lunes, 20 de noviembre de 2023

 

APLASTANTE TRIUNFO DE LA REALIDAD

 

     “¿Dónde estará mi vida, la que pudo haber sido y no fue…”, escribió Borges en su poema “Lo perdido”. ¿Dónde estarán todos esos años en que la Argentina pudo haber sido una sociedad que viviera mucho mejor y los perdimos siendo sometidos por un kirchnerismo que nos ofreció la colección de gente más detestable de los últimos cuarenta años?

     Te dijimos que el rival de Sergio Massa no era Javier Milei, sino la realidad. Más allá de los méritos que seguramente debe tener, Milei fue el canal que mejor expresó el hartazgo de una forma de vivir tan decadente que a catorce millones y medio de argentinos se les tornó      ya in-so-por-ta-ble. Especialmente a los jóvenes, que no están dispuestos a dejar que su futuro se parezca a este presente.

     El kirchnerismo y lo que representa no está muerto. Quedará agazapado a la espera de que Milei fracase como Macri. Que vuelvan o no dependerá de la gestión del presidente Milei. A no apurarse que hoy todavía no somos mejores que ayer. Solo estamos mucho más cansados.

     Tras el triunfo de Milei, en rigor de verdad tras la derrota de Cristina Kirchner y su nuevo títere Sergio Massa, vimos gente contenta. No es para menos cuando las urnas perpetran un acto de justicia con aquellos que padecen una soberbia incurable como Cristina Kirchner, la caterva de dirigentes de su espacio, y también la de sus votantes. Porque sería más fácil contar las arenas del desierto que oírles aunque sea algo parecido a una autocrítica. Forjan, les creen y votan a dirigentes que se hacen ricos a costa de un pueblo pobre y a eso lo llaman peronismo. ¿Eso es peronismo?

     Es un síntoma de salud que la realidad haya influido en el voto a presidente. Ojalá se repitan esos síntomas cuando haya que botar con “b” larga a esos intendentes y gobernadores que continúan logrando vencer a la realidad.

     Uno no sabe lo que va a pasar. Pero sí sabemos lo que pasó en el balotaje.

     Lo que nos enseñó Abraham Lincoln cuando dijo que “Se puede engañar a todos durante algún tiempo. También se puede engañar a algunos todo el tiempo. Pero no se puede engañar a todos todo el tiempo”. El relato le puede ganar muchas batallas a la realidad. Pero la realidad es la que gana la guerra.

     Tenemos mucho tiempo perdido.

     Hay que ir a buscarlo. A ver si todavía anda por ahí.

     Y lo encontramos.

 

 

Walter Anestiades

    

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