lunes, 17 de junio de 2024

 

                       EMPEORANDO…

 


     Ningún bien nacido puede soslayar la gravedad de que le quemen el móvil a un periodista que cubría una protesta. Lo hicieron los mismos sectores que en 2017 atacaron al Congreso con piedras y bengalas. ¿Ésos son los modos de protestar que les encantan a algunos políticos, sindicalistas, periodistas y a los que la van de defensores del pueblo? A diferencia de algunos vinos, el progresismo argentino, con el paso del tiempo, empeora.

     El miércoles 12 de junio el senado trató la Ley Bases promovida por el presidente Javier Milei. Un grupo de manifestantes no tuvo mejor idea, para defender los intereses de los trabajadores frente a tanto gorilaje y tanta derecha vendepatria, que ir contra un periodista que cubría la protesta, sacarlo del auto, darle vuelta el auto y prendérselo fuego. Es lo que le hicieron a Orlando Morales, corresponsal en Buenos Aires de Cadena 3, una histórica cadena de radios cordobesa. ¿Morales no es un laburante? ¿Qué es?

     El jueves 14 de diciembre de 2017 la cámara de diputados trató un proyecto de  reforma del cálculo para aumentar los haberes jubilatorios, promovido por el entonces presidente Mauricio Macri. Afuera del Congreso, los manifestantes también, para defender a los pobres viejitos, tiraron toneladas de piedras y hasta uno de ellos le tiró una bengala a la policía. Se trató del militante de izquierda Sebastián Romero, conocido desde entonces como “el gordo del mortero”.

    Que el peronismo y el sindicalismo están plagados de barrabravas y patoteros ya lo sabemos. Que la izquierda trotskista vive del quilombo también lo sabemos. Que hay demasiado periodista, docente y artista militante bancando cualquier porquería perpetrada en contra de los gobiernos que detestan, aunque sean gobiernos elegidos por ese pueblo con el que se llenan la boca, también lo sabemos. Lo que no sabemos es por qué esta gente nunca pero nunca mejora.

     En una democracia respetar el derecho al pataleo es fundamental. ¿No les da la cabeza para patalear de un modo más inteligente?

     Se ve que no. Porque el discurso es siempre el mismo discurso berreta. Hablan de represión. Pregunta: si alguien le tira bengalas a los trabajadores policías o le quema un auto a un trabajador periodista, ¿habría que darle una medalla y felicitarlo?

     Ya se ha hablado y escrito mucho acerca de lo determinante que fue el hartazgo de todo lo vivido para que nazca un Milei.

     Don Leopoldo Marechal decía que “De los laberintos se sale por arriba”. ¿Qué quería decir con eso? Quería decir que no se puede resolver un problema desde el mismo nivel de conciencia desde el cual se creó. Hay que cambiar el enfoque del análisis. Hay que cambiar la cabeza. Los que enfrentan a Milei deberían cambiar la cabeza y mejorar.

     Pero pasa el tiempo y no mejoran.

     Empeoran…

 

 

Walter Anestiades

    

    

    

    

No hay comentarios: