OBERÁ VIVE
"EL DÍA DE LA MARMOTA"
"EL DÍA DE LA MARMOTA"
En 1993 el actor y director de cine
hollywoodense Harold Ramis, llevó a la pantalla grande la comedia fantástica
“El día de la marmota” (“Groundhog Day”). Protagonizada por Bill Murray y Andie MacDowell, cuenta la
encerrona que de pronto vive Phil Connors, un meteorólogo que trabaja en
televisión y acude a un pequeño pueblo en el estado de Pensilvania a favor de
asistir a la fiesta de la marmota. Una folklórica manera que los granjeros
tienen de predecir la duración del invierno, según el comportamiento del
animalito. Es el 2 de febrero, vivido a pura nieve en esa parte del hemisferio
Norte. Phil pasa una agradable jornada en el lugar. Va a dormir y, a las seis
de la mañana, despierta y descubre que, otra vez, está viviendo el día que
creyó dejar: el 2 de febrero. Phil empieza a vivir todos los días, el mismo 2
de febrero. Siempre el mismo día. Le pasan las mismas cosas. Conoce a la misma
gente. Todo es igual al día anterior. Siempre es un 2 de febrero. Para Phil,
hoy es siempre igual que ayer.
Así es vivir en Oberá.
En estas
horas la ciudad sufre reiterados y permanentes cortes de energía eléctrica. La
explicación es la de cualquier año de los últimos cinco, diez o quince: la
CELO, encargada de darle luz a sus socios en Oberá, explica que es
responsabilidad de EMSA, encargada de lo mismo a nivel provincial. Fallas en la
línea de 132 Kw entre Gobernador Roca y la Estación Tres Esquinas en Oberá. El punto es que la Argentina está en
“emergencia eléctrica” porque durante años los gobiernos no invirtieron en
generación de energía. Gobiernos que
tardaron demasiado en perder apoyo popular. En Misiones la renovación
sigue ganando los comicios, por mayor o menor diferencia, pese a ser la gran
responsable de no invertir siquiera en el mantenimiento de las obsoletas líneas
y redes, como la vetusta línea 132. Hace dos años fue licitada una nueva línea
132 por 250 millones de pesos, destinada a suplantar a la actual cuando se
corta, como ahora. Pero la obra no avanzó más. Sucedió lo mismo en la CELO y
hoy, quién lideró el movimiento que destronó a los renovadores que respondían a
Ewaldo Rindfleisch-Rafael Pereyra Pigerl-acaba de ser electo diputado
provincial por…la renovación. Por otro lado existen medios de comunicación que
le han informado a la sociedad sobre la causante de los cortes y sus
responsables. Aún así está lleno de personas que, ante cada interrupción del
servicio, preguntan como si lo informado ayer hubiera sido olvidado hoy.
La
gran crisis eléctrica que vive ahora la zona centro pasará y volverán los
cotidianos cortes de luz y de agua rotativos y de menor duración. Así será todo
el verano. Como lo fue cada verano pasado. Y cada verano futuro.
Es la misma
matriz de análisis para cualquier situación. Salud. Seguridad. Justicia.
Educación. Los salarios. La falta de agua potable. La crisis de los productores
yerbateros o tealeros. La cuestión tarefera. La cuestión docente. Todo. Todo es
un deja vu. Cualquier crónica del día de mañana en Oberá sería un calco de una
crónica de cualquier día de hace una década. Los mismos problemas. Los mismos
abusos. La misma gente entronizada en el Poder. Las mismas quejas. El mismo
comportamiento social. Todos los días igual hasta tornarse tóxico.
Es la propia
sociedad abúlica la que provoca los problemas que padece. Recorrer las calles
de Oberá en medio de un prolongado corte de luz es una escena bizarra: las
personas se quedan en sus locales, en sus negocios, en sus oficinas, tomando
mate y esperando a ver cuándo vuelve la energía. Simplemente esperando. Sin
mover un dedo a favor de intentar una protesta colectiva y ciudadana para que
los gobernantes tomen nota de que no pueden seguir haciendo lo que se les da la
gana amparados en la impunidad electoral que los beneficia. Y la dirigencia
opositora es, simplemente, una expresión más expuesta de ese comportamiento
social que prefiere soportar lo que venga antes que “quedar mal”.
Una sociedad
abúlica más una dirigencia pusilánime es una combinación altamente tóxica. Porque
no hacer nada ante los atropellos no es una conducta risueña. Es peligrosa.
Hemos
escrito sobre el deja vu. Hemos compartido como Étienne de La Boétie nos enseñó
en su discurso “Sobre la servidumbre voluntaria”, que no es el Poder el que
crea la obediencia, sino que la obediencia crea al Poder. Y aquello que bien
describió el filósofo Heráclito acerca de que “el carácter es el destino”.
Pero todas
son o serán formas distintas de describir el mismo fenómeno. Fenómeno que, dada
la mentalidad que lo pergeña, se perfila inmodificable.
La sociedad
obereña no hace nada para mejorar la calidad de vida del conjunto. Y tampoco
quiere asumir que no hace nada. Apenas chilla en Facebook, ese poderoso
anestésico social moderno que entretiene demasiado tiempo. Y para sus
contactos. Como si a los poderosos les quitara el sueño que cincuenta tipos
pongan un emoticón de “me enoja”. Los obereños se entretienen con sus propios
sufrimientos. Hace apenas horas la dirigencia del Frente “Cambiemos” dio
cátedra de inacción ante una elección de “Defensor del Pueblo”, cuyos
resultados fueron “raros”, por donde se la mire.
Acá termina
este artículo.
Que ya
lo leíste antes.
Y que
lo volverás a leer mañana.
Como en el “Día de la marmota”.
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