Desde la
entronización de Juan Domingo Perón en el poder, hace más de siete décadas,
politólogos, escritores e historiadores vernáculos y foráneos han intentado
explicar y clasificar al movimiento que fundó. Que de derecha, que de
izquierda, que de centro, que fascista, que socialista, que revolucionario, que
conservador, etc., etc., etc. Por lo actuado en los gobiernos que usaron su
nombre, su partido, sus citas, su pueblo y su recuerdo, puede decirse que tras
la muerte del líder aquél lunes 1º de julio de 1974, desde entonces predomina
otro tipo de peronismo: el berreta.
Hoy por hoy cualquier gil hace la “v” de
la victoria, se saca una selfie, la sube a las redes sociales, y la va de
peronista. Cualquiera usa palabras como “cipayo”, “oligarca” o “vendepatria”
sin haber pasado de leer las solapas de los libros de Jauretche. Se llenó de
gente que, como decía Borges “se hacen los peronistas para pasarla bien”. Se trata de llegar al gobierno y tener un
puestito por acá, otro puestito por allá. Pauta oficial por ahí. Asesoría por
aquí. Titularización docente sin más méritos que aplaudir a la jefa. Contratos
que se ligan. Y familiares en el estado. Total, ya sabemos que la plata del
estado la pone Dios.
Recuerdo
cuando llegué a Misiones en 2005 y me radiqué en Oberá. Empecé a hablar de
Perón en la radio y puse al aire la marcha por don Hugo Del Carril. El dueño de
la emisora me preguntó si estaba loco, a favor de que el intendente Rindfleisch
había montado una campaña bien “gorila” en donde a su antecesor, “Rolo” Dalmau,
no se lo podía ni nombrar en la calle. No me importó nada y me enfrenté al
establishment local. ¿Qué decían por aquellos días tantos peronistas obereños
que ahora sí se pueden expresar? No lo sé. Era difícil escucharlos cuando
hablaban desde abajo de la cama.
A ver. Repasemos un poco.
En Misiones, por ejemplo, Néstor Kirchner,
con el cuento de la transversalidad, sacó al justicialismo de la cancha y lo
mandó a la tribuna. Hoy es un sello de goma y segundón de la renovación con
Rafael Pereyra Pigerl de titular. Abundan los que dicen ser peronistas pero
fueron cooptados por Carlos Rovira. ¿Peronistas
de Rovira, Passalacqua y Closs? ¿Se puede ser más contradictorio?
Ni
hablar de los patéticos antipuertistas a los que conocimos trabajando
políticamente con Ramón Puerta. O los aún más patéticos antimacristas, a
los que conocimos trabajando políticamente con Mauricio Macri.
Perón fue Perón y así quedó registrado en
el imaginario popular por llevar adelante una política de justicia social sin
parangón en nuestra historia. ¿Qué tendrá que ver eso con las hambreantes
gestiones de Cristina Kirchner? No se sabe. Y la caterva de fanáticos que la
defienden lo saben menos. No tenemos el “peronómetro”, pero sí el “boludómetro”
y a algunos les marca muy mal. Porque para
creerse que en el Frente de Todos no pueden dormir de noche pensando en lo mal
que te va la vida a vos, hay que pasarse de ingenuo.
Carcomidos por una realidad que no quieren
ver, algunos postulan que el Frente de Todos es mucho más que el kirchnerismo.
Y que será Alberto y no Cristina quién maneje la cosa. A ver, pregunta con
múltiple choice. ¿Cómo llegó Alberto
Fernández a ser candidato a presidente? A-Lo puso la Divina Providencia.
B-Ganó una interna. C-Lo nombró Cristina Kirchner. Un alto porcentaje de los
candidatos a diputados nacionales que integran las listas del Frente de Todos son
de “La Cámpora”. Por ejemplo en Misiones, con María Cristina Brítez. ¿A quién
reconocerán como jefa estos muchachos? ¿Al tío Alberto o a Cristina?
Dicen que Alberto es moderado y Cristina
es dogmática, pero que él sabrá llevarla.
Mejor no hacerle mucho caso a lo que diga Alberto. Fue él quién la trató
públicamente de “psicópata” (persona con un trastorno antisocial de la personalidad, que se
manifiesta de forma agresiva, pervertida, o a través de comportamiento amoral
sin empatía ni remordimientos).
Vos
que decís que sos peronista y votás al kirchnerismo. ¿Ya te “metiste la
marchita en el culo” como te mandó Aníbal Fernández?
Vos que sos misionero y agricultor. ¿Te
considerás un “gringo pata sucia” como te calificó Guillermo Moreno?
Suele traerse a colación aquél reportaje
al Perón exiliado en Madrid, cuándo le preguntaron cómo se componía
políticamente la sociedad argentina y respondió: “Bueno, hay un veinticinco por
ciento de radicales, un veinte por ciento de conservadores, un quince por
ciento de socialistas, un diez por ciento de comunistas….”, y el periodista lo
interrumpió para repreguntarle:”¿Y los peronistas”. “Ah no. Peronistas son
todos”, remató el general.
¿En qué se basan para postular que un
nuevo gobierno kirchnerista traería la prosperidad deseada? Cristina Kirchner
dejó el gobierno con un treinta por ciento de pobres (además escondidos con la
desaparición del INDEC). ¿Dónde estuvo la justicia social? ¿Eso fue peronismo?
La gestión económica de Macri ha sido irrefutablemente
desastrosa, que va! Pero, insistimos, con sus antecedentes económicos y
sociales ¿realmente te creés que el kirchnerismo lo va a hacer mejor? ¿No podía
el peronismo armar una opción republicano, con dirigentes respetables-que los tiene-a
los que se pueda votar? ¿Por qué no
apoyar, por ejemplo, a la dupla Lavagna-Urtubey? No, la pifiaron feo. Solo quieren ganar, algo
que les sirve a ellos, pero no sé si te va a servir a vos. Porque con los
pobres dejados por Menem, Duhalde y los “K”, con Alberto Fernández haciendo de
muppet de Cristina Kirchner y “La Cámpora”, con Pichetto de candidato a vice de
Macri, con los señores feudales que hambrean a sus provincias y municipios, con
pueblos atrasados y funcionarios prósperos, con sindicalistas millonarios y
trabajadores por debajo de la línea de pobreza, con chicos que no saben lo que
es tomar un vaso de leche en el país de las vacas (con tantos tambos cerrados
durante el kirchnerismo), con tanta carencia de ácido fólico, con tantos
“peronistas de Rovira” y con tanto miserable defendiendo su carguito poniendo
los deditos en “v” en su Facebook para que los vea el que los acomodó, sospechamos
que Perón, en este 2019, respondería otra cosa.
Que
peronista, ya no queda ninguno.
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