HASSAN
OMITIÓ PEDIR DISCULPAS
Este 1º de marzo fue un día
agresivo para los oídos de la gente decente. Además del patético discurso de
Alberto Fernández, en Oberá el alcalde simbólico, Pablo Hassan, dijo: “Hagamos
(metiendo el chivo de su sublema que, irónicamente, se llama así), que Oberá
vuelva a ser el suelo que brilla”. Qué pena que no pidió disculpas porque Oberá
está opaca por culpa de los desastres seriales que hicieron Ewaldo Rindfleisch
y Carlos Fernández. Que son otros
lacayos de Rovira. Como él.
En veinte años
de gobierno los renovadores K no solo no arreglaron ni uno solo de los
problemas que Oberá tenía en diciembre de 2003, cuando empezaron a manejar la
cosa, sino que, además, agregaron unos cuántos.
Es cierto que
a Pablo Hassan no le queda otra que
intentar que el relato diga lo que la gestión no muestra. Pero la realidad mata
relato. Está todo tan a la vista que quién piense insistir con gobiernos
renovadores debería hacerse revisar el “coco”.
Frank Sinatra
decía sobre los periodistas de Hollywood que “Mienten todo el día. Y a la
noche, cuando se acuestan a dormir, siguen mintiendo”.
Eso mismo
hacen los renovadores desde hace veinte años.
Mienten todo
el día. Especialmente cuando dan discursos. Y a la noche, cuando se van a
dormir, siguen mintiendo…
Walter Anestiades
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