lunes, 24 de junio de 2024

 

      NO DESTRUYAS LO QUE NO ENTENDÉS

 


     ¿Oíste hablar de la llamada “Valla de Chesterton”? Tiene que ver con una regla que dice: “No destruyas lo que no entendés”. El presidente Javier Milei cree dogmáticamente en la autorregulación de los mercados. Pues el mercado de producción de la yerba mate no se autorregula. El presidente debería probar con leer a Chesterton. No solo porque leerlo es un placer. Quizás lo ayudaría a gobernar mejor.

     Los textos de nuestro amigo Gilbert Keith Chesterton son de lo más sobresaliente que ofrece el universo de la literatura. Por cierto que la saga del padre Brown (un cura que además es detective) o “El hombre que fue jueves” se nos antojan mucho más divertidos que pasarse horas poniendo likes. Pero cada loco con su tema, canta Serrat. Lo concreto es que este escritor y filósofo inglés que vivió entre 1874 y 1936, ideó e ilustró esta idea que sugiere que nunca se debe destruir algo, cambiar una regla o alterar una tradición si primero no se entiende porque se creó.

     En el año 2001 los pequeños y medianos productores y trabajadores rurales de Misiones realizaron un histórico “tractorazo” en la Plaza 9 de Julio de Posadas. En esos días se habían disuelto la Comisión Reguladora de la Yerba Mate y el Mercado Consignatario Nacional de la Yerba Mate Canchada. Los grandes productores dueños de muchas hectáreas de tierra no tenían problemas. Nunca tienen problemas. Pero el resto sí. Tras varios días de protesta consiguieron que en febrero de 2002 el parlamento nacional sancionara la ley 25.564 que creó el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM).

     El INYM fue creado para discutir entre todos los eslabones de la producción y ponerle valor a la materia prima de la yerba mate elaborada, pero no siempre lo hace. Generalmente sus directores no se ponen de acuerdo y el precio lo termina laudando el estado nacional. También es cierto que la labor turística de algunos muchachos que están ahí para otra cosa deber ser revisada. Pero, como sea, el INYM pone un modesto coto a los caprichos de los grandes industriales.

     Desregular el mercado de la yerba mate en la Argentina es someter a los pequeños y medianos productores a los rigores del “darwinismo social”, ergo, donde sobrevive el más apto. Ergo, el que tiene más tierras y más plata. Pregunta: ¿qué hacemos con los otros?

     La Argentina debe ser un país capitalista que crea en la libertad de mercado. Lo contrario fracasó alevosamente. Pero no puede ser un país dominado por fanáticos que tuitean como si supieran sobre trabajos de la vida real de los que ignoran bastante.

     El INYM, con tanto a corregir, está ahí para algo. No se debe destruir lo que no se entiende, nos diría Chesterton.

     “El mundo moderno está lleno de hombres que sostienen dogmas con tanta firmeza que ni siquiera se dan cuenta de que son dogmas”, es algo que nos diría de vuelta Chesterton.

     Sí. El presidente debería leer a Chesterton.

 

Walter Anestiades

    

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