¿COSAS PENDIENTES ?
A esta altura ya es un cliché en boca de tantos funcionarios públicos
que, para sonar autocríticos ante la burguesía sensible, categorizan de ese
modo a los asuntos en los que no han hecho nada sustancial. Después de tres
períodos y doce años de gestión reducir a “cosas pendientes” a la falta de agua
potable, de cloacas o de una prestación básica de salud es cosa de cínicos.
Pero llamar igual a la existencia de chicos desnutridos es cosa de hijos de
puta.
“En la Argentina de Perón y Evita los
únicos privilegiados son los niños”, dijo el propio Juan Domingo Perón hace más
de seis décadas y era cierto. En su gobierno era cierto. Luego. Nunca más fue
cierto. Y ahora, con Cristina Kirchner y Daniel Scioli, es menos cierto que
nunca.
Es increíble que en una Argentina
productora de alimentos y con potencial para darle de comer a buena parte del
planeta haya chiquitos desnutridos que, al estarlo, permiten la sinergia entre
la malnutrición y cualquier infección. Cualquiera capaz de arrancarlos de este
mundo. No hay que moverse mucho de donde uno está para ver chicos así. Solo hay
que abrir los ojos.
Personajes que no pueden explicar ni su
declaración jurada sanatean con la enumeración de planes y medidas que,
obviamente, no llegan a todos los
estómagos a los que deben llegar. Médicos que trabajan más para los gobiernos
que para la ciencia, hablan como los expertos que no son. Una clase media que
se “horroriza” ante fotos e informes televisivos pero que mientras llegue el
depósito a sus cuentas en los cajeros automáticos no tienen inconvenientes en
votar a farsantes. Lo hicieron en 2007 y en 2011. Y tampoco tendrán problemas en votar a Daniel
Scioli. Un inútil que no resolvió ni uno solo de los problemas del inmenso y
rico territorio bonaerense que gobierna hace ocho años.
¿Y Misiones? Acá el ministro Edmundo Soria Vieta se “jacta”
de incorporar niños al programa “Hambre cero”. Alguien debería tomarse el
trabajo de explicarle a este impresentable que la buena noticia consistiría en
que cada vez menos chicos precisen entrar a ese programa y no al revés. Por su
parte el gobernador Maurice Closs declaró en la televisión nacional que las
cifras de pobreza en la provincia que gobierna no le importan. “Son datos”, le
dijo al radical, correligionario como él antes, Luis Naidenoff. El 10 de
diciembre Closs dejará la gobernación más gordo
que cuando asumió. Vos me entendés.
En Oberá, más bizarra que nunca en estos
días, los candidatos de la alianza renovación-kirchnerismo recorren los barrios
para conocer la miseria que dejaron los renovadores y los kirchneristas.
En lo simbólico el gastado discurso
antinoventa berreta se sigue oyendo. Aunque sea en boca de Daniel
Scioli-copryght político de Carlos Menem-y de Carlos Rovira-copryght político
de Ramón Puerta-.
Oscar Sánchez se llamaba el chico qom que
murió no en un pueblo etíope en el África sino en el Chaco argentino.”Murió por
cuestiones culturales” mintió el gobierno chaqueño. Mentira amplificada por los
chirolitas a sueldo del Poder que hay en todo el país. Un país que no tiene
estadísticas oficiales sobre desnutrición desde el año 2007. Desde el año 2007,
hace ocho. Dos mandatos completos de Cristina. Por cuestiones culturales, de
educación más bien, uno no escribe lo que le produce semejante intento de
justificación. Sospecho que te lo podés imaginar.
Doce años de gobierno kirchnerista en el
país. Doce años de gobierno renovador en Misiones (me olvido de otros cuatro
años de gestión de Carlos Rovira entre 1999 y 2003 cuando descontó a jubilados
y estatales el 13% en nombre de un gobierno justicialista). Tiempos en los que
el patrimonio de Cristina Kirchner creció muchísimo según su propia declaración
jurada de bienes. Lo mismo el de Amado Boudou, el vicepresidente. Y el de
Daniel Scioli. Y el de tantísimos funcionarios nacionales. En Misiones ocurrió
lo mismo con el patrimonio de Closs, de
Rovira y de la primera plana de la renovación. En Oberá, Ewaldo Rindfleisch entró a la política siendo
un austero arquitecto y hoy no se atreve ni a mostrar lo que evolucionó su
patrimonio.
¿Y resulta que el país todavía está
lleno de chicos desnutridos que precisan de la caridad para subsistir? ¿Un chico que no tiene lo qué comer es “una cosa pendiente”?
¿Años de crecimiento económico incomparable (entró guita a lo loco, señora) y
ni siquiera solucionaron la desnutrición infantil? ¿Qué cosas hubo que hacer que fueran
prioritarias por encima del hambre de los pibes?
¿Alguna vez tuviste hambre? ¿Te pasó, por
esas cosas de la vida, que de modo imprevisto te tuviste que acostar una noche
sin haber cenado? La sensación es una
mezcla dolorosa para el cuerpo y humillante para el alma. De una tristeza
lacerante. El mejor argumento del ateísmo. Comparable a la soledad de un animal
de cuatro patas que corre sin hallar
presas. La desesperación provocada por un tiempo en el que cada hora hiere y la
última mata.
¡Qué náuseas me provocan estos gobiernos!
Y sus cretinos votantes indiferentes a toda realidad que no les conviene
mostrar.
En el “relato” a un chico que no come bien
lo llaman “cosas pendientes”.
“Hay hombres que no suben después de caer”,
advirtió el escritor estadounidense Arthur Miller, el mismo de “La muerte de un
viajante” y “Panorama desde el puente”.
Cuidado con ese concepto que tenemos tan
incorporado acerca de que el tocar fondo y soportar una crisis es siempre una
buena oportunidad para recuperarnos.
A ver si un día de estos nos dejamos caer
demasiado abajo. Y aún queriendo, no nos levantamos más.
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