A
VER QUIÉN ES MENOS…
Hace medio siglo, no es
tanto, la Argentina tenía un 7% de pobres, un 4% de desocupados y un sistema
educativo basado en la exigencia. La reversión brutal de todo eso derivó en la
derrota de las evidencias cognitivas, dando lugar a la decadencia de lo obvio y
al apogeo de los relatos. Una vez lograda tamaña indefensión social y educativa
el debate político se redujo a tener la decisión de agarrar la guitarra y, en
términos del “Martín Fierro”, salir a cantar, a ver quién es menos…
Cuesta
encontrar otro país cuyo sistema educativo se base en aprobar sin saber y,
además, negarlo. Y los negadores no son pibes, son adultos. Cada vez que una
prueba de nivel deja en evidencia que está lleno de pibes que con el secundario
completo no comprenden lo que leen, tienen un pobre vocabulario y les cuesta
hacer sencillas operaciones mentales de suma y resta, empiezan a desfilar los
refutadores de lo obvio. Desfilan en los medios de comunicación y suelen ser
unos estupendos payadores que cuentan con la definitoria adhesión de los padres
que se compraron el cuento de que la educación es pésima en todos lados, menos
en la escuela a donde va su hijo. Ergo, el problema es de los otros. Afectantes
más afectados unidos contra los que cuentan la realidad. No es difícil adivinar
quién es menos.
Millones de
argentinos dejaron de ser clase media y cayeron en la pobreza. Otros dejaron de
ser pobres y pasaron a ser indigentes. La inseguridad se entronizó de la mano
del narcotráfico. La calidad de vida sufre un deterioro imparable. Pero nadie
se hace cargo de nada. Como si tanta malaria fuera cosa de Mandinga, los
progresistas y la derecha compiten en cinismo debatiendo a ver quién fracasó
mejor. Y como el embrutecimiento es al fanatismo lo que el calcio, el hierro y
el fósforo a un chico, crecieron los fanáticos incapaces de matizar sus
creencias. Dirigentes más dirigidos unidos contra el pensamiento crítico. No es
difícil adivinar quién es menos.
“Yo soy toro
en mi rodeo y torazo en rodeo ajeno; siempre me tuve por güeno y si me quieren
probar salgan otros a cantar y veremos quien es menos”, escribe José Hernández
en el Gaucho Martín Fierro.
Empobrecimiento. Embrutecimiento. Entretenimiento. Negación. La humana
necesidad de la esperanza.
Todito sumado
para despegar a la realidad del voto y entretenerse oyendo a los viejos y
nuevos payadores improvisando su cuento.
A ver quién es
menos…
Walter Anestiades
No hay comentarios:
Publicar un comentario