DE LA NUEVA CEPA A QUE NO SE SEPA
La circulación comunitaria es un concepto
que, salvo los entendidos, el resto incorporamos a nuestro vocabulario durante
la pandemia de coronavirus. ¿Qué es? Es el momento en el que el virus circula
libremente por la ciudad y ya no se puede establecer el “nexo epidemiológico”
porque perdimos el hilo de dónde viene. Cualquiera puede contagiar y ser
contagiado.
¿Qué espera el alcalde Carlos Fernández
para declarar la circulación comunitaria en Oberá?
Si nos guiamos por los partes oficiales de
Salud Pública de la provincia la cantidad cotidiana de infectados que hay en
Oberá amerita la declaración. Si incorporamos la data que surge de los ámbitos
de salud privados, y que el estado desdeña (?), la declaración urge. Frente a
esta pandemia no hay que exagerar ni psicopatear para meter miedo. Pero tampoco
hay que ocultar la realidad en nombre de ningún interés económico ni político.
Sería interesante que los concejales
opositores, Horacio Loreiro y Mara Frontini, exigieran que el intendente se
expida. Lo mismo va para los siete concejales renovadores, aunque sabemos cómo
se maneja ese espacio feudal. En lo provincial los diputados que no fueron
electos por el oficialismo deberían exigir la misma declaración del gobernador
Ahuad y del ministro Alarcón. Patricia Nittmann, la defensora del pueblo de
Oberá, debería olvidarse por un par de horas quién la puso ahí y en vez de
hacerse autobombo en unos programitas de radio tendría que ocuparse de que su
mentor político hable más claro. Es cínico echarle la culpa a “los jóvenes que
no toman conciencia” cuando se es funcionario público y, en vez de
concientizar, se ocultan datos.
“Con la verdad no temo ni ofendo”, decía
Artigas.
Algunos andan preocupados por la nueva cepa del coronavirus, importada
del Reino Unido.
Habría que informar mejor sobre la cepa
que hay. Y decir las cosas como son.
Para que se sepa. Y para que te cuides.
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