sábado, 5 de abril de 2025

 

                    EL “ZURDO” TRUMP

     

     Arrancó movido el mes de abril. El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, impuso aranceles que impactarán en la economía global. Una medida coherente con lo prometido en su campaña electoral, cuando habló de “proteccionismo patriótico”. La respuesta de su par argentino, Javier Milei, fue abandonar su habitual léxico macartista y prometer que nuestro país cambiará su normativa para adaptarse a esos aranceles. Nos quedamos todos esperando que le chante al Tío Sam esa verdad que tantas veces le dijo en la cara (o sea por Twitter) a tantos: que Trump no es más que otro “zurdo de mierda”.

     En campaña electoral Trump habló de “proteccionismo patriótico”, ergo, proteger el aparato productivo norteamericano y proteger el trabajo de los norteamericanos. “La falta de reciprocidad en nuestras relaciones comerciales bilaterales, las tasas arancelarias dispares y las políticas económicas de nuestros socios comerciales constituyen una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y la economía de los Estados Unidos”, argumentó Trump al anunciar un arancel general mínimo del diez por ciento para los países en general, incrementado al veinte para la Unión Europea, al veinticuatro para Japón y al cincuenta y cuatro por ciento para su gran rival político y comercial: China.

 El año pasado las principales exportaciones argentinas a los Estados Unidos fueron aceite crudo de petróleo, naftas, carne bovina, aceite de soja, miel, azúcar y limones. Desde el gobierno libertario aseguran que están trabajando para conseguir las mejores condiciones para nuestros productos. Ojalá lo logren. En el primer intento Milei no consiguió ni una foto con Trump.

     Hace ocho años, en mayo de 2017, el entonces economista no tan mediático Javier Milei escribió en Twiter que "Creer que Trump es liberal es de zurdo burro". Ahora, como presidente, Milei quiere derribar las barreras impuestas al libre comercio. Pero justo le toca lidiar con un nuevo mandato de este “zurdo”.

    En rigor de verdad Donald Trump es el primer presidente estadounidense con una condena judicial: fue declarado culpable de falsificación de registros comerciales para comprar el silencio de la actriz de cine para adultos Stormy Daniels, con quién tuvo una relación previa a las elecciones de 2016. Y es también un político que cuando perdió las elecciones no lo reconoció nunca. Tanto que sus fanáticos, incitados por él, atacaron al mismísimo Capitolio.

    Pero ahora está intentando proteger a los trabajadores norteamericanos agobiados por la globalización de los gobiernos demócratas. La Argentina, después de la obscena decadencia derivada de la cleptocracia kirchnerista, lo que menos precisa es un dogmatismo berreta que impida entender que “la mano invisible del mercado” no pasa de ser una metáfora de Adam Smith que se verificó solo en su cabeza. Milei también debería proteger a trabajadores argentinos como, por ejemplo, los productores yerbateros de Misiones que aprendieron en la vida real que el mercado se autorregula siempre en beneficio de los más poderosos.

     Está muy bien desregular actividades que padecen un sinfín de normativas ridículas y perjudiciales. El estado debe achicarse. Subrayamos, hacer eso está muy bien. Pero hay que hacerlo con la precisión de un bisturí y no con el salvajismo de una motosierra.

    Trump tiró semejante medida y ahora se sentó a negociar. A ver que saca. Y habrá que estar atentos a eso porque podría derivar en que terminemos pagando todo más caro.

     Ojalá el presidente Milei sea más inteligente-y más republicano-para manejar los destinos de un país hundido que enfrente de él, como “opción”, sigue teniendo a la misma basura que lo hundió. ¿Será Milei capaz de admitir errores y matizar pensamientos, palabras y ajustes para que lo aplaudan toda clase de ciudadanos y no solo sus fanáticos?

     En la película que dirigió, Ridley Scott pone en boca del Napoleón de Joaquín Phoenix: “Soy el primero en admitir cuando cometo un error. Pero nunca los cometo”. Y pasó Waterloo.

     ¿Será Milei capaz de mejorar o no pasará de creer que todo el que no le dice que sí es otro como ese que gobierna los Estados Unidos?

    Ese. El “zurdo” Trump.

 

 

-Walter Anestiades 

-Foto: AFP

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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