domingo, 6 de julio de 2025

 

                    FINGIENDO CORDURA

 

     En su obra “El otoño del patriarca”, publicada en 1975, Gabriel García Márquez escribe sobre la soledad del Poder de un anciano dictador de un país imaginario del Caribe. “El dictador era un hombre cuyo poder había sido tan grande que alguna vez preguntó qué horas son y le habían contestado las que usted ordene mi general…”

     El cumpleaños número 97 encuentra a Oberá tan subordinada a los intereses del estado rovirista que la opera desde Posadas, que falta muy poco para que en la ciudad sea la hora que Carlos Rovira ordene.

     La tercera ley de Newton establece que por cada acción hay una reacción igual y opuesta. ¡Mentira! En Oberá no hay reacción ni igual ni opuesta a ninguna acción del poder feudal. Y esto hay que subrayarlo porque la primera causa del progreso o del atraso de una ciudad es la conducta de sus habitantes. En dos décadas sus electores no hicieron otra cosa que concentrar poder en personajes a los que nadie controla. Y así les va.

     Oberá necesita urgente que haya una nueva línea de 132 kilovoltios porque la actual no puede satisfacer el incremento de la demanda. La ciudad acaba de pasar un proceso electoral para ungir al defensor del pueblo y casi nadie tocó el tema. Los periodistas que tiene trato cotidiano con el alcalde Pablo Hassan no le preguntan por eso e incluso publicitan el cuento de un parque solar que cualquiera, con un poquito de información, sabe que no será solución. Sin energía no hay desarrollo.

     Hay demasiados desconectados del agua de red. En una tierra recorrida por el acuífero Guaraní, una reserva mundial de agua dulce. Cuán inútil y corrupto hay que ser para lograr que el recurso que sobra, falte.

     Faltan cloacas. El estado de las calles y de las veredas hace pensar en los bombardeos de alguna guerra. Y Posadas no para de extender sus negocios (el estacionamiento medido y el transporte público son dos ejemplos claros)

     Pero la reacción frente a eso nunca alcanza. O por nula. O por modesta. O por temporal (la queja por los cortes de luz y de agua no excede el marco de las redes sociales y duran lo que los cortes duran). El terceto de concejales del PRO visibiliza y pone en agenda estos asuntos pero, ganados por los egos, sin una estrategia comunicacional en conjunto y con el resto de la oposición carente de ácido fólico, logran likes, visualizaciones, y hasta cierto reconocimiento, pero no votos.

    El grueso del periodismo local, que se divide entre los que trabajan para el estado y los que quisieran hacerlo, se limita a realizar publicidad oficial poniendo micrófonos sin cuestionar ni repreguntar. Aporte periodístico, cero.

     Quietitos. Temerosos. Con quejas virtuales. Sin chances electorales. Con los padres serviles  a Rovira y los hijos adorando a Milei sin olvidar que viven de un papá servil a Rovira, el espacio de los libertarios-feudales, que son los que quieren que la Argentina cambie pero que Misiones se quede igual, son la nueva mayoría.

      A la jerarquía católica, a la que perteneció el padre Piña, del padre Piña no le quedó nada. Y los pastores protestantes están enfocados en el concepto de Max Weber de que acumular dinero es una forma de glorificar a Dios. ¿Quejarse por las injusticias orquestadas desde el poder local? “Al César lo que es del César…”

    Así va la ciudad de Oberá camino a su primer siglo de vida. Con un conformismo exasperante que permite la locura de su saqueo una y otra vez. Pero simulando progreso y felicidad.

     Como fingiendo cordura…

 

Walter Anestiades