DE ARRUINAR EL PAÍS A HUNDIR A BOCA
Boca Juniors
es la mayor pasión argentina. Y fue tomado por quiénes arruinaron a la
Argentina. “La Cámpora”, al perder con Milei, se refugió en un sillón que, a
veces, hasta es más poderoso que el de Rivadavia: el de la presidencia de Boca.
La grieta llegó al club, de modo tal que Boca se plagó de hinchas cuya mayor
ambición no es que el xeneize gane partidos y títulos sino que el macrismo no
vuelva a Brandsen 805. Detestan más a Macri que a River. Con semejante escoria
manejando las cosas, ya sabemos cómo le fue al país. Como ahora le está yendo a
Boca…
Mauricio Macri fue un estupendo presidente
de Boca. El macrismo logró 25 títulos en Boca entre el 13 de diciembre de 1995
y el 19 de diciembre de 2019. Los 25 títulos, 11 ligas, 11 copas
internacionales (que incluyen 4 Libertadores y 2 Intercontinentales) y 3 copas
nacionales, superaron a los 11 títulos que Alberto J. Armando logró en dos
décadas, entre 1960 y 1980. Esos títulos se lograron con Mauricio presidente o
con sus lacayos Pedro Pompilio, Jorge Amor Ameal (que fue el vice de Pompilio y
asumió tras su muerte) y Daniel Angelici. Macri fue el presidente más exitoso
de la historia de Boca, amén de haber sido un correcto jefe de gobierno porteño
electo dos veces por el pueblo, y un pésimo presidente de la nación que dejó
una deuda monumental. Hay que resaltar que el último presidente macrista de
Boca, Daniel Angelici, fue nefasto: fue el que perdió dos finales con River en
un año y, tras caer en la histórica final de Madrid, recurrió de modo
extemporáneo y ridículo al TAS y encima no le salió.
En ese contexto, en un 2019 con el
kirchnerismo volviendo al poder nacional de la mano de la propia Cristina
Kirchner a través de su títere Alberto Fernandez, el terceto Jorge Amor Ameal
(el mismo que había sido dirigente macrista), Juan Román Riquelme y Mario
Pergolini arrasaron en las elecciones en Boca con el 53% de los votos. Entre
octubre y diciembre de 2019 el kirchnerismo logró desalojar a Macri de sus dos
más preciados sillones: el de Rivadavia y el de Boca.
En diciembre de 2023 el contexto nacional
cambió y mucho: Sergio Massa perdió el balotaje presidencial con Javier Milei y
entonces el kirchnerismo del conurbano (el peor de los kirchnerismos) se puso
la máscara de Juan Román Riquelme, el mayor ídolo moderno de la historia de
Boca, quién contó con el apoyo del aparato del PJ. La campaña por la
presidencia del club emuló a una tradicional campaña política con los carteles
de Riquelme copando las calles de los municipios. Hubo una eficaz estrategia
comunicacional en las redes sociales en la que fueron una parte fundamental el
periodista Flavio Azzaro, hincha de Racing, y Andrés Ducatenzeiler, un
expresidente de Independiente devenido en youtuber. Macri, candidato a vice de
la otra fórmula, no la vio venir. Incluso el flamante presidente de la nación
Javier Milei fue a votar. Nada pudo evitar la paliza: Riquelme arrasó con
30.318 de los 46.402 votos que hubo.
Durante la gestión presidencial de Ameal, con
Riquelme haciendo de vice, Boca logró 6 títulos: 2 ligas y 4 copas nacionales.
