SÍSIFO, ¡FELIZ AÑO NUEVO!
Es más o
menos conocido el ensayo del escritor Albert Camus, “El mito de Sísifo”, un rey
de Corinto que es condenado por los dioses al castigo eterno de empujar una
roca grande hasta la cima de una montaña, para que la roca caiga y él deba
volver a llevarla a la cima una y otra vez, para siempre. Un argentino que
pretende progresar trabajando honestamente es todo un Sísifo. Pero el propio
Camus propone imaginarse a un Sísifo feliz. A ver, ¿cómo sería eso? ¿Feliz de
qué?
No parece un gran porvenir el de este tipo
que se la pasa esforzándose de manera inútil. De hecho, Camus habla de Sísifo
para plantear lo absurda que es la vida. El no creía en Dios.
Pero quizás no sea inútil. Quizás el
esfuerzo hizo de Sísifo un mejor hombre. Y quizás la roca, de tanto ser
empujada, tampoco fue la misma. El mito de Sísifo no solo nos habla de un
castigo. Cuando la roca cae, Sísifo tiene la oportunidad de volver a empezar. Alguien
en algún lugar y en algún momento, sin que sepamos quién y cuándo, va a valorar
eso de caer y levantarse. Caer y levantarse. Caer y levantarse. ¿No es así es
como se gana?
En la Argentina la vida de un laburante no
suele mejorar mucho, a veces empeora, a veces se pierde el trabajo, a veces hay
para consumir e irse de vacaciones, a veces solo alcanza para sobrevivir.
Gobiernen Alfonsín, Menem, De la Rúa, Duhalde, Néstor, Cristina, Macri, Alberto
o Milei, el Sísifo argento saca músculo subiendo y bajando una roca que no para
de caer.
Camus entendió que la recompensa de Sísifo
estaba en el intento.
Se viene otro año, el 2026, y no todos
llegaron. Habrá que seguir esforzándose en llevar la piedra arriba desafiando a
los dioses hasta convencerlos de que nuestra perseverancia es más infinita que
su castigo.
Sobrevivir al kirchnerismo. Sobrevivir a
Milei. Sobrevivir a Rovira. Sobrevivir a Hassan. Sobrevivir a los canallas de
la CELO. Sobrevivir a los turros y a los cagadores que nos rodean. Seguir
estando cuando ellos ya no estén. ¡Feliz Año Nuevo 2026! que puede que de nuevo
y de bueno, no tenga nada. Pero se trata de caer y de levantarse. Caer y
levantarse. Caer y levantarse. Es la lección que aprende todo Sísifo. Si hay
una, al menos una oportunidad de ganar, es así.
Así es como se gana.
Walter
Anestiades
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