martes, 6 de octubre de 2015

             ¿COSAS PENDIENTES ?

     A esta altura ya es un cliché en boca de tantos funcionarios públicos que, para sonar autocríticos ante la burguesía sensible, categorizan de ese modo a los asuntos en los que no han hecho nada sustancial. Después de tres períodos y doce años de gestión reducir a “cosas pendientes” a la falta de agua potable, de cloacas o de una prestación básica de salud es cosa de cínicos. Pero llamar igual a la existencia de chicos desnutridos es cosa de hijos de puta.




     “En la Argentina de Perón y Evita los únicos privilegiados son los niños”, dijo el propio Juan Domingo Perón hace más de seis décadas y era cierto. En su gobierno era cierto. Luego. Nunca más fue cierto. Y ahora, con Cristina Kirchner y Daniel Scioli, es menos cierto que nunca.

     Es increíble que en una Argentina productora de alimentos y con potencial para darle de comer a buena parte del planeta haya chiquitos desnutridos que, al estarlo, permiten la sinergia entre la malnutrición y cualquier infección. Cualquiera capaz de arrancarlos de este mundo. No hay que moverse mucho de donde uno está para ver chicos así. Solo hay que abrir los ojos.

     Personajes que no pueden explicar ni su declaración jurada sanatean con la enumeración de planes y medidas que, obviamente,  no llegan a todos los estómagos a los que deben llegar. Médicos que trabajan más para los gobiernos que para la ciencia, hablan como los expertos que no son. Una clase media que se “horroriza” ante fotos e informes televisivos pero que mientras llegue el depósito a sus cuentas en los cajeros automáticos no tienen inconvenientes en votar a farsantes. Lo hicieron en 2007 y en 2011.  Y tampoco tendrán problemas en votar a Daniel Scioli. Un inútil que no resolvió ni uno solo de los problemas del inmenso y rico territorio bonaerense que gobierna hace ocho años.

     ¿Y Misiones?  Acá el ministro Edmundo Soria Vieta se “jacta” de incorporar niños al programa “Hambre cero”. Alguien debería tomarse el trabajo de explicarle a este impresentable que la buena noticia consistiría en que cada vez menos chicos precisen entrar a ese programa y no al revés. Por su parte el gobernador Maurice Closs declaró en la televisión nacional que las cifras de pobreza en la provincia que gobierna no le importan. “Son datos”, le dijo al radical, correligionario como él antes, Luis Naidenoff. El 10 de diciembre Closs dejará la gobernación más gordo  que cuando asumió. Vos me entendés.  

     En Oberá, más bizarra que nunca en estos días, los candidatos de la alianza renovación-kirchnerismo recorren los barrios para conocer la miseria que dejaron los renovadores y los kirchneristas.

     En lo simbólico el gastado discurso antinoventa berreta se sigue oyendo. Aunque sea en boca de Daniel Scioli-copryght político de Carlos Menem-y de Carlos Rovira-copryght político de Ramón Puerta-.

     Oscar Sánchez se llamaba el chico qom que murió no en un pueblo etíope en el África sino en el Chaco argentino.”Murió por cuestiones culturales” mintió el gobierno chaqueño. Mentira amplificada por los chirolitas a sueldo del Poder que hay en todo el país. Un país que no tiene estadísticas oficiales sobre desnutrición desde el año 2007. Desde el año 2007, hace ocho. Dos mandatos completos de Cristina. Por cuestiones culturales, de educación más bien, uno no escribe lo que le produce semejante intento de justificación. Sospecho que te lo podés imaginar.

     Doce años de gobierno kirchnerista en el país. Doce años de gobierno renovador en Misiones (me olvido de otros cuatro años de gestión de Carlos Rovira entre 1999 y 2003 cuando descontó a jubilados y estatales el 13% en nombre de un gobierno justicialista). Tiempos en los que el patrimonio de Cristina Kirchner creció muchísimo según su propia declaración jurada de bienes. Lo mismo el de Amado Boudou, el vicepresidente. Y el de Daniel Scioli. Y el de tantísimos funcionarios nacionales. En Misiones ocurrió lo mismo  con el patrimonio de Closs, de Rovira y de la primera plana de la renovación. En Oberá,  Ewaldo Rindfleisch entró a la política siendo un austero arquitecto y hoy no se atreve ni a mostrar lo que evolucionó su patrimonio.

       ¿Y resulta que el país todavía está lleno de chicos desnutridos que precisan de la caridad para subsistir?  ¿Un chico que no  tiene lo qué comer es “una cosa pendiente”? ¿Años de crecimiento económico incomparable (entró guita a lo loco, señora) y ni siquiera solucionaron la desnutrición infantil?  ¿Qué cosas hubo que hacer que fueran prioritarias por encima del hambre de los pibes?

     ¿Alguna vez tuviste hambre? ¿Te pasó, por esas cosas de la vida, que de modo imprevisto te tuviste que acostar una noche sin haber cenado?  La sensación es una mezcla dolorosa para el cuerpo y humillante para el alma. De una tristeza lacerante. El mejor argumento del ateísmo. Comparable a la soledad de un animal de cuatro patas que corre  sin hallar presas. La desesperación provocada por un tiempo en el que cada hora hiere y la última mata.

     ¡Qué náuseas me provocan estos gobiernos! Y sus cretinos votantes indiferentes a toda realidad que no les conviene mostrar.

     En el “relato” a un chico que no come bien lo llaman “cosas pendientes”.

     “Hay hombres que no suben después de caer”, advirtió el escritor estadounidense Arthur Miller, el mismo de “La muerte de un viajante” y “Panorama desde el puente”.

     Cuidado con ese concepto que tenemos tan incorporado acerca de que el tocar fondo y soportar una crisis es siempre una buena oportunidad para recuperarnos.

     A ver si un día de estos nos dejamos caer demasiado abajo. Y aún queriendo, no nos levantamos más.
     



     

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