estómago para oír a las personas que no abren la boca para decir que llueve hasta que todo el mundo está empapado. Y ya había que tener mucho estómago para oír las mentiras que circulan desde hace demasiado con más libertad que nunca.

     Miles de argentinos andan por ahí, como Darín, preguntándose ahora por esa cuestión de que un matrimonio aumentó alevosamente su patrimonio en el ejercicio de la función pública. Cáspita!, diría Robin. Hace una década que los Kirchner gobiernan el país y hace un cuarto de siglo que ocupan importantísimos cargos públicos. ¿Qué leían, qué oían, que miraban Ricardo Darín y esos miles de argentinos que parecen haber aterrizado en la Argentina hace unos meses ?   ¿Por qué Darín no aprovechó a preguntarle por su nuevo estado de millonaria cuándo Cristina lo llamó para felicitarlo por el Oscar de Hollywood  que ganó la película “El secreto de sus ojos  en marzo de 2010. Muchos dicen que Cristina es déspota. A ver, en octubre de 2011, hace apenas quince meses, cuando casi doce millones de personas la reeligieron, ¿era una dulce mandataria republicana respetuosa de las opiniones ajenas y de la libertad de prensa? ¿Sus millones los ganó ahora en diciembre con el “Gordo de navidad”?


     Ni hablemos del caso obereño que es aún más patético. Está lleno de personas que salieron del termo para  preguntar en éstos días porqué en Oberá falta el agua. Años de tener a una CELO reutilizada como caja política delante de sus narices y de votar tres veces a un señor que no pierde un solo minuto en gestionar pudiéndolo usar en hacer negocios.
Hasta hace días la red social Facebook tenía una página sobre “Las termas de la selva” en dónde un par de centenas de giles levantaban el famoso pulgar de la opción “Me gusta”. ¿Qué cosa les gusta?  ¿Qué se use dinero para termas en vez de agua potable? ¿Qué vuelen cheques y cheques de fondos públicos para una obra que al día de hoy es una piletita con líquido calentado a caldera?  ¿Qué un grupo político saquee la ciudad que tanto dicen querer?


     Tipos y tipas indiferentes que viven en babia o son decididos militantes de la cobardía. Que reaccionan siempre tarde, cuándo lo sufrido y perdido ya es mucho. Viven haciendo un culto de la conveniencia. A ver hoy, 7 de enero, saco la lanza. Mañana 8, la limpio. Pasado mañana 9, la guardo. Los responsables de tener que bancarse a ésta caterva de funcionarios que llegan al Estado para servirse. Siempre atentos a ver que hacen los demás, los  que van al frente. Para celebrar juntos las victorias y para hacerse los otarios si hay derrota.

     Dale Darín que a vos habría que darte el “Oscar”  al oportuno. Quedando bien cuándo y con quién conviene. Quedando mal cuándo eso ya queda bien.
     Dale obereño. Abrí la canilla y despabilate un poco que adentro del termo hace mucho calor y es pleno verano.


     “Animémonos y vayan”, ironizaba don Arturo Jauretche hace añares.
      A tomar urgente 30 gotitas de “Hepatalgina”.
      Que están hablando todos como nunca.
       Los que se callan siempre.
     
     


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