Pero ningún título internacional (se perdió una final de Copa Libertadores en el
Maracaná en tiempo suplementario). Con Riquelme asumiendo de modo oficial lo
que ya venía siendo en los hechos, un presidente, la colección de fracasos
futboleros no para:
-no se
clasificó para la Copa Libertadores 2024
-se
clasificó a la Copa Sudamericana 2024, siendo eliminado en octavos de final por
Cruzeiro de Brasil
-en la Copa
de la Liga Profesional 2024 fue eliminado en semifinales por Estudiantes de La
Plata
-en el
Campeonato de Primera División 2024 terminó 6º, a 9 puntos del campeón Vélez
-en la Copa
Argentina 2024 fue eliminado en semifinales por Vélez
-no pudo
acceder a la fase de grupos de la Copa Libertadores 2025 porque fue eliminado
en el repechaje por Alianza Lima de Perú, aún definiendo la serie en “La
Bombonera”. Y como fue eliminado en la primera fase del repechaje, tampoco se
pudo clasificar a la Copa Sudamericana 2025
-en el Torneo
Apertura 2025 fue eliminado en cuartos de final por Independiente, al perder en
“La Bombonera”
-se
clasificó al Mundial de Clubes 2025 jugado en los EE.UU y quedó eliminado en
primera fase al no ganar ningún partido (1 derrota y 2 empates, incluyendo un
empate con un equipo amateur de Nueva Zelanda)
-en la Copa
Argentina 2025 fue eliminado en octavos de final por Atlético Tucumán
-Desde que
Riquelme asumió como dirigente, primero vice de Ameal y después presidente,
Boca tiene saldo negativo contra su máximos rivales. Jugó 43 clásicos contra
los otros 4 “grandes”: ganó 10, perdió 16 y empató 17, quedando 6 partidos
abajo. Logró 47 puntos sobre 129, el 36,4%. Este es el desglose:
-vs River:
jugó 13, ganó 3, perdió 5 y empató 5 (lo eliminó 3 veces en copas nacionales, 2
por penales y una ganándole 3-2 en Córdoba). Perdió 2 veces consecutivas en “La
Bombonera”---quedó 2 abajo
-vs
Independiente: jugó 9, ganó 2, perdió 2 y empató 5---quedó igual
-vs Racing:
jugó 15, ganó 3, perdió 6 y empató 6 (Boca lo eliminó 2 veces de la Copa
Libertadores y una vez en 1 copa nacional. Y Racing le ganó 2 finales y lo
eliminó de 1 copa nacional)---quedó 3 abajo
-vs San
Lorenzo: jugó 6, ganó 2, perdió 3 y empató 1---quedó 1 abajo
-Con
Riquelme manejando el fútbol de Boca pasaron siete entrenadores: Miguel Ángel
Russo (echado al caer en las semifinales de la Libertadores 2020, tras ganar 2
títulos), Sebastián Battaglia (echado por malos resultados tras ganar 2
títulos), Hugo Ibarra (echado por malos resultados tras ganar 2 títulos), Jorge
Almirón (renunció tras perder la final de la Libertadores 2023), Diego Martínez
(echado por malos resultados), Fernando Gago (echado tras perder un clásico con
River) y, de vuelta, Miguel Ángel Russo (actualmente en el cargo). También hubo
tres interinatos del entrenador de inferiores Mariano Herrón.
Por cuestiones de tiempo y espacio es
mejor ahorrarse la enumeración de la cantidad de jugadores mediocres que, de un
modo increíble, Riquelme llevó a la primera de Boca. Solo diré, si se me permite
la confidencia, que Riquelme eligiendo jugadores es peor que mi hermana
eligiendo marido.
Es decepcionante que aquél jugador notable
que no paró de darnos alegrías, hoy sea este presidente que no para de darnos
fiascos. Riquelme está alejado de cualquier autocrítica y está blindado de
cualquier crítica. No habla con ningún periodista que no sea obsecuente. Huye
de cualquier observación que le resulte más o menos incómoda (como hizo ante el
periodista Diego Fucks). En “La Bombonera” nadie grita contra él (hay denuncias
de aprietes de la barra brava a cualquier intento de hacerlo). Le quedan dos
años y medio de mandato y está bancado por su mentor político Sergio Massa. La
presidencia de Boca es hoy, un refugio kirchnerista. No la van a entregar.
¿Reacción de hinchas y socios o de algún
dirigente con pretensiones de manejar Boca? Hasta el momento de escribir estas
líneas, ninguna. Nadie pasa de la queja virtual.
¿Cuál será el piso? No lo sabemos. Lo que
sí sabemos es que el equipo ofrece espectáculos espantosos y sufre de una
endeblez incurable.
Henry Ford decía que “El fracaso es una
gran oportunidad para empezar otra vez con más inteligencia”.
En el Boca de Riquelme presidente el
fracaso es el anticipo de otro fracaso por venir.
Y otro. Y otro. Y otro…
-Walter
Anestiades (veo a Boca desde 1976. Lo disfruté campeón 42 veces. Y supe lo que
era ganar Libertadores, Intercontinentales y una final a River antes de que
Riquelme naciera)